La Tregua Perfecta

8. Besos sabor chocolate.

—¿Qué? Vuelve, vuelve —pide Summer girando su cuerpo completo hacia mi mientras cruza sus piernas como le enseñan a los niños en preescolar.

—A veces olvido que te conozco hace unos meses —digo recordando que Summer es la más reciente del grupo. Peter, Derek, Cara y yo nos conocemos desde la primaria, por otro lado, Summer es de Nueva Orleans y se cambió a la escuela este año. Nos cayó bien y sentimos que congenia muy bien con el grupo.

—Cuando tenía quince, mi madre controlaba mi vida. Llegó al punto en que perdí cualquier control sobre mi vida. Siempre quiso emparejarme con Hunter. Era su sueño perfecto. Entonces empezó a presionarme. Yo veía a Hunter como un simple idiota que veía cada tanto, no lo odiaba pero tampoco nos llevabamos de maravilla. Fue tanto la presión que en mi cabeza comenzó a entrar la idea de que Hunter y yo deberíamos ser pareja, que él era atractivo y yo eventualmente me enamoraría. Empezamos a hablar de diferente. Era... extraño. El coqueteo,  las citas... No sé. Nunca llegamos a besarnos. Gracias a Dios. Aunque pasó lo inevitable, Hunter no estaba tan mal y yo empecé a enamorarme. Todo lucía muy perfecto.  No me di cuenta que era un verdadero imbécil que estaba jugando conmigo hasta que lo encontré besandose con Becky Halbrook, su mejor amiga ahora y capitana del equipo de porristas. Lo entendí todo. Desde ese día comencé a odiarlo.

—¿Becky y Hunter? —pregunta atonita como si le acabase de contar el mejor chisme del mundo—. Todo el mundo sabe que son mejores amigos y nada más.

Me alzo de hombros. Es así.

—Hunter esta perdidamente enamorado de Becky desde que tiene memoria. Pero Becky lo ve como un amigo. Solo se besaron una vez... creo y fue esa —explico

—Pero no parecen... —Summer comienza a balbucear.

—No, no parece. Hunter pretende que la ha superado pero sé que no es así. Becky es un amor de persona. Hunter es todo lo opuesto. Gracias Dios no están juntos.

—¿"Gracias a Dios no están juntos"? ¿Son celos lo que estoy detectando? —inquiere.

—¿Celosa? ¿Por qué debería estarlo? —pregunto confundida. Summer niega con la cabeza.

—¿Vamos por unos helados? Tengo hambre—pregunta al levantarse de un salto.

—Sí, por favor —resoplo y la sigo.

***

Nos sentamos en la mesa redonda de la heladería. Summer me habla sobre este chico nuevo con el que se está hablando. Me llevo el helado a la boca y suspiro cuando siento el gusto a chocolate. Será el más básico de todos, pero siempre el más delicioso.

Mi celular comienza a sonar. Está encima de la mesa así que me inclino a ver quién es. Ruedo mis ojos al ver el nombre que figura en la pantalla.

Hunter Thompson.

¿Para qué me llama? Ni que fueramos amigos.

—No atenderé —aclaro mi garganta y deslizo la pantalla para cortarle.

—¿Qué si se esta muriendo? —inquiere Summer.

—Mejor.

—Pero en serio imagina si es una urgencia...   

—Pues se confundió. Tiene que llamar al 911, no a mi.

Mi teléfono vuelve a sonar. Antes que pudiera terminar la llamada, Summer rápidamente toma mi celular, atiende y se lo lleva a la oreja.

—¿Hunter?... No, no soy Juliette. Soy Summer...Eh, su amiga... Estamos en una heladería... Sí, esa. ¿Por qué?... No, espera.

A juzgar por su expresión, Hunter le ha cortado.

—¿Que quería? —inquiero aún concentrada en mi helado. Sin embargo, no dejé pasar que Summer acaba de darle nuestra localización al enemigo.

—Nada —contesta Summer.

Asiento. Espero que por su bien, sea nada.

Termino mi helado y me pongo a juguetear con mi celular. Summer apenas va por la mitad.

—Eres un animal —ríe a lo que me alzo de hombros.

Un grupo de chicas entra a la heladería. Deben rondar los catorce, quince años. Lo sé por sus caras, aspectos y por su actitud escandalosa. Se sientan en una mesa, algo alejadas pero aún las puedo ver. Ahg, esas chicas solo me recuerdan a Acacia.

—¿Ves? —les digo señalándolas discretamente. Summer se gira—. Así debería estar Acacia. No con tacones, creyendose la grande y con novio.

—Deja a la niña ser —Summer rueda sus ojos divertida—. Cada una crece a su manera.

—Deja de insistir con eso yo... —me callo cuando las chicas esas suspiran un no disimulado "Ohhh" y llevan sus ojos a la puerta. Giro rápido para poder entender cuál es el escándalo.

Tengo ganas de golpearme la cabeza contra la mesa cuándo veo a Hunter Thompson... Sí. Hunter Thompson aparecer por la puerta de la heladería. Con su pelo perfectamente desordenado, jeans colgando de sus caderas y una camiseta sin mangas. Lleva las llaves de su auto en la mano. Con la que está libre, desordena su cabello y sonríe, como si supiera que todos lo están viendo.

Y es la jodida realidad.

Todos pero mejor dicho todas lo están viendo.

Hunter, por favor. Estás haciendo el ridículo.

Vuelvo mi mirada a Summer.

—¿Le dijiste que venga? —pregunto sintiendo el enfado crecer. 

Ella niega con la cabeza.—Solo le dije donde estábamos.

Bufo molesta y a lo que se ríe. Le conté explícitamente porque me fui de casa y ella solo trae el problema hacia mi porque quiere fastidiarme. Gracias, amiga.

—Hola, guapa —Hunter le sonríe a Summer la cual le contesta con una sonrisa idiota—. Galletita —se gira a mí.

Decido no contestarle.  No me siento de humor para seguir discutiendo.

—¿Podemos sentarnos aquí? —pregunta el moreno luego de haberse quedado mirándome como un idiota por casi medio segundo.

—¿Podemos? —digo remarcando la palabra. ¿Quién mas estaba aquí?

No me sorprende nada —son como uña y mugre— cuando Tanner alías ojitos lindos, aparece con dos helados en la mano, dandole uno a Hunter. ¿Qué es ahora? ¿Su secretario?

Tanner se sienta en la silla vacia a mi lado, y Hunter hace lo mismo junto a Summer.



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Editado: 13.04.2021

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