La tragedia de las hermanas Marcón

Relato

1641, Ducado de Molina, Calia

Desde hacía años, la pequeña Virna se impacientaba por saber con quién acabaría casándose. A diferencia de sus hermanas, para ella, el matrimonio era algo sagrado y confiaba en que sus padres elegirían al hombre indicado, después de todo, ellos la conocían a la perfección, no había manera de que el seleccionado sea una contraparte suya.

Habría pasado al menos una semana cuando un muchacho joven y apuesto se presentó a casa de los Belaschi, era rubio, de ojos verdes y de estatura media, por sus ropas se podía decir que pertenecía a la clase alta. Sus padres solían encerrarse en la sala de estar con él para hablar de alguna de sus hijas como posible candidata, lo que Virna más deseaba era que se tratara de ella, puesto que la misma ya le había llamado la atención numerosas veces. Sin embargo, en esta historia tenemos a la otra protagonista, la rebelde y siempre controversial Katia. Ésta era dos años mayor que Virna, y si en su infancia era considerada la más débil y enfermiza, ahora nadie se lo creía, era una auténtica amazonas: sabía cabalgar con elegancia, le encantaban las armas de fuego, la pesca y los deportes riesgosos, mientras que Virna amaba las tareas hogareñas y cuidar su imagen en todo momento. Aparte, también se diferenciaban en cuanto a lo físico pese al hecho de ser hermanas; Katia tenía el cabello castaño claro y los ojos azules, siendo la única en parecerse a su padre, mientras que Virna era de cabellera negra y ojos color miel, como su madre. Con éstas grandes distinciones, las hermanas tenían un fuerte vínculo y nunca perdían el tiempo en molestar a la otra por sus respectivos intereses, así como cuando Virna, una vez, le quitó las balas a la escopeta de Katia para arruinarle el día de caza, o como cuando Katia le cortó todos los vestidos a la más joven para que se viera en la obligación de enseñar sus rodillas, lo que era escandaloso para la época. Sin embargo, tanto en ésas como en otras situaciones, sabían tomárselo como un chiste.

El caballero desconocido resultó ser un joven viajero proveniente de Inglaterra, en Calia nunca se veía con buenos ojos a estas personas puesto que siempre los tildaban de colonizadores y posibles traidores. Cuando las muchachas se enteraron, Katia reaccionó mal, era algo intolerante que uno de estos extranjeros esté pisando su propiedad, a Virna en cambio, no le importó ya que apreciaba todas las culturas (y al marido que sea). El mismo día en que se enteraron de los orígenes del visitante pasaron un rato libre juntas jugando yenga, la única actividad que tenían en común.

- ¿Sabes lo que más me molesta? -Le preguntaba Katia a su hermana mientras hacía su jugada -Que se demoran mucho en decirnos las intenciones de ése vende patria.

―No digas así -La reprende su hermana menor -, podría ser tu futuro cuñado.

―Espero que lo digas en broma, un extranjero casado con una Belaschi sería una gran mancha negra en nuestra familia -Niega con la cabeza -, debe saber que somos parientes de los reyes, entonces sabe que nunca le faltará plata, es un parásito.

En ése momento su padre llamó a la mayor, decía ser importante ¡Y vaya que lo fue! Ellos sólo solían encerrarse con personas importantes... y posibles pretendientes, pero no con sus hijas. Y en aquella ocasión, Katia, se encontraba sentada en el sofá, enfrentada a ellos.

―Supongo que estarás al tanto de las constantes visitas del señor Olsen -Comienza a relatarle su padre.

― ¿Quién? -Pregunta su hija.

―El señor Olsen, es el caballero inglés que suele visitarnos.

―Lo siento, nunca nos dijeron su nombre y tampoco es algo que me haya interesado.

―Pues debería de importarte, hija -Dice su madre - porque pronto él será parte de ésta familia.

―Ah, entiendo..., es un candidato.

―Así es -Dice el señor Marcón -, ha hecho una fortuna en Londres, es joven, apuesto, tiene modales y planea comprar terrenos por aquí, sería un excelente yerno.

―Bueno, parece que dieron en el clavo -Asiente Katia, bastante sorprendida -, será un buen marido para Virna, estuvo planeando su boda desde los siete años, serán grandes noticias para ella.

― ¿Para Virna? -Cuestiona la Sra. Belaschi de Marcón – No, no, Virna tiene diecisiete, pensamos que es joven aún para eso. En su lugar... creemos que Olsen, sería el indicado para ti.

Se enfureció, gritó e incluso hasta estuvo a punto de sollozar, pero entendía por qué lo habían hecho, un hombre así quizás podía “domarla” y convertirla en una digna ama de casa y hacerle olvidar esas alocadas ideas de querer escalar la montaña más alta del mundo o cazar un cocodrilo. Salió indignada y resultaba ser que Virna había escuchado todo, su curiosidad pudo más y había estado con la oreja tras la puerta todo el tiempo. Katia pensó que esto podría cambiar la relación entre ellas, pero reconoció que Virna era más madura por más niña que pareciera, se limitó a abrazarla y a darle unas palabras de aliento.

―El indicado para mi llegará, tengo una corazonada -Le confesó -, seguro que papá y mamá decidieron casarte con Olsen por algo en particular, quizás al hablar con él se dieron cuenta que su temperamento no podría conmigo -Se encoge de hombros -, ellos saben lo que hacen.

― ¡No! -Exclama - ¡No lo saben! No deberían elegir por nosotras.

―Pero ya lo hicieron -Coloca su mano sobre su hombro -, si de verdad eres la hermana que yo conozco, sé que no te dejarás doblegar por nada y harás lo que quieras, así que... ni te enterarás que estás casada con alguien.



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En el texto hay: hermanas, tragedia drama, época

Editado: 11.07.2025

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