No tenía tiempo para sentir culpa, si quería salvar a ambos tenía que moverme rápido. Me levantó del suelo, corro hacia nuestras mochilas y comienzo a revolverlas falta la mochila de Owen.
— Mierda — susurro.
Gran parte del equipo médico estaba en la mochila de Owen la cual dejamos en aquel campamento y Juan solo cargas algunas vendas y gasas. Tomó lo poco que encontré y me dirijo a Owen, corto su camisa para analizar mejor la herida, está bastante mal, su herida aun no coagula y es profunda. Tomó la gasas y comiendo a curar su herida para después atarle la venda a su cintura la cual se tiñe de rojo casi de inmediato, no puedo hacer nada más por él.
Sin perder tiempo me dirijo a Juan, me veo obligada a romper su ropa también a deferencia de Owen sus heridas no son tan graves, a excepción de la puñalada que recibió en la pierna derecha, el problema es que son muchas. Utilizó el poco material que me queda incluyendo tiras de tela que saque de su ropa para curar sus heridas más graves, pero no es suficiente así que me veo obligada a rasgar mi ropa para termina el trabajo de la mejor manera posible.
A pesar de mis esfuerzos la situación de los dos aún es bastante mala.
— No sé cómo ayudarlos — susurro.
Me quedó inmóvil echa un ovillo en un tronco, me cuesta trabajo creer que por un arrebató de cólera este apuntó de perder a una de las pocas personas que he llegado a considerar importantes, además de arrancarle la vida a alguien que seguramente ya había sufrido suficiente castigo por su error.
— Todo es tu culpa — digo dirigiéndome a Owen.
Aun no entiendo porque lo hizo, no entiendo porque se interpuso, no sé si era consciente de que su cuerpo no reaccionaria como la había estado haciendo hasta ahora o tal vez creyó que simplemente podría retirar la navaja y levantarse mostrando su sínica sonrisa habitual.
Si tan sólo me hubiera dejado continuar y sumergirme en las llamas de la lo locura, si sólo me hubiera permitido rebanar el cuello de aquel pálido joven no estaríamos en esta situación ¿Pero porque lo hizo? Recuerdo escucharlo decir qué no permitiría que me perdiera ¿De verdad aún no me he perdido? Crearía que cualquier resto de lo que alguna vez fui se había ido para no volver, pero Owen de alguna manera logró ver algo que yo no. Tal vez se los deba a ellos, a Lucia, a Demérito y a Owen después de todo desde que estoy con ellos mi día a día a cambiado considerablemente, he dejado de vagar de un lado a otro, durmiendo lo que puedo, cuidando me la espalda cada segundo del día y siempre con el dedo en el gatillo preparada para dispararle a quien sea que se me acercase, en cambio ahora tengo un lugar donde sé que puedo dormir sabiendo que no seré atacada de noche, puedo comer cada día hasta estar satisfecha y estoy con personas que cuidan de mi así como yo cuido de ellos, personas a las que puedo llamar amigos.
"Amigos" esa palabra resuena en mi cabeza, hasta hace poco no creí volver a confiar en una persona, mucho menos llegar a llamar a alguien compañero o amigo, pero sí dejó pasar un segundo más todo lo que hemos construido caerá.
No sé si Owen pueda sobrevivir a esa herida Lucía tiene cada vez menos tiempo y no sé qué será de Demetrio si la perdemos.
Ambos hombres continúan inconscientes y sus heridas no tienes cara de sanar, no tengo hilo para suturar las heridas y aunque lo tuviera no se hacerlo. Me quedó pensativa por unos momentos ¿Que se hace para detener un sangrado rápidamente?
Como un flas un recuerdo llega a mi mente, en el tengo 6 años y veo a mi padre mostrándome una horrible cicatriz la cual se ubicaba en su costado
— ¿Como es que te hiciste eso papi? — pregunte.
— Fue en una excursión cuando era joven, fui al bosque con unos amigos, me caí por una colina muy pronunciada y al golpearme con unas rocas afiladas más abrí el costado.
— Y te moriste? — pregunte muy preocupada.
— Casi — dijo mi padre a la vez que reía — Uno de mis amigos me cauterizo la herida y por eso me salve.
— ¿Que es cauterizar?
— Es cuando usan un hierro caliente para curar una herida.
Es claro lo que debo hacer, me levantó de aquel tronco y comienzo a reunir leña, cuando reuno una cantidad aceptable corro a mi mochila y tomó las rocas de pedernal que utilizó para encender el fuego, comienzo a frotar frenéticamente una roca con otra pero sólo logró herirme un poco la mano, veo algo de sangre brotar de mi mano izquierda pero ignoró el dolor y continuó con mi tarea hasta que logró crear una serie de chispas, cuando veo una pequeña y tenue luz entre la hierba seca comiendo a soplar rápidamente mientras envuelvo la pequeña llama que ha aparecido con mis manos hasta que logró avivarla lo suficiente para que no se extinga, acto seguido tomó la daga que hace un momento se encontraba en el vientre de Owen y la colocó en el fuego dejando el mango lejos de este.