La Traductora Latina del Señor Min

Capítulo 2: Los Nuevos Practicantes seleccionados.

Narra T/N: (Dos años después).

Aun me cuesta creer que en un solo párpado hayan pasado dos años después de mi graduación, han pasado muchas cosas hasta la fecha de hoy, he conseguido un trabajo en la parte administrativa de un hotel, al principio fue duro para mi pero ya me pude adaptar, mi jefa era dura y estricta pero igual si tiene un corazón en ese feo carácter, gracias a eso hago mi trabajo perfecto, a tiempo y sin ningún error, gracias a eso ganaba un buen dinero y llegando a casa tenia mi clase de línea coreano algunos días de la semana, los días disponibles ayudaba a mi padre con el campo, por el otro lado Martha tuvo suerte de trabajar en una tienda de ropa de la mejor marca en un centro comercial, así que con eso ella y yo ahorramos todo lo necesario para ir a corea, tuvimos nuestros papeles listos, pasaportes listos con nuestras visas de estudio para poder viajar a corea sin problema, la despedida de nuestras familias junto con nuestros amigos fue difícil para nosotras, mucho más para mi porque sería la primera vez que voy a estar muy lejos de ellos, lejos del hogar donde crecí y me converti en lo que soy, lo bueno es que Martha va a estar conmigo asi que estoy un poco tranquila con eso, ademas una pareja coreana que hablaban ingles nos dejaron a nosotras dos quedarnos con ellos, son uno de esas amables personas que dejan a alumnos extranjeros quedarse a vivir mientras realizan sus estudios, son la familia Choi, me imagino lo caro que son los departamentos, por eso Martha y yo venimos bien preparadas, investigamos un poco acerca de la cultura coreana, lo que debemos saber si vamos a visitar corea, lo bueno y lo malo, todo.

El primer año fueron puros estudios, fue complicado lo puedo admitir porque a veces me revolvia con el idioma chino, pero igual lo aprendía bien, Martha le echaba más ganas con el idioma, nuestra maestra era muy paciente y buena persona, hicimos buenos amigos extranjeros para no sentirnos tan solos de lo que creiamos que ibamos a estar Martha y yo.

Ya ahora cumpliendo dos años viviendo en corea, yo pude sacar una muy buena calificación con el idioma coreano, Martha por el otro lado lo hizo bien pero siente que no ha hecho lo suficiente, por eso decidió repetir desde el inicio a pesar de que ya sepa hablarlo bien, así que conseguimos nuevas visas, ella un visado de estudios y yo bueno, decidi quedarme con ella para no dejarla sola, así que cambié mi visado de estudios por uno de Working Holiday para conseguir un buen trabajo pero ya con algo relacionado con mi carrera, así seguiremos otro año más las dos juntas viviendo en este hermoso país que la verdad si me enamoro por completo.

Narra Yoongi: (Tres meses).

- ¡Despedida! ¡estás despedida! - grite mientras me levantaba de mi asiento enojado

- P-pero señor Min… - decía la empleada con lágrima en los ojos

- ¡No diga ninguna palabra más! ¡solo vete de aquí! ¡tuviste que haber entregado los papeles a mi asistente a tiempo como un favor que te ordene ¿pero dónde estuviste tú? -

- Y-yo, se la entregue pero… -

- Pero perdistes tu tiempo preguntandole lo que me gusta de una mujer para saber si yo iba a caer en tus encantos, que por cierto, no tienes para nada ninguna pizca, además es la tercera vez que mi secretaria te comento sobre la medida de la falda ¡¿porque sigues llevando puesto faldas cortas?! - le conteste y ella seguía llorando

- Es que yo, así me gusta y… -

- Oh de acuerdo - la interrumpi con un tono sarcasmo - pero trabajas en mi empresa y debes respetar el código de vestimenta de mi empresa si quieres seguir trabajando aquí, pero veo que pierdes tu tiempo siendo una cualquiera creyendo que hombres como yo complaceria a mujeres como tu, asi que ya vete de aquí, estas haciendo que pierda mi tiempo por algo tan ridículo ¡LARGO! - le grité que se asusto y salio de mi oficina llorando, respire hondo para calmar mi enojo, rato después llego mi asistente, la señora Lee Sunmi, con un café en sus manos para ponerlo en mi escritorio, tal como yo lo quería, ella ya lleva diez meses conmigo después de tantos fracasos de buscar, ha trabajado como secretaria por varios años en otras empresas reconocibles, es casada, algo que no le gusto a mi madre, vi una muy buena actitud en ella, la puse a prueba por una semana y me dejó impresionado por eso la contrate y ya por ahora todo le va muy bien, en lo laboral la veo como una muy buena asistente profesional pero fuera del trabajo, en lo personal la veo como una amiga hermana mayor para mi, eso me pone tranquilo pero igual no faltan esas mujeres jóvenes que intentan todo lo posible para llamar la atención pero lo que se ganan es perder su trabajo, sus formas de coqueteo se me hacen ridículos por eso las despido

- ¿La despidió? - preguntó con una leve sonrisa, yo afirme para luego darle un sorbo a mi café americano

- Por un simple favor ya mandó todo al carajo -

- Y eso que pasó dos semanas después de que la contrató -

- Le di demasiada tolerancia, solamente porque era una de las hijas de las amigas de las amigas de mi madre, de nuevo sigue buscandome novias para mi solamente porque te contrate siendo una mujer casada y ya teniendo cinco meses de embarazo - al comentarlo ella sonrió acariciando la panza que se le puede notar

- La comprendo señor Min, de todas formas si me hubiera contratado estando completamente soltera, yo no lo iba a coquetear porque la verdad no eres de mi tipo - lo dijo con una sonrisa

- ¿Ah no? ¿y qué tengo de malo? - le pregunté serio después de dejar la taza en el plato

- Nada, admito con todo respecto que si eres atractivo señor Min, pero me encantan hombres como mi esposo, él es como un lindo panda relleno de azúcar, un lindo panquecito con chispas de chocolate, la rica crema de mi café y… -

- Si, ya entiendo, soy lo opuesto a lo que usted le gusta, ¿o de nuevo son sus antojos señora Lee? -




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