La Última Broma de la Naturaleza

Parte 24 Infierno

 

 

La cocina de aquel lugar era inmensa, decenas de refrigeradores ocupaban las paredes junto con la gran cantidad de alacenas, todas ellas repletas de condimentos y especias, en el centro de la habitación se encontraba una enorme mesa de aluminio y debajo de ella una muchos cajones todos ellos repletos de instrumentos de cocina, al otro lado estaban las estufas y freidoras, cada una de ellas media más que mi antiguo comedor y había 6 en el lugar. No me extraña ni un poco que está gente haya sobrevivido aquí sin ninguna dificultad, sin duda el lugar podría soportar otros dos cataclismos.

Me encontraba sola en este inmenso comedor, apenas Lucía había terminado de comer Alina se la llevó al laboratorio de pruebas mientras que a mí me envió a este lugar para lavar todo lo que se había ensuciado con la comida de Lucía, ya suponía que no estaría sin hacer nada todo el tiempo, pero al menos suponía que mi primera tarea sería un poco más trascendental que lavar platos.

No pensé que dicha tarea me tomara mucho tiempo hasta que vi el desastre que se encontraba en el fregadero, frente a mí se hay una pila enorme de platos ollas y utensilios, parecía más el resultado de una fiesta que el de la comida de una sola chica, respire profundamente y comencé mi tarea.

Cerca de media hora más tarde Alina regreso al lugar, sin siquiera saludar se dirigió a las ollas que acababa de lavar y comenzó a inspeccionarlas una a una, finalmente tomó la más grande y se dirigió al fregadero que se encontraba junto a mí, comenzó a tallar la olla efusivamente, al principio me ofendí un poco, pero ahora al verla, me preocupa la actitud de Alina, parece alterada. Me acerque lentamente a ella, pensé en hablarle, pero me detuve cuando escuché que susurraba "aquí hay una mancha" "esto está muy sucio" "no puedo cocinar para el señor aquí" "si el señor come algo sucio se enojara" "no fue mi intención señor discúlpeme" 

— Alina ¿Te encuentras bien? — dije con la voz más dulce que pude.

Alina giró hacia mí al momento, la chica parecía una completa demente sus ojos estaban hinchados y parecían saltarse, su piel estaba completamente roja y respiraba agitada. No pude evitar dar un salto de la impresión, tal vez estaba Alina se infectó y estaba en alguna etapa de cambio, sin despegarle los ojos caminé hacia atrás mientras buscaba algún arma a tientas hasta que mi mano se topó con un cuchillo, Alina pareció notarlo pues dejo la olla y se concentró en mí, creí que estaba por atacarme, pero en vez de eso me sonrió y camino hacia un refrigerador, sacó una caja de papas y las llevó a la mesa.

— ¿Podrías ayudarme con esto? — me pregunto Alina con dulzura.

— Si por supuesto — respondí extrañada.

Me coloqué al lado de Alina y está me entregó un pelador, comencé mi tarea sin decir nada.

Ya llevábamos más de media caja cuando Alina hablo.

— Disculpa lo de hace un momento, a veces me pongo un poco ansiosa y parezco una loca — dijo Alina avergonzada.

— No te disculpes, fui yo la que exageré — mentí.

— Seguro te asusté.

— Para nada, aunque sí me pareció raro, Alina ¿Puedo preguntarte algo? 

— Si lo que sea.

— Es sobre lo que susurrabas mientras tú...

— No era nada, solo balbuceaba tonterías — interrumpió Alina.

— Creí escucharte decir algo sobre Isaac.

— ¡Yo jamás diría algo malo sobre el señor Isaac! — grito Alina indignada. 

— Nunca dije que... sabes que, solo olvídalo seguro fue mi imaginación

— Seguramente así fue

Pasamos algún tiempo más en silencio hasta que Alina se decidió a hablarme una vez más — ¿Sofía has pasado mucho tiempo ahí afuera? — me pregunto. 

— Hasta antes de llegar aquí. 

— ¿Y cómo es allá?

— No es nada fácil, no solo por "ellos" sino por el resto de las personas, conseguir compañeros leales es difícil, tienes suerte de no haber tenido que pasar por eso. 

— Supongo que sí, aunque no he estado aquí todo el tiempo

— ¿Entonces vienes de fuera? ¿Cómo llegaste aquí?

Alina me mira consternada. — Poco después de los primeros ataques este lugar abrió sus puertas a las personas de fuera, al principio éramos muchos y todo parecía ir bien, pero...




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