La tercera llama: El recuerdo perdido

Capítulo 5

-¡No! – dijo con fuerza-No, no y no. ¿Cómo se te ocurre? ¿Es que acaso te burlas de mí?-dijo con resignación ésta vez-¿Cómo has podido? sabes que me recuerda a él y luego lo que me hizo, entonces tú… No voy a hacerlo, estás equivocada-sentenció finalmente con los brazos cruzados mientras trataba de no subir la voz exageradamente en su habitación, lo último que quería era darle explicaciones a su madre, eso no lo soportaría, no sabría cómo darle una sonrisa fingida mientras estaba tan llena de indignación en ese momento.

 

No sabía que pensar primero, por una parte estaba tratando de lidiar con lo que le ocurrió a su padre, por otro, estaba superando lo de su ex novio y luego estaba el hecho de que sentía esta fortísima atracción hacia aquel muchacho de ojos verdes, a quien consideraba peligroso, no por él en sí, pues no lo conocía, era bastante misterioso ,la mayor parte del tiempo, lo consideraba peligroso por lo que ella podría desarrollar hacia él y eso la aterraba, el no poder contenerse y dar todo hasta quedar seca, temía al hecho de no poder controlarse a sí misma y caerse de bruces tan bajo que no podría levantarse en mucho tiempo, otra vez. No sentía que estuviera lista para una dosis emocional de ese tamaño en ese punto de su vida; pero nuevamente aquel chico le parecía cada vez más atractivo y no en el sentido físico, si no, que sentía que lo conocía, que era parte de él en algún sentido que podía explicar, a eso le temía.

 

 

-Es él quien debe estar a tu lado querida, desde hace ya mucho les corresponde, créeme-soltó con ningún toque de burla-¿A qué te refieres? Lo conozco hace apenas hace una semana-levantó la vista por sobre sus anteojos- Eso viene desde mucho antes que eso, no lo he escogido al azar como has dicho- respondió viéndola fijamente, para que comprendiera que no se trataba de uno de sus planes-De hecho, tú lo has escogido-completó la pelirroja- ¿A qué te refieres? Otra vez-susurró tratando de entender lo que decía-Lo que trato de decir, es que se conocen desde hace mucho tiempo atrás- dijo mientras miraba sus uñas-Es algo que entenderás cuando lo aceptes, cuando dejes de tener miedo a aquello que sientes que eres-¿Así de simple? No lo conozco, no lo quiero cerca, no me gusta y ni creas que me convencerá con sus hermosos ojos y ese atractivo lunar…-Se sorprendió a sí misma y tapó su boca en acto reflejo.

 

-¡Bravo! Al menos eso si lo has notado ¿A poco no es encantador el muchacho?-La miró con complicidad-No, es decir, es atractivo, lo admito. Pero de allí a que sea “el amor de mi vida”-hizo un ademán con las manos- Por favor Ana, piensa un poquito lo que dices ¿Otras vidas, en serio piensas  que voy a creerte eso? No te creo nada, solo quieres que me lie con alguien y  ya, es tu manera de fastidiarme-Se sentó en una esquina de la cama viéndola fijamente-Oh, querida. Hay tanto que debes conocer, tanto y tan poco tiempo para que logres recordar, sin embargo tengo convicción de que así será pronto-dijo de manera tranquila-además, nadie ha dicho que sea el amor de tu vida. Yo hablo de algo mucho más trascendental que eso…-culminó.

 

Nuevamente le hablaba de esas cosas que en el fondo ansiaba creerse, que ella era algo más, alguien especial. Pero su sentido común no se lo permitía se encontraba en una lucha interna en la cual no sabía quién ganaría, por un lado estaban las cosas bastante fuera de lugar que venían sucediéndole desde que era una niña, por otra parte el hecho de que se sentía alguien diferente, por mucho menos normal, no solían atraerle las cosas comunes que embelesaban a los demás, como la ropa y los zapatos, status sociales, salidas con amigos para presumir quien tiene más o para disimular el vacío de sus vidas, ella reconocía su vacío y soledad, lo aceptaba y trataba de llenar sus vacíos haciendo cosas que si le atraían, como leer o escribir, pasando largas horas en el piano mientras cantaba, cuando cantaba le sucedían cosas singulares y era raro porque su nombre significaba de hermoso canto, lo era porque se entregaba tanto a la melodía que emergía de su cuerdas vocales, que más de una vez se sorprendió cantando en otras lenguas y se sentía mágico, irreal, entonces tan pronto como acababa de cantar volvía a sí misma y olvidaba por completo lo que fuera que habría dicho.

 

Entonces pensaba nuevamente que sin duda alguna debía ser diferente, porque ya se sentía diferente. Sin embargo, estaba también el hecho de que ella quisiera emparejarla con alguien a quien desconocía, diciéndole que fueron amantes en alguna otra vida, no que no le creyera; pero estaba el hecho de que no se sentía lista para querer a alguien y mucho menos por imposición, no estaba dispuesta a complacer semejante situación. Le era muy extraño el hecho de que quisiera de repente que anduviera con alguien, cuando meses atrás le decía totalmente lo contrario, claro está que aquel chico no era para ella y eso fue algo de lo que él se encargó de hacerle saber muy bien y cabe destacar que eso la hirió como nunca sentimental y psicológicamente la hubo afectado, a tal grado de perder la confianza en sí misma; entonces no estaba lista para dejar entrar a alguien más que no fuera tratar de reconciliarse consigo misma. Simplemente no estaba segura de que hacer exactamente en ese momento, Ana había predicho muchas de las cosas que le sucedieron ¿Por qué habría de equivocarse ahora? Decidió que simplemente iba a dejar que las cosas fueran tomando su propia forma.




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