Alguna vez fui un hombre que sólo hacía el mal,
Sólo mis pecaminosos actos me hacían sentir vivo.
El dolor de los demás me divertía tanto,
Para mí esa era la mejor manera de existir.
Nunca imaginé que mi alma estuviese torcida.
Escuchaba en el llanto de la gente un coro de ángeles,
El verdadero placer estaba en un corazón roto.
Su odio era lo único que quería de ellos,
Una maldición más a mi nombre no era nada,
De alguna forma me hacía sentir más fuerte.
Pero al llegar mis últimos años, todo empezó a cambiar,
Mi presencia fue borrada de los pensamientos de los demás.
La diversión se me había sido negada,
Sólo me quedaba el gusto de planear algunas venganzas
Que jamás podría realizar.
La muerte estaba demasiado cercas de mí,
Estaba a punto de convertirme en sólo una pesadilla.
Ese odio tan pesado que me poseía
Finalmente detuvo mi corazón un día.
Después hubo un breve momento en que comprendí
Toda la maldad que había hecho.
Pero ya era demasiado tarde para salvar mi alma,
Todo lo que había sembrado, dejó mucho que cosechar.
El pueblo entero fue testigo de mi entierro
& como parte de su desprecio final hacia mí,
Se burlaron de mi cuerpo & escupieron en mi rostro.
Maldijeron tantas veces mi nombre
Que mi alma no pudo ascender
& marcaron mi tumba con el número prohibido.
La tumba número 666 es ahora el hogar de mis huesos,
Aquí estoy sepultado, tan lejos de un perdón.
Ellos me han marcado con el número de la bestia
& me han condenado a una eternidad más dura que el infierno.
En esta tumba, mi cuerpo no tendrá ningún descanso,
Esta es una prisión que mantiene a mi alma siempre despierta.
He visto la putrefacción de mi carne inerte,
Estoy atrapado entre la vida & la muerte.
Veo mis pesadillas reflejadas en la oscuridad,
Aquí el dolor se magnífica como un Interminable eco.
Trato de respirar, pero sólo me asfixio
& siento cómo arde mi pecho.
El hambre me atormenta
A pesar de que de mi estómago no queda nada.
Mi cuerpo aún tiene la necesidad por moverse otra vez,
Aunque de mí ya casi sólo queda polvo.
Ni siquiera puedo ir a expiar todos mis pecados.