“La ford ranger había subido su velocidad a más de 170 km por hora mientras seguía a aquella chevy negra. Viajaban por una carretera aledaña a una playa húmeda compuesta de charcos dejados por el mar. Delante de los vehículos apareció una curva que llevó a la chevy a seguir hacia adelante, por lo cual ambos automóviles aterrizaron en la arena mojada quedando encajados allí. Cuatro hombres bajaron de la ranger con armas, cruces y espejos. Pasaron unos cuantos minutos hasta que de la chevy bajaron tres hombres y una mujer con los colmillos afilados, los ojos rojos y garras. Eran las 5.50 de la madrugada, faltaban unos minutos para que amanezca. Los cazadores corrieron hacia los vampiros mientras que ellos volaron hacia los hombres. Se desató una batalla igualitaria pero el tiempo para los vampiros corría y pronto serían carbonizados por el sol.
—Te propongo una tregua, Miguel —gritó Darius.
— ¿Qué tienes para proponerme aparte de tus cenizas?
— Puedo decirte donde está el líder.
—Esa es una buena idea aunque además de no gustarme los vampiros tampoco me gustan los traidores. Pero dime donde está Kosani.
—Está en Filadelfia
—Está bien, te creo, ahora lárguense de mi vista.
Entonces los vampiros subieron a la chevy, salieron del barro y huyeron del amanecer hacia su guarida.
— ¿Por qué hiciste ese trato, Miguel? —le preguntó su compañero— ¿No te das cuenta que te mintió?
—Ya lo sé pero, creo que no hubiéramos ganado la pelea, son muy fuertes, es mejor que los sigamos hasta su escondite y los matemos mientras duermen.
—Muy inteligente de tu parte, amigo.
Así que subieron a la ford ranger y viajaron hasta la cueva de los vampiros.”
por Valeria O.
Derechos de autor:
Escrito el 27/06/2019
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Editado: 28.06.2019