Capítulo 6: "Canción perpetúa"

En el otro plano debían cargar con diversos problemas, y entre ellos estaban algunos más urgentes que otros, por ello se iban resolviendo poco a poco, no obstante, eso no descartaba que pudieran ser olvidados por error para luego resurgir como parte de otro acontecimiento aún más grave; por lo general, estas eran las consecuencias de dejarlos estar y de vivir en un mundo lleno de enemistades; este tipo de rivalidad entre ángeles y demonios, solo hacía que el día a día, se volviera cada vez más difícil de afrontar, llevando no a unos pocos a la locura, tal como pasaba con cierta cantidad de oráculos, en donde hubo casos que, como no fueron capaces de controlar su poder visionario, terminaban por volverse locos, situación que, gracias a Dios, no llegó a ser con Taruis, entre otros que eran igual de experimentados. Y hablando de seres divinos, Solventa, quien estaba a solas con la adivinadora de estrellas, le dijo lo siguiente:

—La información que nos acabas de dar, no hará demasiado la diferencia en el juicio —advirtió la chica—. Ya que se convierte en un doble o nada. ¿Cómo es posible que digas que el heredero está buscando libertad mientras que, por el otro lado, dices que hay otra razón atada a esa aldea, pero tiene conexión?

—En eso tiene razón. No puedo hacer mucho al respecto ya que son los resultados de mi lectura y como verá… —se pausó un momento la adivinadora y se inclinó apoyando sus manos sobre el borde de la mesa observando de esta manera el manto extendido—. Si ve a más detalle por aquí —le indicó dentro de la impecable tela, justo en donde había una estrella dorada e intensa, la cual se conectaba con la del heredero—. Esa es la constelación de su alteza, la heredera de la luz, pero si observa su lazo, esta desdibujado, lo que significa que uno de los dos no quiere concretar el vínculo —esta explicación hizo que Solventa hiciera una mueca con los labios. ¡En qué estaba pensando ese hombre! ¡Aún no lo conocía y ya le caía terriblemente mal!—. Ese ataque tiene que ver con esto, aunque… —entre cerró los ojos llevándose una mano a la barbilla, pues observaba otras estrellas de origen terrenal—. Aquí, dentro de este sector, justo donde están las estrellas que representan lo burdo, puedo ver que también fue porque buscaban materiales… —ahí es cuando Solventa se avispó.

—¿Estás diciendo que no fue solo para contradecir la unión de los herederos? —preguntó.

—Sí —ella se volvió hacia Solventa—. Estaban buscando algún material —luego miró de nuevo y buscó la siguiente razón, pero… extrañamente algo pasó—. La línea de conexión con este chico… un draconiano mixto, está desdibujada para con los demonios, pero… está vivamente conectada con el las estrellas materiales… —Solventa siguió la lógica de las estrellas, y descubrió lo interesante.

—Ahora lo entiendo todo… —entre cerró los ojos como si hubiese sido iluminada de repente, es así que entonces hizo una pequeña reverencia hacia Taruis—. Quizás esta información no nos sirva para poder hacer que Hangra se haga responsable, pero sí los que están en un escalafón más grande —Taruis la miró algo confundida sin saber a lo que se refería, pero no tuvo necesidad de preguntar, porque vio cómo Solventa llamaba al avatar de agua y entonces le pasaba el siguiente dato—. Los demonios fueron a buscar exclusivamente a Alaniel para apropiarse de él como algún tipo de material; sospecho que tiene que ver con esos relojes que tantos problemas nos han dado.

—Entonces… ¿no tiene nada que ver con el heredero al final? —casi se le vio aliviada a la muchacha de no ser porque Solventa negó con su cabeza, lo que la llenó una vez más de decepción.

—No, me temo que Hangra llevaba media razón en lo que dijo. Supongo que parte de su intensión al llegar tarde fue para secuestrar a ese ángel mixto —dio a entender.

—Así que este acontecimiento tiene que ver con los relojes… —expresó Taruis como un simple comentario al aire.

—Excelencia de las estrellas, Taruis —se dirigió a ella Solventa.

—¿Sí? —se enderezó con tal de prestar la mayor atención posible a ella.

—Por favor, esté atenta porque recibirá una invitación al juicio de media noche que será llevado a cabo por Manfiel, uno de los jueces más fieles de su majestad: el supremo de luz —advirtió.

—Entiendo, entonces así lo haré —la castaña hizo una ligera reverencia en señal de respeto y aceptación.

—Bien, agradecemos su cooperación, nos ha sido útil —Taruis asintió, y luego Solventa se giró hacia su hermana—. Nos vamos —comunicó ella.

—Qué la gloria del supremo siempre las guíe —hizo otra reverencia la excelencia de las estrellas.

—Y que su poder bendiga su camino —expresaron al unísono las gemelas.

***

Solvintu y Solventa habían encontrado unas cuantas razones sobre la invasión a la aldea de Alaniel, sin embargo, no tenían las suficientes pruebas como para hacer que Hangra tomara responsabilidad sobre este suceso, es aquí toman importancia Leniel y sus demás camaradas, quienes ahora se encontraban en problemas a excepción del segundo grupo que era conformado por: Dinariel y Jofiel. En el caso de este par, ellos habían tomado la misma resolución que el avatar de viento: ir de caza.

—Avatar de fuego, he encontrado los primeros indicios de un campamento enemigo —mencionó Jofiel después de haber hecho una inspección en un árbol, en el cual encontró restos de energía espiritual oscura.

—Perfecto, vayamos entonces —indicó la castaña, y en cuanto pusieron un pie en el camino de tierra, escucharon unas ramas romperse, así que entraron inmediatamente en guardia—. ¡Quién va!

—¡Qué bueno que lo preguntan! —de los diversos árboles muertos, emergieron una buena cantidad de demonios que, para colmo, cargaban consigo aquellos aparatos que les habían dado una buena cantidad de problemas—. Venimos a darles nuestros cordiales saludos de parte del heredero oscuro… —indicó uno de esos sujetos, lo que hizo fruncir el ceño a Dinariel, e impresionar especialmente a Jofiel, quien tenía una fe ciega puesta en su hermano, por lo tanto, había tocado una fibra sensible en él.