La Traductora Latina del Señor Min

Capítulo 4: Primer encuentro en el Elevador.

Narra T/N:

Salgo de mi departamento para ya llegar al edificio MiN, cheque mi celular cuando ya pase por la entrada y presione el botón para esperar a que se habrá, siete con cuarenta y ocho minutos de la mañana

- Buenos días - me dijo una voz femenina, me voltie y era la asistente con el señor Min

- Oh, señor Min, señora Lee, muy buenos días - dije con una reverencia - ¿cómo están los dos? ¿despertaron antes que el sol? - al preguntar eso la asistente sonrió pero el señor Min se mantenía serio mirándome como si me inspeccionara algún pequeño detalle que tengo, no sé, ¿en mi ropa? ¿en mi cara? ¿cabello?, de nuevo no se pero me esta incomodando su mirada

- Sí señorita Leal, hay que estar despiertos para comenzar el dia y no se ocupa la luz del sol para despertarse - dijo el señor Min - eso es lo importante aquí en este edificio si quieren terminar sus deberes a tiempo sin ninguna distracción -

- En eso tiene razón señor Min, en mi país no usamos celulares como alarmas, sino nuestro gallo que es la mejor alarma que te despertará a la primera - comente con una sonrisa, la asistente se rió un poco pero el señor Min no ha cambiado su expresión, se escuchó el timbre para que se abriera la puerta del elevador, deje que mi jefe y la asistente entrarán primero

- ¿No entras señorita? - me pregunto la asistente y yo negué con la cabeza

- Ah no, adelante, ustedes primeros, yo espero a la siguiente, ademas aun tengo tiempo de sobra, así que vayan, tengan una muy buena mañana - dije he hice una reverencia como despedida, se iba a cerrar pero el señor Min lo detuvo

- Entra - dijo serio

- ¿Qué?, no señor Min, esta bien, insist… - decía con pena

- Es una orden - me contestó elevando un poco la voz que me congele un poco, la asistente me sonrió mientras me señalaba con la mano a que entrara y pude leer sus labios diciéndome “adelante”

- Ok, gracias - dije con una reverencia para ya entrar y asi cerrarse la puerta para luego presionar el número de nuestro piso, casualmente la oficina del señor Min y mi área de trabajo es en el mismo piso, así que no hubo problema con eso, todo estaba en silencio, no se si hacer una conversación o no porque no se si eso seria algo grosero y descortés de mi parte, sé que en los transportes, ya sea en el bus o en el metro no se pueden hablar al menos que sea en voz bajito, fue uno de mis primeros choques culturales cuando apenas Martha y yo nos estábamos adaptando a tomar los transportes públicos aquí en Corea, todo en silencio, no se compara como en México que todos hablan de sus conversaciones en alto volumen que no se puede evitar en escucharse buenos chismes, hasta incluso en las combis y camiones ponen música en alto volumen con luces que parece como si fuera un antro sobre ruedas, eso sí es una vida totalmente diferente, me rei con solo recordar esos locos momentos

- ¿Pensó en algo gracioso señorita Leal? - preguntó el señor Min volviéndome a mi realidad

- ¿Perdón? no, señor Min, bueno si, pero no es lo que… -

- Sea lo que sea que pensó señorita Leal eso no me interesa, es más, se lo mencionare ya que está aquí presente, a pesar de que sea una prueba su trabajo laboral de igual forma guarde sus chistes o cualquier tontería que quiera comentar en su hora de almuerzo y lejos de mi presencia por favor, esa son las reglas de esta empresa, en la hora laboral se habrán de negocios pero en la hora de almuerzo pueden hablar ahora sí de sus tonterías ¿le quedo claro? -

- S-si señor, claro como el agua - dije con una sonrisa, el me miro de reojo como si me quiere asesinar, solamente le falta un bastón para que me golpee y así sea como mi abuelo gruñón cuando yo y mi hermano hacíamos travesuras en vez de hacerle caso a nuestra madre en limpiar la casa cuando éramos niños - perdón - lo dije bajito de forma formal con una leve sonrisa y justo a tiempo se escuchó el timbre señalando que ya llegamos a nuestro piso y así abrirse la puerta - después de usted señor Min - dije de forma amable y educada

- Y asi tiene que ser - me contesto frio sin nisiquiera mirarme

- Gracias señorita Leal - me respondió la asistente con una sonrisa amable para ya asi las dos salir del elevador, caminamos los tres en el pasillo pero yo atrase mi paso para darles su espacio y respecto siendo de los puestos más importantes de la empresa para que vayan más adelante, se escuchó a los demás empleados diciéndoles buenos días al señor Min con reverencias pero el sigue su camino ignorandolos, la asistente si los saluda con una sonrisa como respuesta, que grosero el jefe que me toco, si que es muy diferente al señor Park Jimin que el si saluda a sus empleados, hasta nos da algún cumplido, pero el señor Min, solamente pasa como si no existieramos aquí, me sorprende que ellos dos sean socios y amigos, pero bueno, en amistades hay de todos tipos, me acerque a mi escritorio y deje mi maletín en mi mesa para sacar un leve suspiro, cheque mi celular, apenas se cambió de siete cincuenta y nueve a ocho en punto de la mañana

- ¿Ocho de la mañana aquí en mi escritorio? Listo, bien hecho - me lo comente para mi misma y así sentarme en mi lugar y sacar mis cosas para prepararme con mis nuevas actividades

- Buenos días - dijo Felix mientras sacaba su silla del escritorio

- Buenos días Felix ¿dormiste bien? - pregunte y él solamente estiró sus brazos hacia arriba

- Algo, más o menos, se que mi fiesta de graduación lo reservaron ayer y bueno no quería perderlo porque no se si tendré tiempo para irme de fiesta la próxima vez, quizás ese fue mi última fiesta que tendre porque llegó mi momento de trabajar duro, adiós vacaciones hola trabajo duro - al decirlo mientras se sentaba en su silla de forma dramática me reí por lo tierno que se ve

- Bienvenido a la realidad de los veinteañeros my friends - dije de forma “dramática” y “triste” mientras le daba una palmada en su hombro




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