La tierra Antigua

La Guerra de los Mundos Bajos (parte 7: La guerra de los mundos bajos 1)

Al paso de los días los soldados regresarían del templo de Ikcras con buenos resultados las únicas palabras salidas de Mourl fueron un ¡Excelente!, empezaría a reunir a su armada y planear el siguiente paso para atacar, le tomaría tres días enteros en reunir todas las tropas y aprobación de sus consejeros, pero lo consiguió y estaba listo para el siguiente paso.
(Reino de Roy) 
Todos al lado de Moul se encontraban impactados y enojados, lo único que pensaban era ¡¿Cómo se atreve a decir esa cosa?!, Moul solo podía ver al soldado del reino de Karl arrodillado pidiendo por su reino y cumpliendo el mandato de su rey. 
- ¿Podrías repetir por favor? – Moul se encontraba intrigado, no creía lo que había oído, pero Michael sin dudarlo se arrodillaría ante los pies de Moul intentando aguantar las lagrimas y con una voz ahogada y débil.
- Mi señor Jeremy le pide que cumpla con su palabra - los soldados de alado se encontraban murmurando entre ellos mientras Michael se encontraba agarrándose de las piernas de Moul.
- ¡Que insolencia de parte del reino de Karl! Como se atreve a hablarle de esa manera. – Moul se le quedo viendo a Michael con indecisión hasta que se dio cuenta que este termino por romper en llanto, así que con la mano derecha decidió levantarlo – Un guerrero jamás se arrodilla. – Michael respondería rápido mientras se limpiaba las lágrimas – No soy un guerrero solo el consejero - Moul no separaría su mirada de Michael y acudiría a sus palabras – Para no ser un guerrero, lo que has hecho requiere de mucho valor - dispararía una sonrisa reluciente y esperanzadora – Así que dime, ¿Cuál es el estado de tu reino? – Entonces Michael procedería a contar todo lo sucedido, dándole un momento de reflexión a Moul y terminando por decidirse.
- Denle hospitalidad a este chico, y alisten las tropas.  Entraremos en guerra. – Moul le soltaría esa esperanzadora sonrisa a Michael y se dirigiría la mirada a uno de sus guardias – Convoca al general Jhon, dile que tenemos que planear un ataque. – el guardia asintió con la cabeza y marcharía deprisa. – Pero mi señor, ¿No cree que debería de consultar esto con el consejero? – Moul solo lo miraría con hostilidad, pero aun así terminaría por responder sus dudas – El rey aquí soy yo, nos necesitan y acudiremos a su ayuda, si no quieres participar puedes vivir humillado siendo un campesino. – Moul simplemente se retiraría junto a Michael mientras los demás guardias procedían a dispararse, pero José (aquel que se atrevió a cuestionar si lo que hacia estaba bajo los planes de Kael su consejero) sen vez de seguir a los demás guardias se dirigiría hacia Kael, al igual que un perro volviendo donde su dueño después de ser regañado se dispondría a contar lo sucedido a Kael.
- ¿Así que eso es lo que ha sucedido? – Kael se encontraba algo sorprendido por las decisiones de su aprendiz recordando el día que lo adopto como tal. 
- Mi señor no es que cuestione las decisiones de Moul, pero ¿No sería mejor esperar a que ambos se debiliten para atacar? – Kael se quedaría pensando en las posibilidades mientras que José se mostraba preocupado. 
- Si es cierto lo que dicen no les tomara mucho esfuerzo en poder conquistar el reino de Karl, y si es así solo daremos tiempo a su expansión, lo cual no queremos - Kael se daría cuenta de la preocupación de José y no podía permitirse que eso sucediera (al menos no para los momentos que se aproximan) – Tranquilo - se quedaría callado unos segundos pensando que decir para calmar su angustia, pero esa pausa aumentaría su incertidumbre. 
- Tenemos que actuar rápido y ser certeros, si nos demoramos daremos oportunidad a nuestra derrota. Hijo mío, yo nunca te he fallado, Moul puede llegar a ser algo impulsivo por te di la importante tarea de vigilarlo para así conseguir la paz global. – José se lograría tranquilizar un poco, pero la incertidumbre se haría notar en su rostro, lo que lograría cambiarlo serian las grandes palabras de su salvador y gran maestro Tu eres la luz para llegar a ese nuevo mundo que soñamos terminaría por retirarse tranquilizándose un poco más.
Mientras tanto Moul se encontraba junto a Jhon realizando los planes para el ataque, se movían rápidamente mientras contaban cada uno de los soldados y viendo los mapas antiguos del reino de Karl y dividiendo cada una de sus tropas con sus generales. 
 (Reino de Mark) 
Mourl se encontraba charlando con Kael sobre el próximo movimiento. 
- ¿Mi señor cual será el siguiente paso? – Mourl se quedaría pensando por un largo tiempo para luego responder. 
- Reúne 2000 hombres, irán conmigo hacia el reino Karl. Los demás se quedarán a cuidar. Tu te quedaras a cargo de todo. – Mourl se encontraba sentado con las piernas entre cruzadas y apoyando su cabeza con su brazo derecho. 
- ¿Mi señor esta seguro de que es lo correcto? – Kael se veía angustiado, pero aun así solo con un Es lo mejor para todos, luego de esa charla se retiraría a reunir a sus hombres, luego de 2 días de campamento emprenderían su viaje.
- ¡Señores! Hoy empieza una nueva era, de seguro muchos ya saben lo que sucede y otros no, solo les diré una cosa. Si no saben porque pelear, piensen en su gente. El logro de hoy traerá la paz a nuestro reino y prosperaremos más que ningún otro. – Luego de esa charla por parte del general de guerras alzarían la voz con un Por el mañana! y marcharían rápidamente hacia su victoria. 
Mientras tanto en el reino de Karl se encontraban reconstruyendo la entrada principal y los hogares, Jeremy se encontraba pensando en el siguiente movimiento Todo puede pasar ahora era todo en lo que se ocupaba su cabeza, el hecho de saber que con un mal movimiento años de construcción se verían destruidos tan fácilmente era inconcebible para él.
- ¿Que haremos mi señor? – le preguntaba uno de sus soldados mientras el veía a su mensajero que había mandado para verificar si aun llevaban aquella ventaja en el templo de Ikcras, pero ese gesto penoso y deprimido le había confirmado lo peor ¿así va a ser? ¿Mi comienzo como rey será un completo fracaso? se iría a reflexionar en medio del centro de compras inclinándose sobre sus piernas con una mirada fija sobre el suelo – Necesito tu ayuda padre - se le acercaría un soldado a su consuelo, pero no lograría nada con ninguna de sus palabras, seguirían avanzando mientras Jeremy reflexionaba y se cuestionaba así mismo lo que hacía – No queda duda esta es la única opción. – se levantaría rápidamente y se dirigiría a su habitación, al caminar se encontraría con Ken en medio – ¡Mi señor! Mucho gusto- Jeremy lo contemplaría El fue el que los salvo del ataque aun así ¿poseedor de un kunk? Solo son mitos y en medio de la desesperación habrán imaginado otras cosas por lo que solo se fue, Kan se quedaría desconcertado e incomodado por quedarse con la mano arriba Andará muy ocupado, Ken llegaría a su hogar que quedaba en la zona de residencial de comerciantes zona exclusiva para vendedores o campesinos  se encontraba a la izquierda del centro de compras pudiendo entrar por medio de dos muros separados a 2 metros y con 7 metros de largo, atravesando aquello llegabas a la zona de comerciantes  normalmente era como una zona residencial normal, pero ahora parecía como una zona afectada por un terremoto, las casas destruidas, las personas reflejando su miedo y confusión en medio de sus ojos, Ken llegaría a su hogar luego de ayudar a un niño a encontrar a su madre y participar en un entierro en medio de una casa completamente destruida donde con claridad podías observar la comida pudriéndose luego del ataque; al llegar a su casa se daría cuenta de que alguien había entrado, su incertidumbre era ¿Para qué? Los únicos que pidan entrar a tu hogar si tu no te encontrabas ahí era tu rey, los soldados solo si traían una noticia referente a un familiar o de un asunto tuyo y los mensajeros; de ahí estaba prohibido que alguien mas entre y era contado como hurtar, sin embargo la puerta estaba perfecta, solo le hacia falta el seguro  entonces me han traído algo o una información importante, con miedo y emoción empezaría abrir su puerta ¿Qué habrá pasado? haría un ángulo de 10° hasta llegar a los 30° la luz ya hacia sombra y cada vez se emocionaba y aterraba más,  ¡Estoy preparado sorpresa! claramente no estaba preparado para lo que le sucedería, sin pensar en más posibilidades solo abriría la puerta, viendo como la luz iluminaba una armadura completa recién limpiada, dos sables y un arco con 50 flechas ¿Qué es esto? se acercaría más y contemplaría el moño en medio de los sables, era un moño de doble nudo azul marino, con dos perlas y una figura de estrella hecha de fango, y encima de la pechera tradición un cuaderno que en medio tenía escrito Libro de una y mil tácticas abrías la portada y encontrabas una hoja en blanco que decía con una letra clara y fluía Propiedad de Hernand Mikstry , claramente que el no necesito abrir el libro, se había dado cuenta solamente con el moño que unían ambos sables, era el moño de buena suerte o así lo llamaba su madre cuando les regalo uno a cada uno tranquilo ken, también te daré una porción de buena suerte cariño recordaría esas dulces palabras de su madre, cuando a los 5 su vida era más fácil y no tenia que pensar ni imaginarse la soledad que le traería ver morir a sus padres y perder a su hermano mayor, para el deshacerse de su hermano era perder una carga demasiada pesada, pero ahora lo único que podía era ¿No que muy listo idiota? mientras las lágrimas salían de sus ojos que se habían enrojecido como la sangre y su llanto se ahogaba esperando el momento para liberarse y romper por completo a ken, solo se inclinaría en su cama mientras las lagrimas goteaban en el piso y sujetaba las espadas, jamás pudo despedirse, ni siquiera darle un afecto, Hernand se negaba por completo que Ken pelease Por mas que te esfuerces con la espada no lo lograras, no todos estamos hechos para la guerra, pero si para apoyar a nuestro reino si Hernand hubiera visto el Kunk de Ken solo hubiera dicho Si no aprendes a pensar terminaras muriendo aunque esas palabras ya las había escuchado un par de veces, solo podía echarse y dejarse llevar por el sendero de los sueños. 
Se encontraría en su hogar, sujetando las espadas que su padre le habría regalado de niño.
-Tengo que pelear, esos orcos son los responsables de que nuestros padres estén muertos ¡¿Acaso no te duele la perdida de tus padres?! – Ken se encontraba con los ojos rojos, furioso vestido con su ropa de vendedor. – ¡No me importa si el rey no me acepta, yo peleare!
- El rey está muerto - Hernand se quedaría callada al igual que Ken luego de pronunciar esas palabras – Lo mas seguro es que Jeremy, su hijo, ocupe su puesto y yo como su mano de estrategias y análisis, así que ya no podré estar acá mucho tiempo, y si hay guerra - respiraría profundo deseando que no lo haya – Yo seré al primero que reclute. – Ken no entendía lo que sucedía, su expresión cambio de enojo a una profunda confusión.
- ¿Y eso que tiene que ver conmigo? – volvería a su expresión de molestia intentando infringir autoridad.
 - Ustedes son el pueblo, con ustedes el reino crece o desaparece, ustedes son los que llevan el orgullo y la fuerza de levantarse ante una atrocidad, nuestro deber es protegerlos. Mi deber es protegerte. – Ken no lo tendría claro y solo se quedaría renegando en su cama. 
Despertaría de ese recuerdo cuando llego un amigo suyo, se levantaría por el sonido de los golpeteos de la puerta, se levantaría y al abrir la puerta se encontraría con Miguel.
- ¿A que se debe tanta desesperación? – Ken se vería deprimido y con la cabeza baja. 
- ¡¿Dónde te has metido?!, ¡Nuestro rey se rendirá ante Mark! – se podía observar la desesperación en el rostro de Miguel, pero Ken no había escuchado por completo.
- Mira no tengo tiempo para tus cosas, me he enterado de algo muy malo y espera ¿Qué fue lo que dijiste? – Ken se había terminado de despertar y digerir todas las palabras.
- Jeremy se rendirá ante Mark. Esto es inaceptable por donde lo veas. – Ken se encontraba confundido, su rostro mostraba preocupación.
- ¿Dónde se encuentra ahora? – Rápidamente Ken correría hacia el castillo de Jeremy pasando por medio de todos hasta interrumpir la reunir que Jeremy sostenía con su consejero. 
- ¡¿Cómo se le ocurre interrumpir?! – rápidamente los guardias agarrarían a Ken mientras este gritaba - ¡¿Cómo se te ocurre rendirte de ese modo?! – Jeremy les obligaría a que suelten a Ken para hablar con él. 
- Aprecio lo que hiciste en medio del ataque, pero dime en medio de esta situación ¿Qué crees que sea lo mas prudente hacer? – Ken se quedaría callado reflexionando y decepcionado solo le diría un No se – Entonces como vienes a contradecirme sin siquiera saber que hacer - Ken recordaría las palabras de su hermano nuestro deber es protegerlos entonces levantaría la mirada.
- Nuestro deber es proteger el pueblo - su voz se escuchaba pagada, como si hablasen desde 20 metros ustedes son los que llevan el orgullo y la fuerza – ¡Nuestra gente jamás se rendiría! Ellos cargan con el orgullo de nuestro reino, ¡Ellos darían su vida por esta tierra! – Jeremy no lo entendía, en su cabeza solo podía ver la sombra de su padre. 
- Mi señor, sé que nuestra situación no es la mejor, pero no podemos decepcionar a nuestra gente. Piense en su gente, ellos también tienen voz. – Jeremy seguía confundido, pero reaccionaria y le hablaría a un guardia.
- Convoca una reunión, que todos estén afuera del castillo. – sin refutar saldría rápido – Si todo sale como tu dices, tu dirigirás a nuestra gente. – Jeremy agarraría de la mano a Ken – Agradezco el reconocimiento mi señor, pero necesitamos un rey. – Ken se iría dejando a Jeremy solo y si iría a descansar mientras se reunía a su gente. 
En medio de su descanso soñaría con su padre, en medio de un campo con flores rosas y pétalos rosados. 
- Padre - Jeremy se encontraba en frente de su padre mientras los pétalos rosados los cubrían y tapaba el rostro de su padre. 
- Padre - empezaría a llorar y se desplomaría en el suelo manteniendo su cabeza baja – Te he decepcionado rompí lo que con esfuerzo consiguieron y - su padre se agacharía hasta su cabeza levantándola, mirando por ultima vez a su padre.
- Tu nunca me vas a fallar, has lo mejor para ti y tu gente. – Jeremy no entendía. 
- No no no entiendo - Jeremy volvería a llorar con mas fuerza y su padre le sonreiría. 
- Es difícil de entender. Hay una línea tan delgada entre lo correcto y no hijo, aun así, mi mayor fue el de criar un pueblo débil, pero tu eres mi mayor orgullo, representa todo lo que nuestra gente necesita. Necesitan de alguien fuerte, capaz de guiarlos atreves de las batallas y tu eres el indicado para eso. – Jeremy seguía sin tener claro lo que tenía que hacer. 
- No soy como tu - Rápidamente su padre lo interrumpiría – Claro que no eres como yo, yo nunca pude dominar la espada y sobrevivir directamente contra un orco, en cambio tu eres mejor que yo, busca tu camino, no sigas el mío. – Jeremy seguirá confundido, pero con un poco mas de ánimo. 
-Recuerda, nuestra gente necesita de un rey capaz de dar su vida para que ellos den la suya por nuestro reino. – De pronto los pétalos rosas empezarían a cubrir por completo a su padre mientras iba desapareciendo. 
- ¡Espera padre!, no podre solo - Su padre le sonreiría diciéndole sus ultimas palabras. 
- No estás solo hijo nuestra gente es tu familia, defiende a tu familia hijo. – todo su trozo desaparecería con los pétalos rosas, hasta que solo quedaría su voz mientras Jeremy quedaba en el piso contemplando a su padre – Siempre estaré orgulloso de que seas mi hijo. Nuestro reino te necesita hijo. – ya solo quedaría el paisaje con el brillante sol mientras el viento llevaba los pétalos rosas y las hojas de los árboles.
Despertaría y se encontraría con Ken dentro de su cuarto. 
- Todos hemos sufrido una perdida mi señor, pero eso no debería desorientarlo, sino impulsarlo hacer lo correcto. – Ken le sonreiría y volvería hablarle rápido – Ah cierto, ya todos están afuera mi señor. 
Jeremy se vestiría con un polo y pantalón de tela para salir rápidamente, estando parado en la puerta de su castillo mirando a su gente, los nervios lo consumirían por completo. 
- Mi gente en estos uuultimoss momentos laa la.. las cosas se han complicado - miraría a todos desconcertados y asustados, rápidamente el pánico e inseguridad se estarían alimentando de el ¡eres un rey patetico! ¡Tu padre estaría decepcionado de ti! Siempre estaré orgulloso de que seas mi hijo reaccionaria y se diría así mismo – Necesitan un rey - cerraría los puños tomando un largo aliento y se atrevería a hablar. 
- ¡Mi gente! Nuestra situación hoy en día no es la mejor, el reino de Mark entrara a buscar conquistar nuestro reino, reino que se forjo atreves de los años, tal vez no seamos el mejor en formación de guerra, ¿pero ustedes cargan con el orgullo de nuestro pueblo verdad?, ¡No! Ustedes son el orgullo del pueblo, por ustedes vivimos y por ustedes hemos llegado tan lejos, ahora mi pueblo necesito de su ayuda, no les prometo una victoria, pero ¿Dejaremos que años de construcción se acabe así de fácil? – sin esperarlo los niños alzarían la voz con fuerza ¡Jamás! sus padres los callarían – No mi gente no calle esas voces, aunque solo sean niños, llegan con orgullo a su reino. Si fallo detéstenme y márquenme como el peor rey de Karl, pero les pido que peleen conmigo. Se que tienen miedo y saben yo también lo tengo, pero ellos no nos temen, nos toman por cobardes y subestiman el poder de nuestro reino.  Ahora les pregunto - tomaría un respiro mientras pensaba en su padre y en lo que haría luego de esta batalla.
- ¡Mi gente! ¡¿Pelearan conmigo?! 
Y rápidamente todos alzarían su voz con un ensordecedor ¡Siiii!, sin poder creerlo y sintiéndose mas aliviado y tomando toda la confianza que le faltaba.
- ¡¿Dejaran que se burlen de nosotros?! ¡¿Permitiremos que pasen por encima de este reino construido con el esfuerzo de nuestros antepasados?! – y de nuevo un ensordecedor ¡Nooo! invadiría todo el reino. 
- ¡Entonces mi gente preparémonos para la batalla! 
Todos alzarían la voz y se prepararían para cerrar el hueco en la puerta principal y así se prepararían para la guerra. 
Pasarían los días y estaban preparados.
- Lo logramos mi señor - Ken se encontraba cansado al lado de Jeremy encima de la muralla viendo el horizonte mientras el sol caía. 
- Era de esperarse - Jeremy no alejaría su mirada del frente.
- ¿Qué paso? – miraría hacia el frente y lo contemplaría.
- Alístenlos - Ken saldría corriendo, llamando al pueblo mientras contemplaba a los soldados del reino de Mark se acercaban con grandes tropas y podía sentir la amenazadora vista de Mourl.
- Si vienes por mi reino primero tendrás que pasar por mí.   




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