La teoría del casi

capitulo Vll

Lía

Abrí los ojos despacio, como si temiera que el mundo estuviera demasiado brillante para mí. La luz de la habitación apenas entraba por la ventana, filtrándose en finos rayos que dibujaban sombras en el suelo. Intenté moverme, estirarme, acomodarme… y sentí algo pesado sobre mí, a mi costado. Fruncí el ceño, confundida, y giré la cabeza con cuidado. Ahí estaba Dante. Dormido. Un brazo descansaba sobre mí, abrazándome de manera tan inconsciente como firme, como si ni él mismo supiera que lo hacía. Mi corazón dio un vuelco, y sentí un calor extraño recorrerme el pecho y la espalda. Mi primer impulso fue apartarlo, levantarme y alejarme, pero cada movimiento me hacía notar lo cómodo que estaba él y lo delicadamente equilibrado que parecía todo. Lo observé un rato, sin atreverme a respirar demasiado fuerte. Su rostro, relajado en la tranquilidad del sueño, tenía esa expresión que siempre me dejaba con la sensación de que, incluso cuando era el más testarudo o molesto, había algo de él que me resultaba familiar y seguro. Su mano descansaba sobre mí, y a pesar del peso, no era incómodo: era cálido, y por alguna razón me hacía sentir protegida, como si aquel gesto involuntario tuviera un propósito que ni él mismo conocía. Traté de moverme otra vez, despacio, para ver si podía liberarme sin despertarlo. Mi brazo rozó el suyo, y él se removió un poco, murmurando algo que no pude entender, y volvió a acomodarse. Eso me hizo sonreír, casi sin darme cuenta.

Mi mente empezó a divagar, como si quisiera justificar todo lo que había pasado desde su regreso: la tensión del primer día, las miradas, la forma en que se había acercado para protegerme de situaciones incómodas, incluso lo que había ocurrido con Clara. Todo parecía converger en este momento, y por un instante, me sentí abrumada por la mezcla de recuerdos, preocupaciones y algo indefinible que todavía no sabía cómo nombrar. Inspiré profundamente, tratando de calmar el torbellino de pensamientos, y sentí que el calor de su cuerpo era un ancla. No quería despertarlo, no quería romper ese instante donde todo parecía estar en pausa. Así que me quedé quieta, sin moverme, solo respirando, escuchando su respiración lenta y constante. Cada pequeño sonido: el roce de su brazo sobre mi torso, el suave murmullo de su respiración parecía un recordatorio silencioso de que estaba allí, presente, y que no tenía que enfrentar nada sola. Pasaron varios minutos que se sintieron eternos y, sin planearlo, me acomodé un poco más cerca de él. No podía moverme completamente, pero giré ligeramente para que mi hombro rozara el suyo. Su brazo me rodeaba sin darse cuenta, y el contacto era tenue, casi imperceptible, pero suficiente para que el silencio no se sintiera vacío. No había prisa, no había necesidad de palabras. Solo estaba Dante, dormido a mi lado, y yo, finalmente, un poco más tranquila que en cualquier otro momento reciente.

Después de unos minutos de silencio, sentí cómo Dante se movía a mi lado, girándose ligeramente. Su brazo dejó de apoyarse sobre mí y pude moverme con más libertad. Respiré hondo y me incorporé despacio, sin querer despertar su descanso. Me levanté, aún con un poco de somnolencia, y me dirigí al armario para vestirme. Tenía que ir al gimnasio; necesitaba desahogar todo lo que me estaba pasando, ordenar mis pensamientos y sentir que podía recuperar un poco de control sobre mis emociones. Al llegar, saludé a mi compañero, que ya estaba terminando su rutina. Me dejó tomar la mancuerna que necesitaba y, mientras calentaba, sentí que la necesidad de hablar era más fuerte que la concentración en los ejercicios.

—Oye… —empecé, con cierta timidez—. Tengo unos pensamientos raros… que no entiendo muy bien.

Él me miró con atención, dejando la barra a un lado y apoyándose en la máquina cercana.

—vayamos a la sala... Ahí te lo cuento.

Nos acomodamos en la sala del gimnasio, finalizada la rutina, y mientras mi compañero guardaba las mancuernas, le conté todo lo que estuvo pasando los últimos días, él me miró serio, como preparándose para decir algo importante.

—Lía —comenzó—. Lo que estás sintiendo con Dante no es raro, pero puede que estés interpretando mal lo que es.

Le presté atención, respirando un poco más despacio, sabiendo que lo que venía podía aclarar muchas cosas.

—Después de tanto tiempo lejos —continuó—, volver a ver a alguien con quien tuviste historia crea un choque emocional: cercanía + recuerdo + expectativa. Tu cuerpo y tu mente reaccionan como ante algo nuevo, y eso se puede confundir con enamoramiento.

Asentí, tragando saliva.
—Sí —dije—. Porque… anoche dormimos juntos, nada más, pero sentí cosas que nunca había sentido con él antes.

—Exacto —él dijo, apoyándose contra la máquina—. Eso es lo que llamamos activación emocional post‑reconexión. No significa que sea amor de por vida, simplemente que se están activando los sentimientos que se congelaron por la distancia y el tiempo.

Mi corazón se aceleró un poco.
—Entonces… ¿podría no ser amor? —pregunté, con voz baja—. ¿Sino… algo extraño?

Su mirada fue amable.
—Puede ser muchas cosas —respondió—. Nostalgia, alivio, admiración, seguridad… y en tu caso, la combinación de volver a tener a Dante cerca + lo que vivieron de chicos + lo que pasó cuando se fue. Todo eso junta puede sentirse como “amor”, pero antes de etiquetarlo así, conviene que te preguntes: ¿qué siento realmente? ¿Desde cuándo? ¿Por qué con él y no con alguien más?

Suspiré y apoyé mis manos sobre los muslos.
—Porque con él no todo es nuevo. Lo conozco, lo entendí. Y al mismo tiempo… ahora lo veo diferente. Y eso me asusta.

Él asintió.
—Y tiene que asustarte un poco —afirmó—. Porque esos sentimientos necesitan tiempo. No es malo enamorarse, pero sí es importante no precipitarse, no asumir que eso es lo que es sin explorar qué hay detrás.

Tomé aire, dejando que sus palabras calmaran el torbellino que tenía adentro.
—Gracias —le dije—. Creo que necesitaba escucharlo de alguien que lo entienda.



#2407 en Novela romántica
#780 en Otros
#323 en Humor

En el texto hay: romance, amigos de infancia, humor amor

Editado: 18.11.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.