En el momento en que abrió sus ojos y lo hizo con lentitud, con el resto de sus movimientos delicados, supo que había recordado, finalmente, luego de muchas vidas evitándolo y le tocó a él precisamente presenciarlo, estar frente a uno de los momentos que más temía, porque eso conllevaría consecutivamente con su verdadera misión.
Observó a todos lados y se sentó, al darse cuenta de los símbolos en su antebrazo, se dispuso a trazarlos con sus dedos, no dijo palabra alguna y él le daría su tiempo, a pesar de todo, parecía estar conteniéndose a sí misma.
-Cuentan una historia- dijo él en medio de susurros, ella lo miró un momento y volvió su vista a su anterior entretenimiento- La historia de la transformación de las tres llamas, de cómo el odio en medio de la oscuridad, pueden convertirse también en luz y amor- dijo lentamente, ella lo estaba escuchando- Eso fue lo que me dijiste hace algún tiempo, cuando tratabas de ocultar tus marcas y te pedí que por favor me explicaras su significado- ella lo miró nuevamente, no sabía si debía expresar una palabra en ese momento, dudaba mucho que pudiera sentir amor u odio, pero si repulsión por sí misma, por todo cuanto había hecho y desecho, por su simple naturaleza. Sin embargo el seguía allí, mirándola con tanto amor que pensaba que se derretiría en cualquier momento.
-Ariana- dijo el rubio acercándose con un rápido movimiento, pero ella lo fue más y lo alejó con una mano- No te me acerques, puedo hacerte daño- dijo con una mirada nerviosa, sus ojos la recorrieron y sonrió- Siempre has dicho eso y termino siendo yo quien cuida de ti- completó a su sonrisa.
Ahora se encontraban atados en una mirada, ella tenía miedo de quien era y él tenía miedo de perderla de nuevo- Ariana- dijo por segunda vez- ¿Es ese mi nombre?- preguntó- Ese es tu verdadero nombre, el nombre por el que todos te conocen, el nombre que persiguen- respondió con sinceridad.
- No me persiguen a mí en realidad, persiguen a ese collar, el cual no tengo idea de donde está. Así que estás perdiendo tu tiempo si estás aquí por eso- le dijo con sobriedad y el rio bajito, ella levantó una ceja- Créeme, que si fuera eso lo que buscara no estaría aquí- la miró y se acercó, lentamente esta vez-Soy un demonio ¿Qué quiere un ángel con un demonio?- preguntó dudosa, el bajó la cabeza un segundo- Supongo que no lo has recordado todo- dijo.
- Creo que he recordado lo suficiente como para saber que merezco cosas horribles, como las que he hecho- susurró y se sorprendió al notar que él había tomado su mano- Por favor, deja de decir eso, todos merecemos el perdón, el más grande regalo de saber que podemos enmendar nuestros errores- dijo viéndola y ella rio sin ganas- Te lo digo porque es de esta manera Ariana- la miró con seriedad, ella expresaba dolor en sus ojos, ese que se ha guardado durante años, ese que ha hecho cristalizar las lágrimas reprimidas en la mirada, él apretó el agarre de sus manos y ella automáticamente bajó la mirada hacia estas.
-Creo que tal vez necesites que te cuente una historia- ella lo miró con curiosidad- ¿Qué historia?- preguntó- La nuestra- esbozó una sonrisa- ¿La historia de por qué un ángel cuida de una bruja?-alzó una ceja, él la miró unos instantes.
-La historia de cómo un ángel con una misión muy importante, terminó enamorándose de un ser que buscaba su salvación- dijo y ella ya prestaba toda su atención a sus palabras- Creo que esa parte de la historia no la recuerdas y yo particularmente tuve un vistazo de cerca- la miró con picardía- Pues dime entonces- pidió-Dulce meum peccatum- susurró él y ella abrió los ojos de pronto.
- Esas palabras las he escuchado antes, mi dulce pecado…- dijo ella, como si estuviera saboreando las palabras- Es que, esa es la historia Ariana, al menos la parte corta- completó él, sonriendo ampliamente mientras observaba algún punto en el infinito- Nuestra historia-la miró con sus ojos llenos de brillo y ese simple gesto, la hizo sentir algo que no podría describir, algo lindo, que la llenaba por completo y de algún modo, le generaba seguridad.
-Hace más de tres mil años, cuando la humanidad aún vivía en medio de las tinieblas, cuando las grandes distancias tardaban vidas en ser cruzadas y se desconocían muchos lados del mundo, hace mucho y hace nada, depende de cómo lo evalúes, ahí, en ese tiempo, en donde las brujas vivían sus época de auge aterrando a los hombres, mientras estos aprendían a defenderse. La época de los ángeles caídos, tentados por la belleza humana y abriéndose al pecado. Luego llegó la época oscura, los hombres perseguían a los hombres por su fe y las guerras, bueno, siempre las han habido y creo que ese tema es poco discutible- dijo subiendo sus hombros, ella lo observaba, su hostilidad hacia él se había convertido en expectación, sentía la necesidad de saber lo que diría a continuación- ¿A dónde tratas de llegar Noah?- susurró, el levantó la vista- Solo trato de ubicarte en el tiempo-dijo, ella asintió para que continuara.
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Editado: 16.07.2018