La Tragedia del María Elizabet

One Shot

Esta situación ocurrió en mi ciudad un día 13 de enero del año 1965.

En el puerto estaba el barco "Mary Elizabeth", traía estanques grandes y pequeños de gas licuado para descargar en la ciudad. Lamentablemente en una mala maniobra, uno de los contenedores de 2.500 kilos cayó en el puerto, rompiendo el envase, el gas lentamente empezó a expandirse. Se dio el grito rápidamente en el lugar para que todos apagarán cualquier fuego o chispa. A pesar de los cuidados, se produjo la tragedia.

Una teoría dice que fue el cocinero que estaba en el interior del barco María Elizabeth, que no escuchó, y cuando prendió la cocina a las 9.30 hrs. aproximadamente, se produjo la primera explosión que remeció a toda la ciudad de Antofagasta, algunos cadáveres de tripulantes y estibadores que estaban descargando el gas quedaron flotando en el mar, fueron los que estaban más cerca del lugar de las detonaciones.

Inmediatamente se llamó a los bomberos para que tratarán de controlarlo en el sector del barco, pero el calor hizo que muchos bidones de gas que estaban intactos empezaron a explotar en cadena, en tal cantidad que amenazó con extenderse en cualquier momento a todos los lugares de desembarque, cuatro buques tuvieron que izar anclas e irse a alta mar, para evitar quemarse también.

El incendio estaba incontrolable, de los regimientos trajeron a los conscriptos que hacían el servicio militar obligatorio para realizar una cadena humana y evitar que los familiares de los que estaban dentro del puerto entrarán al lugar del siniestro. Los gritos de los que morían o quedaban heridos en cada explosión se multiplicaban, helando la sangre de quienes los escuchaban.

NOTA DE LA AUTORA: En ese tiempo era muy común el "medio pollo" y el "cuarto pollo", o sea, en el primer caso un trabajador contratado mandaba a otra persona a trabajar con su nombre, y le pagaba la mitad de lo que él ganaba en el día para que fuera a trabajar al puerto, y éste a veces buscaba otra persona y hacia lo mismo.

Dejo mi homenaje en este escrito para el valor demostrado por el Capitán del María Elizabeth, Don Sergio Díaz Bernal, quien en la cubierta de su nave tomó los bidones de gas más pequeños y los tiraba al mar para tratar de evitar que la tragedia fuera más grande, pero lamentablemente una explosión se produjo cerca de él y lo hizo desaparecer de la vista de las personas que estaban en una goleta cercana que trataba de salvar personas. Un tiempo después fue rescatado por los tripulantes de otro navío de rescate, que lo encontró flotando en el mar, lamentablemente sus quemaduras eran muy graves, y murió horas después en el Hospital Regional de Antofagasta.

Me detendré en este punto, ya que por la cantidad de heridos con quemaduras graves y la falta de insumos en este lugar, se comunicaron con el Hospital de Chuquicamata, uno de los mejores de Latinoamérica en ese tiempo, para pedir apoyo en esta dramática situación, las ambulancias con implementos y personal hizo el camino, normalmente de tres horas, escoltado por la Policía, en 1 hora 20 minutos.

Quienes llegaban en bus de otras ciudades, pudieron ver la columna de humo muchos kilómetros antes de llegar a Antofagasta, el olor a quemado impregnó la ciudad por semanas.

La situación se agravó con la posibilidad que el fuego llegará a la bodega de combustible, con 30 mil litros de petróleo, y los cilindros de gas más grandes que quedan sin explotar dentro de la nave, los cuales combinados podían provocar la muerte de quienes querían extinguir el incendio, y extenderse por toda la ciudad, ya que el puerto estaba en la mitad del lugar.

A las 15.00 hrs. se tomó la lamentable y dura decisión de llevar el barco lo más lejos del puerto que se pudiera, y dejarlo que se hundiera, todavía había tripulantes que lograron saltar al mar al darse cuenta de la maniobra que harían, pero muchos murieron ahogados, no por no saber nadar, sino que el gas, y el humo los tenían semi inconscientes y no logran ser rescatados a tiempo. Muchos de los que estaban en el lugar, no pudieron olvidar los gritos de quienes, atrapados dentro del barco se dieron cuenta de la maniobra y pedían ayuda, pero nada se pudo hacer por eso, para las autoridades primó más salvar la ciudad y los posibles miles de muertos, que la vida de esas personas atrapadas.

La cifra oficial fueron ocho muertos: tres trabajadores de la estiba y cinco tripulantes. Pero extraoficialmente se dice que fueron decenas de personas las muertas, pero por la costumbre del "medio pollo" y el "cuarto pollo", nunca se sabrá cuantos fueron en realidad los muertos.

Fuentes: Lecturas de prensa, relatos verbales de personas de la ciudad, familiares de mi madre que venían en bus de Chuquicamata y llegaron a Antofagasta a medio día, y sobre todo a mi padre, que en esa época hacía su servicio militar, y fue uno de los que tuvo que contener a las personas, y que hasta el día de su muerte nunca olvido los gritos de auxilio de los atrapados en el barco.

FIN



#25248 en Otros
#2101 en No ficción
#7664 en Relatos cortos

En el texto hay: tragedia, muerte

Editado: 09.12.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.