La Tregua Perfecta

13. Los juegos mentales también son venganza.

Vuelvo a abrir mi closet en busca de ropa para la fiesta de hoy. ¿Por qué esto debe pasarme todas las santas veces que decido ponerme algo? ¿No puede caer del cielo y ya?

—Me estas desesperando —Peter decide volver a hablar después de haber batido récord, manteniendo silencio por medio segundo—. Tienes básicamente una habitación para toda tu ropa y no encuentras nunca nada.

Ruedo mis ojos, aunque él no pueda verme.

—No me entenderías —contesto asomando la cabeza para verlo, echado en mi cama, con una camisa roja y unos vaqueros negros, listo para irnos a la fiesta.

Despega la vista de su celular.

—Tienes diez minutos. Estés o no, me voy —anuncia y comienza a tomar el tiempo con su reloj de mano.

Bufo. Tanner había quedado en pasarme a buscar, pero le surgió una cosa de último momento y no sabe si podrá llegar. Entonces, tuve que llamar a Peter.

Me tomo sus palabras de irse enserio. Es capaz y no quiero perderme esta fiesta.

Maldigo varias veces en voz baja mientras que tomo una falda negra, y acompaño el conjunto con algo de la nueva colección de mi madre, un sueter off shoulder color crema. Probablemente me haga mucho calor luego, pero no tengo ganas de seguir pensando.

Me decido por unas botas tejanas negras. Duelen un poco,pero es porque es la segunda vez que las usaré. Es hasta que se ajusten a mi.

No me pongo mucho maquillaje. Me las apaño con un poco de máscara y rubor.

—Estaba a punto de irme —me cuenta Peter apoyado en el marco de la puerta de mi habitación.

—Menos mal que no lo hiciste —digo apartándolo para salir.

—Te ves hermosa como siempre, Jules. No sé porque el drama con la ropa —bufa.

No puedo evitar sonreír un poco.

Bajamos las escaleras hacia la sala de estar donde mamá se encuentra en el sofá más grande de la sala, con sus pintas del trabajo pero descalza y con una copa de vino en su mano derecha.

—Me voy, mamá —le aviso, aunque ya lo había hecho antes. Voltea a mirarme y recorre mi atuendo. Finalmente, asiente como si lo aprobará.

—Cuídala, Peter.

—Siempre, Grace —le asegura mi mejor amigo con una sonrisa y aprovecha para desordenarme el cabello como si fuese su hermana menor.

Una vez que estamos afuera, empiezo a pensar en lo que Acacia me dijo la semana pasada con respecto a mamá. Creo que tiene razón. Deberíamos tener una charla con ella lo antes posible.

***

Cuando me bajo del Jeep de Peter, ya puedo oír la alta música, aunque estuviésemos estacionados unas casas antes. Me pregunto cuánto van a demorar los vecinos en llamar a la policia, si es que no lo hicieron todavía.

—Tengo el presentimiento de que Acacia está en la fiesta. No me dijo nada, pero no me sorprendería —comento cuando me sumo a Peter en la acera.

—¿Y cuál es el problema?

—¿Una noche con el pesado de Hunter más la parejita del millón? —inquiero como si fuese obvio.

—Ignoralos. Suficientes energías gastas en esos tres.

Asiento. Tiene razón. Es mejor ignorarlos.

***

Entramos a la fiesta. Ya todo había perdido el control. Algo así como toda la escuela estaba aquí. Esto no pasa muy seguido. Mi escuela es gigante.

—¿Por que siento como si estuviéramos en los pasillos de la escuela? —le pregunto a Peter, casi teniendo que gritar para hacerme oír.

No responde. Solo se ríe.

Busco con la mirada a Cara y a Derek. Según ellos, están aquí hace quince minutos. Luego de pasearme un rato entre la gente, los encontramos. Lucen aburridos en una esquina, pero al menos están bebiendo algo.

—¿Quién se murió? —inquiere Peter al acercarse. Le roba el vaso a Derek de las manos.

—Ahg, esta fiesta da asco —se queja Cara.

—Tú fuiste la primera en decir que sería buena idea —respondo. Ella pone sus ojos en blanco—. Ven, vamos a ponerle un poco de humor a esto —le digo y tiro de su brazo.

La arrastro por la casa hasta la pista de baile improvisada que se armó en la sala.

A lo lejos, veo a Becky y a sus amigas. Hacemos contacto visual y ella eleva su mano para saludarme con una sonrisa cálida.

¿Por qué la capitana de porristas debía ser tan amable y linda? ¿Donde rayos quedo mi infancia de películas donde la capitana de porristas es la zorra mayor? Quizá, sea por eso que ella es la chica perfecta para Hunter. Porque ella es todo lo que él no es. Se complementan.

Pero si el idiota es feliz con ella, pues no sería una buena enemiga dejándolos estar juntos así como así. Además, está claro que Becky ve a Hunter como yo veo a Peter; pura amistad. El karma al fin hizo algo bueno.

Un par de canciones pasan y junto a Cara, nos hemos adueñado de la pista de baile.

Minutos después, Becky y su grupo se nos unen. Cara hace su mejor esfuerzo para ocultar una mueca cuando las ve bailar sin preocupaciones con nosotras. Tengo ganas de reír, muy fuerte. A Cara nunca les agrado las porristas, excepto Becky, claro. ¿Quién podría odiar a la niña dorada?

Me alzo de hombros en su dirección y termino esta conversación con señas que estábamos teniendo, cuando me alejo, sedienta por una bebida.

En lo que llegamos a donde antes encontré a Cara y Derek, noto que Derek y Peter ya han hecho de las suyas. Un grupo de aproximadamente seis chicas de un curso menor están alrededor de ellos.

En cuestión de segundos, —solo nos bastó con aparecer— las chicas se dispersan sin decir nada.

—Sabía que eran ustedes —resopla Derek—. Nadie más espanta con tan solo aparecer.

Cara lo hace callar y Peter me pasa un vaso, con algo. Sin dudar de él, lo bebo. Si hay algo que está más claro que el agua es que el alcohol me pega fuerte por eso. Tengo una resistencia que casi no existe.

Dejo el vaso vacío a un costado y me pongo a charlar con los chicos. En eso, decido voltear y mi mirada se encuentra con Acacia, en un lindo pero muy corto vestido rojo. Cameron está pegado a ella.



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En el texto hay: newadult, youngadult, enemiestolovers

Editado: 13.04.2021

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