La tierra Antigua

La Guerra de los mundos bajos (parte 1: comienzo)

- Todo comienza con la Diosa Blanca, creadora de todo y la energía que nos rodea, tendría dos hijos Thekon y KarManl, la diosa KarManl seria de creadora de toda la vida que conocemos, tendría dos hijos, Khon y Kun. Ambos controlarían la energía que nos rodea con lo que hoy conocemos como Kunk, el Kunk nos permite controlar la energía que nos rodea y poder transformarla y manipularla ya sea de modo de ataque o defensa.

- ¿Nuestro rey también usa el Kunk no señor?  

Todos se encontraban en el campo de flores, rodeado circularmente por niños de menos de 5 años, los niños que se encargarían de defender el reino después, en medio se encontraba Jhon, de una estatura de 1.82 de 32 años, es el comandante de guerra y una de las manos derechas del rey.

- Nuestro rey… es un hombre muy fuerte y habilidoso. – Jhon sonreiría enfrente de todos juntando sus manos – aunque yo he vencido varias veces al rey en un combate uno contra uno.

- ¡¿De verdad?! – todos los niños se sorprenderían y se acercarían a Jhon.

- Tenemos mucha mas historia de lo que se podrían imaginar… perooo… creo que me desvié demasiado de tu pregunta. – tomaría un suspiro y empezaría a mirar hacia arriba. – Nuestro rey controla el Kunk del fuego infernal, en un contexto más fácil manipula fuego negro.  – se levantaría suavemente de piso contemplando el campo de flores, lleno de flores rojas, azules y negras o como la llamaban flores de la muerte (ya que estas flores se regalaban a los muertos) – Bueno niños, ha caído la noche cada uno a su hogar. – y sin protestar la cantidad de 20 niños se dirigirían de nuevo hacia su hogar, al ya no haber nadie y Jhon quedándose, mientras observaba las estrellas llegaría Moul.

- ¡Su majestad! No sabía que vendría… - Jhon seguiría tirado en el piso, mientras que Moul se le acercaría y se echaría a su lado.

- No tienes que decirme majestad ya te lo he dicho mil veces Jhon. – Jhon se reiría y se sentaría.

- Estuviste un largo tiempo afuera tratándose de rebeldes, ¿qué paso? ¿Acaso el gran Moul ya se está haciendo viejo? – Moul se sentaría también mientras que ambos se reían.

- No me puedes decir viejo teniendo 30 años encima. – se reirían y Moul lo miraría fijamente.

- Me contaron que ya nació tu hijo, felicidades.

Jhon se reiría mientras miraba el cielo y luego bajaría su mirada hacia Moul.

- Eso fue hace dos años amigo mío… y tengo 32 no 30 aunque nada mal que me vea más joven. – Se volverían a reír, ahora los dos estaban mirando las estrellas.

- Dos años… se sintieron eternos… como se encuentra Mar…

- Se caso. – Jhon no se detendría ni un segundo en interrumpirlo.

- ¿Cómo así…?

- Negocios, le convenia a su padre ya que su hija iba perdiendo valor y el hijo principal de la familia de las Minas estaban ofreciendo mucho por ella y bueno ya sabes como son las cosas… - la sonrisa de Moul se apagaría y solo se quedaría mirando hacia el cielo.

- Lo siento amigo…. – Moul lo miraría y le sonreiría – No es tu culpa… mi deber es protegerlos sin importar a que costo. – Jhon sentiría lastima por su amigo, pero se levantaría con prisa recordando que tiene un hijo que cuidar.

- Nos vemos luego su majestad…

- Anda nomas… - ambos se reirían y Jhon se retiraría, pero antes de salir del campo de flores chocaría con Kael.

- Discúlpeme señor… - Jhon se agacharía y se retiraría, Moul se levantaría brindando respeto a Kael.

- Maestro… - Moul se arrodillaría.

- Tranquilo hijo, tu eres el rey, no yo.

- ¿A qué debo su presencia señor?

- Solo quería conversar con lo sucedido… me dijeron que dejaste escapar a los rebeldes. – Moul cambiaria de expresión a una seria.

- Usted dijo que es mejor tener más aliados que enemigos.

- Si claro… pierdes enemigos eliminándolos no dejándolos escapar.

- Lo sé.

- ¿Encontraste algo interesante?

Moul recordaría a Karl por lo que se quedaría callado un rato.

- No había nada interesante mi señor.

Kael acariciaría la cara a Moul.

- Eso espero hijo mío…

Kael se retiraría y Moul se quedaría mirando hacia el cielo.

(Saliendo del puerto de pesca)

Karl se encontraba saliendo de zona del puerto de pesca, entrado por el bosque de Inmas, viene acompañado de los rebeldes buscando una zona para refugiarse y no ser encontrado por los soldados de Roy.

- Mi señor no es por cuestionarlo, pero ¿sabe a dónde vamos?

- Buscaremos alojamiento en el reino de Mark, están tan enemistados con el reino de Roy que dándoles algo de información nos cubrirán.

- ¿Seguro mi señor? – Karl lo miraría a la cara y le sonreiría – Confíe en mí, mi padre me confió esta misión y no le fallare.

Seguirían su camino hasta entrar al campo muerto, una gran zona deforestada, llena de niebla y esqueletos quemados por la zona, aun así, nada podía superar ese olor, el mismo olor que provocaría vómitos a Karl y muchos de los rebeldes.

- ¿Qué demonios fue lo que sucedió aquí?  - un niño preguntaría mientras se agarraba de su madre, todos se encontraban intrigados y asustados, peor no seria Karl quien les responda, sino el anciano Luis, que llevaba encima una edad de 56, pero su condición física es la de un joven de 26.

- Esto sucedió durante la guerra de Intrium, mi abuelo me lo conto cuando aun era un niño. En medio de la batalla que librara el reino de Zorn con el extinto reino de Yurm, un gigantesco dragón de cuerpo negro y llamas del mismo color, pero mas destructivas de lo que parecen, después de eso esta zona fue completamente abandonada, jamás volvió a crecer algo en ella. – Todos mirarían con buen ojo la zona, los niños se aterraban con los cuerpos quemados viendo su rostro de agonía y desesperación, como si aun siguieran sufriendo después de muertos. – Señor Karl, dijo que iríamos al reino de Mark, para llegar tenemos que atravesar una de las dos zonas, el bosque de Kalls o el bosque de orcos, y sabe que por cualquiera de esas zonas podríamos morir.




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