Cuando entre a la habitación vi sobre la cama una especie de charola que incluía unos regalos, sabía que los hoteles hacían eso casualmente, pero que, solo lo hacían en ocasiones especiales o cuando los huéspedes así lo deseaban. Realmente tuve una gran curiosidad por saber con quién iba a compartir la habitación. Cuando me acerque a revisar la nota que ponían como dedicatoria me encontré con una sorpresa aun mayor, la nota decía “feliz viaje, pareja” al parecer el hotel entendió que éramos pareja pero nadie podía sacarlos de su error porque primero tendría que hablar con ese hombre y después bajar a recepción y pedir otra habitación para que ambos no estuviéramos incomodos estando bajo el mismo techo, no nos conocíamos y eso podía jugar en contra nuestra.
Tenía miedo de que él llegara pero aun así me arriesgue y fui a bañarme, estaba haciendo mucho calor y no podía soportarlo más. Prepare un cambio de ropa y me metí al baño, pasaron unos cuantos minutos y escuche que alguien abrió la puerta, eso me indicaba que mi querido compañero ya había llegado. Aunque trate de escuchar su voz casi no pude, me salí de bañar y me puse mi ropa, cuando me acerque aún más a la puerta logre escuchar que dijo “al parecer ya llegó” y en cuanto oí que dijo eso salí muy rápido y le dije “¿Quién eres tú?” al momento de verlo no podía creerlo.
— ¿Tú?— pregunte muy sorprendida y con cierto grado de molestia— ¿Cómo supiste que estaba aquí?—
—Fue fácil, aún sigo siendo amigo de Lessly— en ese momento tomo asiento en uno de los sillones y tomo un bocadillo de regalo— ella me conto de tu plan de venir a Disney y decidí acompañarte—
— ¿Cuál es tu razón para venir hasta acá después de tanto tiempo?— mencionaba aun molesta y quitándole el bocadillo de la mano— creí que estarías estudiando medicina y refugiándote en tu escondite para así salir de todo contacto con la sociedad como una vez me lo dijiste—
—Adriana, no discutamos más— se levantó del sillón y se acercó a mí— si estoy aquí es porque te debo muchas cosas y aún tengo muy grabada esa promesa que te hice en aquel puente cerca de la preparatoria—
—Si claro, yo también lo recuerdo— mencione alejándome de él y yendo hasta otro sillón— pero, eso no justifica que estés aquí y lo sabes—
— ¿Podríamos por un momento dejar de pelear y olvidarnos del pasado?— cuestiono mientras miraba con detenimiento cada parte de la habitación— aunque sea por este fin de semana volvamos a ser amigos, tu y yo ya no somos unos niños y deberíamos dejar los rencores—
—Al parecer cambiaste mucho— comencé a reír un poco— Ya no eres aquel joven que presumía de un gran ego y que tenía una arrogancia tan grande como su mismo ego, acaso ¿crees que voy a permitir que llegues a mi vida después de 7 años para que volvamos a ser amigos?—
—Eso me habías dicho tú en uno de tus mensajes antes de graduarnos ¿lo recuerdas?— tomo un bocadillo nuevamente— aun soy rencoroso pero soy alguien de palabra y también lo sabes—
—Mira, yo ya no quiero tener nada que ver contigo, tengo muchos problemas y no quiero que tú te vuelvas uno otra vez— me acerque a la ventana— y con ese tono de voz que estas usando me queda muy claro que no has dejado de ser el mismo estúpido del que una vez me enamore pero, eso ya quedo en el pasado, aunque lo dudes hoy creo que me volví a enamorar—
—En esos temas yo ya no me meto y te lo dije una vez— fue de un lado a otro hasta llegar conmigo a la ventana— solo te digo que por este fin de semana olvidemos todo y pues, déjame acompañarte a disfrutar tu fin de semana en Disneyland—
Creo que por esta vez le tendré que dar la razón a él, por cierto aún no saben quién es. En pocas palabras él es mi primer amor. Pero como decía, él tenía un buen punto y fui un poco más flexible por esta vez y decidí aceptar su propuesta. Tenía miedo de lo que fuera a pasar pues estaríamos solos un fin de semana entero, trate de arreglar lo de la habitación pero no pude, extrañamente todo el hotel estaba lleno y no pude pedir un cambio de habitación. Estuvimos hablando un tiempo y luego nos pusimos de acuerdo en donde iba a dormir cada uno. Lessly fue muy inteligente y al hacer la reservación pidió que en la suite hubiera dos camas, pero una de ellas tenía vista a la ventana y la otra estaba un poco más escondida. Yo me quede con la cama cerca de la ventana, también debíamos ponernos de acuerdo cuando alguien se fuera a bañar porque no queríamos cometer una imprudencia.