La Tregua Perfecta

18. ¿Qué estabas mirando con esos ojitos?


¿Qué le acaba de pasar a Acacia?

Nunca en mi vida la había visto así. Enojada la veo todos los días, pero desquitándose conmigo es raro. Nunca me ataca tan... personalmente.

Me siento en la cama y luego el cansancio me vence y termino acostada, con la vista en el techo.

¿Mi hermana tiene razón? ¿Qué si todo este tiempo estuve enamorada de Hunter y para negarlo, empece a odiarlo?

Me cuesta asimilar todo ahora mismo, me siento rara. Un torbellino de emociones me arrasa por dentro y no sé como pararlo. Por primera vez, comienzo a ver las cosas en una diferente  perspectiva, una que me asusta como la mierda.

La puerta se abre, no me hace falta girar para saber quién es. Acacia no volverá hasta que yo me vaya, papá y Cameron tocarían la puerta, y Kate no vendría así como así.

—Galleta, arriba —la insoportable voz de Hunter llega a mis oídos—. Tenemos planes.

Un poco confundida, me apoyo en mis codos para poder verlo.

—¿Qué planes?

—Siniestros, te lo aseguro —dice como maniático mientras abre los armarios y revisa que no haya nadie, cerrando ventanas y corriendo cortinas. No, lo confirmo. Es un maniático.

—Deja de actuar como un loco y sal de mi habitación.

—Shsh —me calla—. Debemos actuar rápido, Cameron y Acacia están... no sé que están haciendo, pero tengo un plan.

—No, Hunter. No estoy de humor para planes —le digo y vuelvo a acostarme. Estaba atravesando una crisis interna y silenciosa cuando entró.

Se queda en silencio.

—¿Qué te pasa? —pregunta finalmente.

¿Qué?

—¿De verdad estas preguntándome que me pasa? —le digo. ¿Qué le sucede al mundo hoy? ¿Hunter y yo conversando por segunda vez en la mañana?

—¿Estás sorda? Me escuchaste.

—Muchas cosas —respondo.

—¿Y cuando vas a estar mejor?

—Cuando te vayas.

—Bien —dice y se va asegurandose de dar un portazo al irse.

¿Hunter se acaba de preocupar por mi?

Dios, necesito dormir.

 

***

Cuando me levanto, estábamos cerca de la hora del almuerzo.

Salgo de mi habitacion cuando oigo la voz de Kate llamándonos.  Llego al comedor, no había nadie aún.

—¿Y los demás? —pregunto algo dormida.

—Tú papá fue a buscar unas cosas en la ciudad, deberá estar aquí en unos minutos. Hunter esta con Dylan en la piscina pero no se donde están Cas y Cameron. ¿Los puedes llamar?

Asiento.

Por una extraña razón, sé donde están. Y por instinto, se que no me va a gustar.

Llego a la puerta de la habitación de los Thompson. ¿Toco o no toco? Meh.

Me arrepiento de no tocar cuando veo cosas sucias pasar en esa habitación.

Cameron y Acacia se giran. Mi hermana grita, a Cameron se le encienden las mejillas. Llegué a tiempo porque aunque los dos estén en la cama, por suerte conservaban su ropa.

—La comida esta lista —digo con mis ojos cerrados. Demasiada inocencia en mi.

Rápidamente, me giro y cierro la puerta. Necesito cloro en mis ojos, ya. Dios. ¡Le dije a Acacia que mientras estemos aquí no!

Voy directamente al patio trasero de la casa. Por lo menos Hunter y Dylan, ellos no estarán haciendo nada sucio.

Entrecierro mis ojos intentando acostumbrarme a los rayos del sol y camino por el suelo de madera hacia donde ellos estaban. Veo a Hunter alzar a mi medio hermano al agua pero atraparlo a tiempo. Dylan se ríe al igual que el idiota.

Aún no notaron mi presencia por lo que me doy tiempo para admirarlos un poco.

El cabello rubio de Dylan se sacude cuando Hunter lo hace girar. Diablos, dos hermanos rubios y yo la que salio con el cabello color hoja de otoño.

Como un sexto sentido, Hunter voltea para mirarme.

—Kate dice que la comida esta lista —anuncio y me cruzo de brazos.

Hunter nada hasta las escaleras y deja a Dylan en una de ellas. ¿Como es tan descuidado? Apenas camina y puede caerse en cualquier momento.

Me acerco con una toalla color verde que estaba en una de las tumbonas y envuelvo a mi hermano.

—Hola, Dyl —saludo con una sonrisa.

—¡Juliette! —exclama y me abraza. No me molesta que este mojado cuando lo sostengo.

—¿Cómo estas?

—Bien, bien, ¿tú? —pregunta. A decir verdad, para tener tres años, es un niño bastante inteligente.

—Bien.

Bajo a Dylan y él va directo hacia adentro. Me deja a solas con Hunter.

Me levanto del suelo y es cuando mis sentidos parecen dispararse como fuegos artificiales.

Todo dentro de mí se siente como un remolino.

Ver a Hunter Thompson salir del agua en bañador es como pedir un disparo al corazón. No tengo maneras para explicar por qué causa cosas en mi justo ahora, solo puedo mirar con la boca abierta. Quiero golpearme por sentir lo que siento ahora mismo.

Sacude su cabello mojado. Un par de gotas logran alcanzarme. Su cuerpo trabajado está completamente mojado.  Puedo jurar que está tensando todos sus músculos a propósito. Tiene esa mirada en el rostro que solo nos muestra lo egocéntrico y narcisista que es. Ahora entiendo un poco más porque le pagan bien por modelar.

—¿Se te perdió algo en mi? —su voz me hace salir del pequeño e idiota trance en el que me había metido.

—Solo veía un sapo salir del agua —digo alzandome de hombros.

—No mientas —me dice.

—Ya lo sé, por eso no miento —digo y tomo la otra toalla y la lanzo. Hunter la atrapa—. La comida se enfría, vamos.

No tengo tiempo de observar su razón, giro y vuelvo a la casa, pidiéndole internamente a mi rostro que se calme porque debo lucir como un tomate.

Una vez adentro, me doy con que papá ya volvió. Todos estan en la mesa, esperándonos.

—¿Por qué se demoraron tanto? —pregunta mi hermana con una mirada asesina en el rostro.

—Vi un sapo salir de la piscina —digo la verdad—. Hunter no quiso ayudarme ahuyentarlo.



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En el texto hay: newadult, youngadult, enemiestolovers

Editado: 13.04.2021

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