La Última Broma de la Naturaleza

Parte 15 Principio

 

Me encuentro sentada en una piedra frente a una gasolinera, puedo observar como Owen y Juan se esfuerzan por abrir el contenedor de combustible mientras Lucia y Demetrio se encuentra acurrucados en la camioneta, tengo que admitir que los envidio un poco, han estado juntos desde el principio, siempre apoyándose el uno en el otro sin importar que. Aunque viendo como están las cosas espero poder seguir envidiándolos.

Se me ha terminado la paciencia, no puedo solo sentarme y esperar a que Juan y Owen resuelvan esto. Me levanto de aquella piedra y camino hasta donde se encuentran los chicos.

— ¿Cuál es el problema? — pregunto.

— Al parecer soldaron la tapa del contenedor y no hay manera de abrirla — me contesta Owen.

— Entonces ¿Cuál es el plan?

— Seguir intentando — me contesta Juan quien se acercaba
con un mazo.

Owen se apartó rápidamente mientras Juan comenzó a golpear repetidamente la tapa con el objetivo de quebrar la soldadura. La verdad no sería mala idea ¡Si no fuera porque terminara atrayendo a todas las malditas criaturas de la zona!

— ¡Demonios Juan detente! — gritaba efusivamente pero el sonido de mis gritos era callado por el martilleo.

Tenía que llamar su atención de una forma u otra, comencé tocando su hombro, pero Juan se limitaba a apartarme y continuar con su tarea. Ambos continuaban a pesar de lo que fuera que hiciese para llamar su atención, hasta que llegaron al punto de colmar mi paciencia y le propine un fuerte golpe en la cabeza a Juan.

— Oye ¿porque haces eso? — reclamo Juan.

— Porque tu no me escuchas ¿No te das cuenta de que terminaras atrayendo a todas las criaturas de la zona?

— Si tienes una mejor idea te escuchamos — me contesto Owen en forma burlesca.

Me quede algunos segundos pensando, pero nada vino a mi mente.

— Bien, si no tienes algo bueno que decir deja de molestar — dijo Owen.

— Sabes, que te den — dije al tiempo que le daba la espalda y le mostraba el dedo de en medio.

— Eso fue bastante útil — le dijo Owen a Juan.

Camine hacia la pequeña tienda que estaba junto a la gasolinera mientras trataba de tragarme todo ese enojo que se estaba acumulando dentro de mí. La relación que se había formado entre Juan y Owen me estaba molestando cada vez más, no solo porque Owen parecía haberle tomado confianza en solo unos días cosa que aun no comprendo, sino porque de repente tomaron una actitud bastante antipática asía mí.

— Demonios tal vez debería arrojarles un jodido Goliat para averiguar si de verdad son tan buena pareja — refunfuño mientras entro a la tienda.

No había gran cosa, pero pude rescatar algunas bolsas de frituras y un encendedor que encontré escondido en la caja registradora. Estaba dispuesta a salir de aquella tienda cuando observe una puerta junto a los refrigeradores donde alcanzaba a leer "Sala de máquinas" y justo debajo el típico letrero de "solo personal autorizado"

Traté de abrir la puerta, pero esta no cedía así que comencé a recorrer la tienda buscando las llaves, actividad que no me llevo mucho tiempo pues estas estaban en un cajón del mostrador. Me apresure a liberar el seguro, pero antes de abrir la puerta di unos pasos hacia atrás y tome mi cuchillo, lentamente gire la manija y di un pequeño salto hacia atrás cuando esta se abrió, pero al no ver salir nada de aquella habitación me decidí a entrar.

Era un cuarto sumamente sucio, lleno de telarañas e impregnado por un olor a podredumbre. No me costó nada encontrar la fuente de tal peste pues en el fondo de la habitación rodeado de envolturas de comida y botellas de licor vacías, se encontraba quien seguramente era el encargado.

Me parecería difícil adivinar cuánto tiempo lleva aquí muerto, pero supongo que deben ser varios meses. Me acerco cuidadosamente a él y lo pateo ligeramente pero no responde en lo absoluto. Me detengo un segundo a analizarlo, parece haber sido un hombre de estatura media, lleva una camisa verde con un pequeño gafete pero su nombre esta borroso y solo se leen las primeras letras "Ri" pero lo más llamativo en él es un dije que sostiene en la mano izquierda donde alcanzo a apreciar las fotos de dos mujeres, una se nota algo mayor mientras que la otra no pasaría de los veintitantos, supongo que la primera es su madre y la otra chica debe ser una novia o quizá su hermana.

Estaba dispuesta a salir de aquella habitación cuando note que aquel cuerpo estaba recargado sobre un aparato con un símbolo de alto voltaje el cual era apenas visible, regrese de inmediato y utilizando toda mi fuerza de voluntad moví el cuerpo a un lado para poder examinar mejor aquel aparato y efectivamente era un generador, el cual por cierto tenía más de medio tanque de gasolina. Solo tenía que accionarlo y aunque no sirviera para alimentar las bombas de gasolina aun podía vaciar el combustible que tenía, el único problema era que el interruptor de arranque estaba sujeto con un candado.




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