La Tríada - Libro 6 de la Saga de Lug

PARTE XIV: MADRE E HIJO - CAPÍTULO 70

—Sí— confesó Marga—, mi intención es cruzar al otro mundo para ayudarte a detener a Nemain.

—Eso no va a pasar— le apuntó con un dedo firme Lug—. No caeré en tu trampa.

—No soy yo la que te tendió una trampa, sino Nemain— le retrucó su madre—. Piénsalo, ¿qué fue lo que te llevó a clavar tu espada en el cristal de Avannon?

Lug no contestó.

—Nemain tiene una forma insidiosa e indetectable de meterse en la mente de las personas, Lug. ¿Y sabes cómo lo logra? Solo toma lo que ya está ahí y lo amplifica. En tu caso fue la culpa. Solo le bastó un texto a medias, envenenado, y luego detonó tus acciones con la muerte de tu amigo— continuó Marga—. Te hizo creer que su sangre estaba en tus manos.

—Su sangre estaba en mis manos— murmuró Lug para sí.

—No, Lug, eso lo armó ella para hacerte caer, para que hicieras lo que ella necesitaba que hicieras: bloquear el portal para que no podamos llegar hasta Merianis, para que Augusto, Rory e incluso Lyanna queden varados en el otro mundo, mientras Nemain trae a Morgana aquí y la separa de su única posibilidad de escape. ¿No lo entiendes?

Pero Lug no la escuchaba, solo meneaba la cabeza, murmurando:

—Yo llevé a Morgana hasta él, metí a su asesina en su casa, yo lo maté, murió en mis brazos, su sangre está en mis manos…— se miró las manos que le temblaban.

Dana se sentó a su lado en la cama y lo abrazó:

—¿Quién fue, Lug? ¿Quién murió en tus brazos?— le preguntó suavemente.

—Walter— rompió a llorar Lug.

—Oh, cariño, cuánto lo siento— lo consoló Dana, tomando la cabeza de él y apoyándola sobre su pecho, dejando que se desahogara.

—Llegué tarde…— sollozó Lug—. Llegué tarde… Me distraje… No pude salvarlo…

—Nemain te convenció de que su muerte fue causada por tu intervención, por intentar facilitar la liberación humana en el otro mundo, por el contacto que propiciaste entre los dos mundos— siguió Marga, inexorable—. Nada está más lejos de la verdad, Lug. ¡Mírate! ¿Cuántos días hace que estás tirado en esa cama? ¿Es ese el comportamiento normal del Señor de la Luz? ¿No te das cuenta de que la angustia que te agobia es desmesurada, distorsionada más allá de la razón? Nemain te necesitaba fuera del juego y tú te sometiste a sus planes, pero yo he venido a ponerte de vuelta en el juego, para que juntos podamos detener esta locura.

Lug levantó la vista hacia ella, secándose las lágrimas con el dorso de la mano:

—Tendrás que darme mucho más que eso para lograr que crea en ti— le dijo con voz ronca.

—No es en mí en quien debes creer, sino en ti mismo— le retrucó ella—. ¿Piensas acaso que todo este asunto va a resolverse solo, mientras tú te revuelves en tu dolor, alejado de todo y de todos?

—No— respondió Lug—, pero no estoy seguro de tu papel en esto.

—De acuerdo— abrió los brazos Marga en un gesto de apertura—. ¿Qué más necesitas saber?

—Háblame sobre Augusto y Rory— pidió Lug—. ¿Qué rol tienen en esto?

—El Alquimista y el Sanador— asintió Marga—. Morgana tomó todo tipo de recaudos para escapar de la influencia de Nemain. Sin embargo, Nemain logró romper con todas sus barreras y la puso bajo su poder, aunque no completamente. Nemain retorció los componentes de su sangre para someterla a su dominio, pero Morgana se las arregló para escapar, encarnando en un ser humano y borrando su propia memoria, abandonando para siempre su forma original contaminada. Aún así, Nemain logró imponerse, y ha logrado manejar a Morgana a su antojo, aunque no continuamente. La situación irá empeorando para Morgana, a menos que pueda volver su sangre a sus características originales. Para eso, necesita un Alquimista originario del otro mundo y un Sanador del Círculo que estén vinculados afectivamente y trabajen en conjunto, transmutando y sanando su sangre, librándola de su corrupción. Nemain lo sabe, es por eso que Morgana ha destinado a un aliado para que proteja a Augusto.

—A eso se refiere el Ojo Azul— dedujo Lug.

—Sí— asintió Marga—. Lamentablemente, no pudo tener acceso al Círculo para tomar los mismos recaudos con el Sanador. Por eso, Nemain logró capturar a Rory, pero no ha podido tocar a Augusto, todavía.

—¿Cómo supo dónde estaba Rory con tanta precisión?— intervino Dana—. ¿Tiene un espía en la escuela de Alaris?

—No, no lo necesita— negó Marga con la cabeza—. Como ya les expliqué, ella tiene parte de mi poder: puede ver las líneas de tiempo. Anticipó dónde estaría Rory y simplemente fue por él.

—¿Rory está vivo?

—Sí, Nemain lo mantiene vivo para usarlo como cebo para atrapar a Augusto.




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