La Última Broma de la Naturaleza

Parte 31 Daemonio

 

— ¡Sofía despierta con un demonio! — gritó con toda mi fuerza.

— Owen no hay nada que puedas hacer, ella ya se ha ido — me dice Juan.

— Mátala — le ordenó al guardia.

Este parece dudar, mira a Yamileth y a mi repetidamente — ¡Ahora! — ordenó una vez más.

Aterrado el hombre apunta a Yamileth y dispara cuatro tiros directo contra su pecho.

— Juan toma el arma del otro guardia y cúbreme — digo a la vez que tomo el cuerpo de Sofía y lo pongo sobre mi hombro.

— Owen... llevarla solo nos retrasará, ¿dejaras que nos maten por proteger un cuerpo?

— No la dejaré aquí como un animal ni permitiré que nadie más muera, ahora toma el arma y cúbreme.

— Tus mandas — dice Juan y toma el arma de mala gana.

Avanzamos a toda prisa por los pasillos del lugar rumbo a la entrada de la sección C, soy consciente de que ese lugar puede estar completamente infectado pero el riesgo es mínimo comparado con quedarnos en este lugar y esperar a que nos encuentren los vampiros, con forme cruzamos pasillos cientos de criaturas se abalanzan sobre nosotros, pero logramos neutralizarlas apenas nos notan.

Puedo ver la puerta frente a nosotros, pero frente a ella se encuentran cuatro vampiros, el suelo está lleno de cadáveres desmembrados y puedo notar la causa de esto, están peleando entre ellos, seguramente los vampiros tienen aquí desde que cambiaron y nunca han interactuado con nada del exterior así que una vez libres se dedicaron a destrozar todo lo que se les ponga enfrente, supongo que eso nos incluye a nosotros también.

— ¿Qué hacemos ahora Owen? — pregunta Juan.

— No podemos regresar, seguramente está infestado después del alboroto que hemos montado, tenemos que hacerles frente.

— Eso es imposible — dice el guardia aterrado.

Sé perfectamente que es imposible, pero ¿Qué otra salida nos queda?

Intento pensar en alguna otra salida cuando un terrible y sumamente agudo grito resuena por todo el lugar, el sonido fue tan ensordecedor que incluso los vampiros retrocedieron, giro buscando el origen de aquel gritó, detrás de nosotros se encuentra una chica de baja estatura, su blusa se encuentra manchada de sangre, las venas de su cuello están sumamente hinchadas y han tomado un color negro como si alguien hubiese tatuado las raíces de un árbol sobre ella, las horribles marcas se extienden desde su cuello hasta su brazo izquierdo pasando por su corazón y parecen seguir avanzando, pero a pesar de todo lo más inquietante e imponente en Lucía son sus ojos, que han pasado de unos hermosos ojos cafés a dos esferas completamente negras.

Bajé a Sofía y la coloque en el suelo a la vez que lleve mis manos a mi cintura y tome mis dagas gemelas preparado para enfrentar a mi muerte de frente, pero Lucía no atacó, se acercó a nosotros lentamente y se agachó junto a Sofía.

— ¿Ella está?

— Sí — contesté antes de que siquiera terminará la pregunta.

Lucia miro directo al guardia y en menos de segundo lo tomo del cuello y lo estrelló contra la pared.

— Lucia detente, él no es el culpable.

Lucia dudo un segundo antes de soltar al hombre quien al momento de caer al piso tomó una enorme bocanada de aire.

— Owen salgamos de aquí — dice Lucía melancólicamente.

— Tendríamos que pasar sobre esas cosas — digo señalando a los vampiros.

— Entiendo.

Lucia se acerca a mí y toma una de mis dagas — Que esperamos — dice ella.

Me colocó en pose de guardia y salgo disparado directo al vampiro más cercano, rebano su brazo de un tajo, pero este responde golpeándome con su garra en el costado, salgo disparado contra la pared, una línea de sangre baja por mi cabeza y siento mi espalda baja humedecerse producto de la herida que esa cosa me ha dejado, la criatura se prepara para embestirme, pero a medio vuelo Lucía lo intercepta y le rebana la cabeza.

— Uno menos, Owen se más cuidadoso, no me sirves muerto.

Me pongo de pie y clavó la mirada en mi siguiente objetivo, las criaturas no parecen entender del todo que ha pasado pero parecen tener claro que no somos como el resto de cosas que han estado machacando, los tres vampiros se agachan y de un salto llegan hasta mí, logro esquivar a duras penas los ataques de los dos primeros pero el tercero logra arañar mi pierna, Lucia aprovechando el descuido de "ellos" se lanza contra él más alto y le clava la daga por debajo de la mandíbula perforando así el cerebro del monstruo.




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