La Última Broma de la Naturaleza

Parte 2 Confianza

 ¿Donde estaba? ¿Qué es lo que pasó? Ni siquiera sé qué hora del día es, está completamente oscuro y me duele la cabeza.

— Me golpeó la cabeza, el maldito me arrebató mi arma y me golpeó con ella.

No entiendo nada no sólo sigo viva no parece que me hayan hecho daño me tocó revisando mi cuerpo, tengo algunos vendajes en los brazos, la pierna izquierda y la cabeza había algo más que no entendía mi piel se sentía extraña estaba liza, estaba limpia ¿Porque demonios estaba limpia? Nada tenía sentido nada ¿Porque me curaron? ¿Porque me asearon? Y aún más importante ¿Quién era él?

Camino en la oscuridad tocando las paredes, estoy dentro de una caja o algo así continuó hasta dar con lo que parece una puerta.

— ¡Hola hay alguien ahí! — digo mientras golpeó la puerta.

Para mi sorpresa las puertas se abren, frente a mí veo a una chica, parece tener mi edad, pero es más baja que yo, tiene el pelo castaño hasta los hombros y un rostro infantil, pero hay algo que no entiendo hay algo en sus ojos marrones algo que no he visto en meses... vida.

— Hola — saludó ella. — ¿cómo has estado?

No pronunció ni una palabra, la observó atentamente pero no sé si deba responder, aun no entiendo nada.

— ¿Tú hablas?

Asiento.

— Owen maldita sea la dejaste tonta — gritó la chica.

Veo acercarse a un joven muy alto y robusto con el cabello muy rizado, rostro ovalado y facciones un poco toscas, me mira con un tanto de desprecio, sus ojos son penetrantes. Jamás había visto a una persona con ojos así, tan negros y profundos que se asemejan a un obscuro abismo, siento que algo me recorre la nuca, tengo un muy mal presentimiento ¿Quién es este tipo?

— Ella fue la culpable me atacó primero — protestó el chico.

— ¡¿Y tenías que golpearla?! ¡A una mujer no se le toca! — le grito la chica.

— ¡Y si esa mujer te patea y luego te apunta con un arma! joder si no fuera por los trucos de tu novio de seguro la loca esta me habría matado — reprocho enfadado.

— Aun así, exageraste además eres inmortal y te repito que Demetrio no es mi novio.

Aun no sabía que pasaba o quién era esta gente, pero algo si entendí, el chico que al parecer se llamaba Owen fue quien me ataco y probablemente me trajo aquí, no iba a dejar las cosas así.

Aprovechándome de su distracción salí del contenedor donde estaba y tome una piedra del suelo me acerque lentamente hacia el llamado Owen y me dispuse a estrellarla en su cabeza, después de eso no debería costarme trabajo vencer a la chica y huir de ese lugar. Cuando estaba a tres pasos de él alguien me sujetó de la mano en la que traía la piedra, por la impresión solté la roca accidentalmente. Gire el rostro para encontrarme con un chico alto, delgado, de cabello corto y quebrado rostro triangular con un mentón pronunciado y ojos azules.

El chico me observaba con reproche como un padre que encuentra a su hija haciendo una travesura, por alguna razón sentía que estaba haciendo algo mal, pero no era así fui secuestrada y encerrada solo me estaba defendiendo, aunque es verdad que yo ataque primero y que ellos curaron mis heridas, por otro lado, ellos son los culpables de estas.

— Demetrio te dije que la ataras — replicó Owen.

— Y yo te dije que no lo haría Owen, ella no es un animal ¿Te habría gustado que te atáramos a ti? — contestó el chico delgado.

— Si lo hubieras hecho tú y la gritona estarían muertos — contesto Owen desafiante.

El chico delgado me soltó y se acercó al otro, la tensión en el ambiente era palpable, parecía que en cualquier momento alguno mataría al otro, era bastante aterrador, esta era mi oportunidad de escapar, pero sentí que no sería lo indicado, de seguro se lanzarán en mi persecución y no creo ganarles.

— Tranquila ven sígueme — me dijo la chica mientras me tomaba del brazo y me jalaba delicadamente.

La seguí, avanzamos un poco hasta donde había una camioneta negra, ¡Dios! era mi camioneta (o mi cama) junto a ella había varias sillas plegables de metal la chica se sentó en una y me invitó a sentarme junto a ella, justo cuando me senté escuché un golpe seguido de un grito y más golpes.

Mire con preocupación a la chica la cual tenía una expresión de irritación.

— Ya están peleando de nuevo por Dios nunca aprenden — dijo la chica.




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