La Última Broma de la Naturaleza

Parte 6 Psicópata

 

Estoy sentada en un tronco caído aun cerca de donde deje a Owen, aun no sé qué pensar de él, en un momento siento que lo comprendo del todo y al siguiente creo que estoy con un completo extraño, además sigo sin asimilar lo que está pasando, el bosque se ha quedado en silencio desde hace unos minutos.

— ¿Qué estará haciendo?

— ¡AAAAHH!

La paz del bosque fue quebrantada por un grito desgarrador viene de aquel lugar. Los gritos continúan, pero cada uno es aún más terrible que el anterior, son gritos de súplica de piedad y de horror ¿Qué puede estarle haciendo Owen para provocar que alguien grite así?

Quiero acercarme, pero me aterra lo que pueda llegar a ver. Me limito a quedarme en mi lugar y taparme los oídos, pero eso no sirve de nada. No sé cuánto tiempo pueda soportarlo ya ha pasado mucho tiempo, pero los gritos no paran, por momentos se convierten en quejidos luego se detienen para comenzar al poco rato pero con cada vez más intensidad.

Tras algunos minutos que parecieron horas los gritos se han detenido definitivamente y atreves del follaje puedo ver a Owen acercándose, esta manchado de sangre y puedo mirar el odio en su mirada, pero no es como hace unas horas esta ves está acompañado de una profunda culpa. Cuando me ve camina hacia mí y se sienta a mi lado, creo que llora.

— Logre convencerlo — su vos es casi un susurro.

— ¿Y bien?

— En el pueblo más cercano hay alguien llamado Alexander o Boss que es como lo conocen él se encarga de mover los negocios sucios del lugar.

— Entonces si encontramos a Boss.

— Encontramos a Lucia.

— Entonces debemos movernos.

— Tu no.

— ¿De qué hablas claro que voy?

— No te lo permito, no puedo garantizar tu seguridad.

— Eso no me importa.

— ¿Porque estas tan obsesionada con esto? no nos conoces no conoces a Lucia ¿Porque te importamos tanto?

— ¡Porque todo esto es mi culpa!

El silencio se hace presente de nuevo y Owen me mira con desconcierto.

— Ya sé que aquella noche te tocaba la guardia, pero si hubieras estado ahí afuera en ese momento estarías muerta.

— No es eso de lo que hablo.

Tomo la mochila que he traído y saco una franela la cual desenvuelvo mostrando un cuchillo con de 15 cm con el mango ornamentado y la punta del arma rota.

— ¿Qué tiene que ver esa cosa con nosotros?

— Es mío, maté a alguien con él hace algunos días pero no pude recuperarlo. Lo tenía uno de los hombres que mataste, debieron restarme hasta el campamento.

Todo es mi culpa lo supe desde que vi el cuchillo, pero no había podido reunir el valor para hablar. Aún estoy esperando a que Owen me grite me golpe o hasta que trate de matarme, pero no reacciona se ha quedado quieto observando el cuchillo.

— No me importa si me odias o si deseas matarme te ayudare a recuperar a Lucia, luego desapareceré.

Owen no menciona palabra alguna en cambio me abraza. Es el abrazo más sincero que alguien me ha dado en mucho tiempo.

— No eres culpable, nadie es culpable de toda esta mierda, pero si de verdad quieres culpar a alguien cúlpame a mí, yo te lleve hasta el campamento después de todo, pero quiero que sepas que no me arrepiento de mis acciones y te pido que tú tampoco lo hagas.

— Entonces dime cual es el plan.

— No va a gustarte nada.

Owen toma la mochila que le quito al hombre y saca de ella mi ropa.

— Parece que nuestro amigo fue el que tomo tu ropa del lazo.

Estamos caminando por el pueblo tengo la cara cubierta las manos atadas y una mordaza, Owen lleva una capucha y me jala con una soga como si fuera una prisionera llevo puesta la pequeña falda que Owen recupero de aquel sujeto. Siento como todas las personas me miran algunos expresan lastima e incluso horror, pero también distingo curiosidad, deseo y burla. ¿Qué sucede con estas personas?

Hemos llegado a la puerta de un edificio en ruinas hay dos guardias apostados en la entrada apuntado sus armas a Owen. Finalmente, uno de ellos habla.

— Antes que nada, déjanos ver sus rostros — dice uno de los hombres.

Owen se quita la capucha para después quitármela a mí, uno de los guardias se acerca mientras el otro sigue apuntando a Owen.

— Es buena mercancía, de donde la sacaste — dice el hombre mientras me toca la cara.




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