La Última Broma de la Naturaleza

Parte 21 Verdades

 

Sonó un estruendo por todo el pasillo cuando una silla se impactó contra el cristal y se hizo pedazos, los restos de esta quedaron esparcidos en el suelo junto con los de una maceta una tabla y una televisión, mientras que el cristal no parecía ni agrietado. 

Cuando mi paciencia se agotó dirigí mis manos a mi cintura buscando mi arma, pero solo me topé con un cinturón vacío, ni siquiera traía mi cuchillo conmigo, me lo había quitado en la enfermería, pero hasta ahora no había notado su ausencia.

Regreso por el pasillo y me dirigió hacia una habitación donde creó haber visto una muleta, tiro de la manija y entro a aquel cuarto, hay un par de muletas recargadas en la pared junto a una mesa de noche, tomo las muletas y me dispongo a salir de la habitación cuando escucho un ruido proveniente del pasillo, rápidamente cierro la puerta y me tiro al piso.

Escucho pasos, pero no alcanzo a distinguir quién es hasta que se ha acercado a la habitación donde me metí, puedo ver a una chica de baja estatura y pelo rubio, Alina creo que se llama, mientras camina mira en todas direcciones, seguramente escucho el escándalo que hice y vino a investigar.

Cuando pasa junto al lugar donde me escondo gira la vista hacia el cuarto, pero de milagro no me ve, estoy muy segura de que si tan solo hubiera bajado un poco la mirada me habría descubierto, por una vez bendigo mi suerte.

No me muevo de ese lugar hasta que escucho los pasos alejarse y estoy segura de tener tiempo para salir de ahí. Me levanto y procurando no hacer el menor ruido abro la puerta y salgo del cuarto, camino lo más rápido que puedo hasta llegar a la barricada del principio del pasillo, me preparo y de un salto logro llegar al otro lado.

Al momento de tocar el piso una terrible punzada recorrió mi pierna herida y me fue imposible no emitir un quejido, en definitiva, fue la peor idea que pude haber tenido. 

— ¿Qué haces ahí? —pregunto la chica rubia desde el otro lado del pasillo

— Solo buscaba el laboratorio de pruebas. 

La chica tomo el radio ubicado en su cintura y presiono el botón, no logro escuchar lo que dice, pero por su expresión deduzco que no está nada contenta conmigo 

— Si ves una barricada tal vez sea porque no debes cruzarla — me dice Alina. — Yo solo caminaba por aquí cuando caí.

— Lo que está del otro lado no es de tu incumbencia, si puedes levantarte sígueme.

Caminamos por el pasillo hasta la intersección y entramos al área de investigación animal, el lugar está repleto de jaulas de tamaños variados, pero todas estas vacías, un par de metros adelante nos encontramos con una enorme puerta de acero similar a la que use para entrar al lugar, al igual que la primera puerta tenías que abrir la primera, entrar y cerrarla para poder abrir la segunda.

— Este lugar es enorme, es muy fácil perderse. 

— ¿Ese es tu pretexto para haberte metido a in vitro? porque es pésimo.

— ¿Porque es tan malo que me metiera ahí? ¿Qué es lo que guardan? 

— Ya te he dicho que no te incumbe, pero si tanto quieres saber te diré que ahí se encuentra la respuesta a nuestros problemas.

— Suena alentador ¿Supongo que Isaac tiene todo pensado?
— Por supuesto, él siempre tiene un plan, me alegra que te des cuenta — dijo Alina con mucho orgullo.

— ¿Y tú crees que seamos parte de este? 

— Isaac los acepto aquí y busca ayudar a tu amiga, es claro que son de utilidad para nosotros, además está tu amigo, el alto de ojos aterradores, él es algo que Isaac nunca logro.

— ¿A qué te refieres con eso?

— No me corresponde decirlo, pero si de verdad forman parte del plan de Isaac lo sabrás pronto.

Me molestaba un poco el no comprender a que se refería Alina, pero aún más que eso era preocupante la manera en que ella hablaba del doctor, era como escuchar a una sectaria, evite continuar con la conversación hasta llegar al laboratorio donde Alina pasó a saludar a Isaac para luego retirarse.

El laboratorio no tan grande como lo había pensado había algunas camillas, archiveros y varios equipos. Sobre una de las camillas se encontraba Owen y del otro lado del lugar junto algunos equipos estaba Isaac.

— Pasa por favor — me dice el doctor en cuanto Alina deja el lugar.

Entro a la habitación he Isaac camina hacia mí y me extiende la mano

— Disculpa que no me haya presentado correctamente antes soy el doctor microbiólogo Isaac Iñiguez, ex jefe de lo que en su tiempo fue el más grande centro de investigación virológico — dijo Isaac sin un solo toque de modestia.




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