La Tríada - Libro 6 de la Saga de Lug

PARTE XVII: MÁS REVELACIONES - CAPÍTULO 86

—Perdóname por haberte mentido, yo…— intentó disculparse Nuada.

—Gracias— murmuró Dana con lágrimas en los ojos, tomando una de las manos de su padre entre las suyas.

—¿Por qué?

—Por no permitir que yo cayera en manos de Nemain.

Él extendió su mano libre y le acarició el rostro, secando las lágrimas de sus mejillas con su pulgar.

—De nada, mi querida Dana. Te amo más que a mi propia vida.

Dana se levantó y lo abrazó con cariño. El recio Nuada tuvo que hacer un gran esfuerzo para contener sus propias lágrimas. Hacía mucho tiempo que no tenía un acercamiento así con su hija. Después de un largo emotivo momento, Dana aflojó el abrazo y volvió a sentarse. Los dos se quedaron en silencio por unos segundos. Finalmente, fue Nuada el que reanudó la conversación:

—Supongo que si viniste a preguntarme sobre Nemain, es porque ha vuelto a las andadas.

Dana asintió con la cabeza.

—¿Está aquí?— inquirió Nuada con preocupación.

—No, está en el otro mundo— respondió Dana—, pero su objetivo no ha cambiado: sigue buscando reunir a la Tríada, y está cerca de lograrlo. Ya sabe quiénes son los otros dos miembros. Uno de ellos es una mitríade que fue exiliada al otro mundo. Su nombre es Morgana y fue reina de las mitríades aquí mismo, en el Círculo, antes de Merianis. Hasta ahora, Morgana se resiste a formar parte de la Tríada nuevamente. En su plan para forzarla, Nemain ha secuestrado a Merianis y la ha llevado al otro mundo.

—¡Por el Gran Círculo!— se horrorizó Nuada.

—Eso no es todo— siguió Dana—. El otro miembro de la Tríada está aquí, en el Círculo.

—¿Es alguien que conocemos?

—Me temo que sí: es Marga.

Nuada la miró atónito, sin palabras.

—¿Qué? ¿Estás segura?— reaccionó el rey, incrédulo.

—Sí— aseguró Dana—. Nemain se las arregló para enviarle visiones que la llevaron a recuperar todos sus recuerdos.

—Oh, no…— murmuró Nuada, preocupado—. ¿Lug lo sabe?

—Sí— respondió ella—. Marga se presentó en nuestra cabaña y nos lo contó todo.

—Podría estar manipulándolos— le advirtió Nuada.

—Es lo que Lug y yo pensamos. Por eso vine a hablarte. Ella fue la que me dijo que me habías mentido sobre la muerte de Nemain. Necesitaba que tú me lo confirmaras. No confiamos en ella, aún cuando Lug percibe que está diciendo la verdad, pero hasta ahora, tu historia no hace más que corroborar la de ella.

—¿Por qué les habló Marga sobre Nemain? ¿Qué pretende?

—Según ella, quiere ayudar a rescatar a Merianis. Ha tenido visiones que pueden guiarnos al lugar donde Nemain la tiene prisionera. Pero creemos que sus verdaderas intenciones son convencer a Lug de que la lleve al otro mundo a través del portal de la cúpula para unirse a Nemain.

—¿Por qué necesita a Lug? ¿Por qué no forzar a Humberto como lo hizo en el pasado?

—Porque Lug ha bloqueado el portal con su espada y solo él puede desbloquearlo.

—Ya veo— musitó Nuada.

—Marga arguye que no es verdad, que si quisiera unirse a Nemain solo tendría que esperar a que ella la viniera a buscar, pues Nemain puede abrir portales a voluntad entre el Círculo y el otro mundo. Nos consta que eso es posible, pues ha abducido a Merianis y ha causado una masacre en las tierras de Merkor para secuestrar a Rory, sin usar la cúpula, pero Marga niega saber cómo hace Nemain para abrir esos portales. Ella sugiere que fue Bress el que le enseñó.

—No, no fue Bress…— negó lentamente su padre con la cabeza—. Fui yo— confesó con reticencia.

—¡¿Qué!?— reaccionó Dana, estupefacta—. ¿Cómo…?

Nuada suspiró y se acarició la barba, tratando de buscar las palabras para explicar sus acciones:

—Como te dije, necesitaba sacar a Nemain de tu lado y del de Murna. La única opción que podía satisfacerla era cruzar al otro mundo. Pero pedirle ese favor a Bress estaba fuera de la cuestión. Bress y yo ya éramos enemigos mortales en esa época, y Nemain también había sido rechazada por Tír Na N Og al asociarse conmigo y ser la madre de mis hijas.

—¿Entonces?

—Bueno… cuando Bress pactó con Wonur para ampliar sus habilidades, éste lo ayudó dándole una gema roja especial llamada Tiamerin, que Bress luego llamó Ojo Rojo. Era un instrumento de poder para concentrar, contener y ampliar su habilidad. El poder no estaba en el Tiamerin en sí, sino que solo servía para enfocar la habilidad que Bress ya poseía, algo así como una ayuda para acelerar su aprendizaje en el uso de sus habilidades. Bress usó el Tiamerin por un tiempo, pero después de muchos años de residir en Tír Na N Og, descubrió que ya no lo necesitaba, así que lo escondió en el corazón de Ciudad Perfecta, en un lugar en donde pensó que nadie jamás lo encontraría.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.