La tercera llama: El recuerdo perdido

Capítulo 17

Estar tan cerca de Noah no le había parecido jamás que sería algo tan gratificante, su mano entre las suyas, generándole una agradable sensación de cosquilleo, tenía su cabeza reposando en su hombro y sentía como su respiración hacia subir y bajar su pecho, era tan tranquilo y sereno, que estaba por quedarse dormida, justo allí, en el piso de aquel salón, tomando su mano, sin decirse nada pero todo en cada mirada que él le daba. Le había propuesto sentarse allí hasta que ella se sintiera mejor y que no hablara si no se sentía a gusto para hacerlo y se lo agradecía por un momento, estar simplemente allí, escuchando sus respiraciones, en completa calma, Aria trataba de mantener su mirada fija en su rostro, desde su perspectiva, tenía una excelente vista de su lunar cercano a sus labios, él la miraba de reojo, pensando, en lo hermosa que era, en lo dulce e inocente y que solo desearía que su vida se mantuviera así.

 

 De pronto Noah comenzó a tararear una canción que no conocía, tampoco conocía el idioma, tal vez podría ser… no, definitivamente no reconocía ninguna estructura que haya oído, cuando los susurros se hicieron presentes, pero estaban ayudándola a quedarse dormida y parecía que eso es lo que estaba intentando, de alguna manera, estaba funcionando, de pronto sintió sus caricias sobre su cabello, su voz era dulce y tranquila, sus caricias eran suaves y delicadas y su otra mano se aferraba a la suya con fuerza, no supo cuando sucedió, pero se quedó completamente dormida sobre el hombro de aquel lindo chico. Cuando estuvo seguro de que había logrado su objetivo, se acercó a su rostro y depositó un casto beso en su frente. Su respiración ya era profunda, la dejaría permanecer así un rato, se merecía estar desconectada de todo por un momento, lo que venía a su vida no sería fácil de sobrellevar.

 

-Dulce meum peccatum, ego tandem inveni. Nunc huc me, ego veni ut pedibus vestris ut salvum me- susurró sobre su frente y acariciaba su pequeña mano entre la suya, la observó con mayor claridad y en sus muñecas desnudas resaltaban unas cuantas marcas que parecían haber cicatrizado hace un tiempo, Noah respiró con un poco de dificultad y la miró para asegurarse de que siguiera dormida- Dulce meum peccatum- repitió y la miró con dulzura, se preguntó si había llegado en el momento oportuno o simplemente era su destino persiguiéndolo como siempre, teniendo que enfrentarse a su propia realidad, pero no quería imaginarse una vida sin tener dentro de ella a la chica que descansaba sobre su hombro. Se preguntaba si era su oportunidad de desaparecer de su vida, tal cual como siempre hacía, antes de que ella se encariñara lo suficiente para que recordase o si finalmente tendría el valor de decirle la razón por la que él se encontraba allí, la razón por la que ella era su dulce pecado.

 

-¡No! – gritó de pronto,  con los ojos aún cerrados- Suéltalo ahora, por favor…-susurró, su cara hizo un extraño gesto con su rostro y se colocó en posición fetal- ¡Zephyr!- gritó nuevamente, pensó que comenzaría a llorar en cualquier momento, debía estar teniendo una especie de pesadilla. Comenzó a moverla con lentitud para que despertara- Quédate conmigo, por favor, por favor- balbuceó, mientras Noah trataba de hacer que volviera de su mundo de sueños.

 

 

El sonido de un celular hizo eco en todo el lugar, haciendo que Aria abriera repentinamente sus ojos y viera a todos lados como si no supiera lo que había pasado anteriormente, estaba un poco desorientada, miró a Noah con confusión y este le sonrió levemente, ella entornó sus ojos con sus manos y luego bostezó- ¿Cuánto tiempo he dormido?- preguntó desperezándose, Noah chequeó la hora en su reloj y luego la miró confundido- Aproximadamente unos 30 minutos-dijo mirándola- ¿Por qué me has dejado dormir? Digo, este no es el lugar-dijo viéndolo con confusión antes de que aquel celular volviera a sonar y que descubriera que era el suyo- Solo supuse que necesitabas descansar un momento-dijo, pero Aria no alcanzó a escucharlo, ya que había ido por su celular. Pero su teléfono había dejado de sonar nuevamente, luego de tener el celular en su mano, notó que tenía varias llamadas de Aaron y justo en ese momento recordó lo que había soñado, su hermano siendo arrastrado por una figura oscura, estaba inconsciente y no podía escucharla cuando le gritaba, permaneció inmóvil un momento, tenía miedo de escuchar los mensajes de Aaron, sabía que no sería algo bueno para ella.

 

-Ariadna ¿Qué cosa has visto ahora?-dijo Noah detrás de ella con suavidad, ella volteó lentamente, más imágenes comenzaban a proyectarse en su cabeza y su estómago comenzaba a doler, esa sensación que le avisaba que algo estaba por ocurrir, algo que no sería agradable. Sus ojos expresaban miedo- Puedes confiar en mí, deseo ayudarte-dijo Noah tomando sus manos, ella bajó la mirada hacia estas- Ariadna, Aria. Por favor, no te cierres, no te ayudará, también debes dejarte ayudar-susurró colocando sus dedos bajo su mentón para que pudiera mirarlo, a sus enormes ojos verdes. Le había dicho “Aria” por primera vez y eso hizo que algo dentro de ella floreciera-  Yo…-susurró, deseaba que todo fuera distinto, poder ser capaz de controlar lo que sucedía-¿Qué es lo que has visto? Dímelo- la estaba viendo directamente a los ojos- Algo terrible ha sucedido Noah-susurró mirando al suelo- Eso es evidente, de lo contrario no estarías de esta forma. Por favor, déjame ayudarte-dijo lentamente, apretando sus manos con fuerza- Tengo miedo- dijo finalmente levantando la cabeza.




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