La Última Broma de la Naturaleza

Parte 19 Amigo o enemigo

 

 

El arma en las manos de la chica tiembla mientras esta derrama algunas lágrimas, no entiendo como hace unos momentos disparo sin ningún problema contra mis compañeros, pero ahora duda si hacerlo conmigo.

Ya han pasado algunos minutos desde el disparo y mis sentidos comienzan a aclararse, trato de evaluar la situación. Owen y el hombre se siguen apuntando el uno al otro, Lucía yace en el piso y Juan se encuentra junto a ella, puedo ver que, aprovechando la conmoción, ha comenzado a tratar su herida.

Si puedo incorporarme rápidamente tal vez logre arrebatarle el arma a la chica y dispararle al gorila de la escopeta, lo intentare, me levanto de un salto y me lanzo contra la chica, pero antes de alcanzarla libera un disparo el cual me acierta en la pierna derecha.

Caigo al suelo, no puedo evitar emitir quejidos de dolor pues la bala parece haber penetrado profundo y el dolor que causa es terrible, escuchó un segundo disparo tras el cual Owen aterriza junto a mí, tiene el pecho perforado por el tiro de la escopeta, pero su mano derecha aún sostiene su arma.

El hombre se acerca a la chica y coloca su mano sobre el arma de está indicando que la baje, orden que la chica acata aliviada, supongo que de verdad no quería ser ella quien me disparase. Tras bajar su arma la chica camina hacia uno de los sofás de la sala y se desplomó sobre este, mientras que el hombre fija su mirada en mí.

— ¿Quiénes son y cómo entraron aquí? — me interroga el hombre mientras me apunta con el arma.

— Y si te digo que usamos una llave ¿me creerías? — digo en tono burlesco.

— ¿Que tonterías dices niña?

— Pues es la verdad — respondo con ironía.

— Si así son las cosas, más te vale que me digas de donde la sacaron y cuantos más están con ustedes. — responde el gorila disgustado y nervioso.

— No veo por qué darle explicaciones a un hombre muerto.

En el momento en que termine de hablar Owen se levantó del suelo y le asestó una patada en el rostro al hombre, para después tomar su escopeta, Owen levanta el arma y amartilla.

— ¡Detente por favor! — grita la chica que recién se había incorporado a la vez que apuntaba su arma a Owen.

— ¿Porque debería detenerme? Ustedes dispararon primero — dijo Owen muy molesto.

— Tenemos razón para ello, irrumpieron en nuestra casa ¿se supone que los deberíamos saludar con amabilidad?

La situación era sumamente tensa, pues en este momento solo Owen está en condiciones de defenderse y aun podría haber más personas dentro de la instalación que seguramente nos estarían esperando.

— Ellos no irrumpieron en ningún lado Alina, yo los deje entrar — dijo un hombre que recién entraba en la sala.

En el momento en el que el hombre puso un pie en la habitación Owen apunto su arma hacia el pero el hombre no se inmuto en lo más mínimo.

— Eso no será necesario, ya he visto lo que quería — dijo el hombre.

— ¡Como que los dejaste entrar Isaac! ¿En qué pensabas? — grito la niña.

El hombre camino hacia Juan ignorando a todos dentro de la sala y se agacho junto a él.

— ¿Cómo esta ese brazo? — pregunto Isaac.

— ¡Doctor! ¿De verdad es usted? — pregunto Juan.

— Es la pregunta más estúpida que he escuchado en mucho tiempo, vamos muchacho, creí que eras listo.

— Disculpe usted, pero verlo aquí es una gran sorpresa.

— Con un demonio ¿Alguien me puede explicar que pasa aquí? — interrumpió Owen.

— Disculpen todos, déjenme presentarles al doctor Iñiguez, mi mentor.

— No lo entiendo, si te conoce ¿Por qué nos dispararon apenas entrar? — pregunte furiosa.

— Disculpa la descortesía, pero de entre ustedes solo conocía a Juan y además cargan con una chica a medio cambiar, sólo tome algunas precauciones pues no quería llevarme una amarga sorpresa — contesto Isaac de forma altanera.

— ¡También le dispararon a él!

— O eso fue una terrible equivocación, mis indicaciones fueron "contengan a los intrusos" no pensé que Alina se lo tomaría tan enserio.

El doctor Isaac se movía y hablaba de una manera sumamente tranquila y a la vez fastidiosa, era como si tratase de mostrar que dentro de esas paredes su dominio era absoluto y su persona inmune.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.