La travesía de un primer amor

Capítulo 13

Al despertar mire a mi alrededor y mi “amigo”, creo que así lo llamare desde ahora, me había dejado una nota donde decía que me estaba esperando en el restaurante del hotel y que no me tardara. Tome un baño, me vestí y fui a donde me dijo. Cuando llegue me pude dar cuenta de que había mucha gente, es increíble cuantas personas pueden estar en un lugar así y no lo digo porque este mal. La mayor parte de la gente viene en familia y alguno que otro loco como yo que ama Disney. Es en estos momentos en los que recuerdo cuando mis amigos decían que tengo una actitud algo loca, bueno, es que cada vez que veo algo que me gusta mis emociones parecen salir de mí.

Después de un rato me puse a buscar a mi amigo y lo localicé pronto. Cuando llegue a la mesa él me dijo que llegue en un muy buen momento porque estaban a nada de llegar los personajes. Digamos que en Disney hay una tradición en la cual varios personajes van a desayunar junto a los huéspedes de diversos hoteles de Disney. Por lo que me han dicho no siempre son los mismos así que eso lo hace aún más emocionante. Pedimos algo de lo más común para que no nos tardáramos en salir al parque. Cuando estábamos ya desayunando vimos que iban llegando Pluto, Donald, Winnie Pooh, Tigger y por supuesto Mickey quien estaba vestido de chef.

Cuando ellos llegaron le escupí un poco de jugo de naranja a mi amigo, él se comenzó a reír. Yo estaba muy apenada y uno de los personajes se acercó y le dio una servilleta, en ese momento yo estaba muy impactada de ver a un personaje de Disney tan cerca. Me levante muy rápido y le di un abrazo, me tome una foto con él y luego fui con Mickey para que también me tomara una foto con él, estaba aún más emocionada porque estaba vestido de chef y yo también quiero ser toda una chef. Cuando ya paso la emoción del momento nos sentamos otra vez a desayunar y estábamos platicando muy a gusto.

— ¡Son personajes de Disney y uno esta vestido de chef!— grite emocionada a mi amigo— es el mejor viaje de mi vida—

—Se nota que nunca habías venido a este parque— menciono cuando tomo un poco de café— ¿Lista para ir a California Adventure?—

—Claro que estoy lista— me apresure a comer y tomar mi jugo de naranja— en ocasiones sigo pensando que todo esto es un sueño y que pronto voy a despertar—

—Claro que no es así— dijo mientras sacaba su tarjeta para pagar la cuenta— Por más loco que parezca hoy estamos aquí tu y yo para cumplir tus sueños—

—Te diré algo, hace unos años, cuando hable con Anahí y ella me pidió disculpas por estar contigo me dijo algo muy raro— puso cara de sorprendido— me dijo que tenías pensado darme el mejor cumpleaños de mi vida porque yo te había dado el tuyo. Quiero pensar que lo dijo para consolarme pero créeme que ese año me diste ese cumpleaños especial. Recuerdo que fuiste el primero que me felicitó, me enviaste un mensaje a media noche y eso me puso muy feliz. Sé que no eres muy expresivo y que para ese momento ya no te importaba lo que me pasaba, pero fue un gran detalle—

— ¿Por qué eres tan conformista?— fue en ese momento cuando mato toda la magia del momento— digo, podrías tener al hombre más romántico y que te pueda ofrecer lo que tú te mereces pero te conformaste con lo poco que yo te di—

—No soy conformista, yo valoro cada detalle por más simple que este parezca y tú me diste muchos de esos— en ese momento se acercó el mesero con la cuenta— No quiero discutir sobre eso, mejor vámonos ya—

Después de eso nos fuimos a la habitación por las cosas que íbamos a necesitar. Mi amigo me pidió perdón pero yo no pesaba pasármela enojada así que ignore lo que paso en el desayuno. Fuimos a Disney California Adventure y nos la pasamos muy bien, igual nos tomamos fotos y nos subimos a algunos juegos. Al poco rato fuimos a un restaurante y fue un momento tan divertido, incluso cuando llego un mesero y nos dijo cosas muy raras. Era de esos meseros que te hacen plática y que no dejan de hablar, en lo personal me hizo reír mucho y me agrado muchísimo más.

—Que hermosa mujer— menciona el mesero mientras se acerca a atendernos— ¿listos para ordenar?—

—Claro gentil caballero— entre risas y bromas le respondí al mesero— yo quiero una hamburguesa de cordero y una limonada, ¿tú que vas a ordenar?—

—Yo quiero lo mismo que tu “Hermosa mujer”— dijo en tono de burla.

—Disculpen, no sabía que eran pareja— se disculpa y se retira.

Pasa el rato y comimos, me pregunto por qué no dijo o desmintió lo que el mesero creía de nosotros. Estos días en Anaheim han sido de lo mejor, es ahora cuando entiendo cuando dicen que la vida es corta y que es mejor hacer lo que te gusta y no lamentarte de que no lo hayas hecho ya cuando estés muriendo. Después de comer y estábamos a nada de irnos el mesero se acercó y nos dijo algo que me puso muy nerviosa.




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