La última bruja del aquelarre

41. Tranquiidad

Cabalgamos en silencio, conforme la tarde llega el frio también, es menor que en Hekajn pero aun así debemos encontrar un lugar en el cual protegernos de la noche y sobre todo poder revisar a Usher

—Dijiste que conocías un lugar en el cual protegernos, ¿Dónde está? — Rudolf se rasca el cuello y suspira

— Eso era antes de saber que amenazarías a Wolfgang, estoy seguro de que si vamos a ese lugar no tardaran en encontrarnos — Ruedo los ojos, seguimos cabalgando, todavía no regresare con los chicos, primero quiero que Usher esté mejor, que la menos pueda correr de ser necesario, pasamos por varios pueblos, nos acercamos al reino de KobRose, ir a mi casa seria lago tremendamente estúpido así que obviamente no lo hare, más bien iré a una posada en la que sé que me ayudaran  si les pago una buena cantidad

—Sígueme— No está en el pueblo principal,  más bien esta por las afueras, es solo para personas que van de paso, cuando comienzo a divisar el edifico hago que Rudolf se quede atrás y solo avanzara si se lo digo, me enfundo en mi capa y entro a la posada

— Una habitación— Es un bar-posada— Con dos camas — La persona como me lo esperaba me ve esperando a que saque el dinero con el que le pagare, yo lo hago, son parte de los ahorros que tenía, él lo acepta y me da la llave, yo salgo y ayudo a Rudolf con Usher, entre los dos lo llevamos a la habitación, atraemos unas cuantas miradas pero una vez que pierden el interés nos dejan tranquilos, abro la puerta de la habitación, no es muy grande pero si lo suficiente como para pasar la noche, las paredes son de madre, tienen cuadros de paisajes y las camas tienen cobijas de piel, al menos no pasaremos frio esta noche, Rudolf deja a Usher en una de las camas

— Iré a buscar una habitación— Dice Rudolf, yo asiento, escucho la puerta cerrarse, me acerco a Usher y lo tomo por la cara con cuidado, comienzo a examinar los golpes y me doy cuenta de que no podremos pasar más de una noche aquí, necesito que los chicos me ayuden con él, lastimosamente mi energía se ha drenado y mi cuerpo está quedándose sin energía, los ojos me pesan, la cabeza me duele, en el trayecto de Welham hasta aquí la nariz me sangro tres veces, la vista se me nublo y mi estómago rogaba por sacar mi comida, pero antes de descansar debo usar lo poco para calmar el dolor de Usher, desde que empezamos el trayecto soltó quejidos, solo se despertó una vez pero volvió a desmayarse, respiro profundo y hago un hechizo para ayudarlo, poco a poco me siento más cansada, pero Usher deja de quejarse y sus facciones se relajan, una vez que termino intento levantarme pero mi cuerpo protesta, las piernas me pesan demasiado al igual que los parpados, mi cabeza esta por explotar y mi nariz de nuevo sangra, mi vista se nubla

— ¿Mujer? — Siento una mano en mi hombro me sacude con delicadeza, lentamente abro los ojos, es Rudolf, mis ojos protestan ate la luz que se cuela por las ventanas, examino la estancia y me doy cuenta de que estoy tirada en el suelo

— ¿Qué paso? —  Pregunto, pongo mi mano para cubrir mis ojos, mi cabeza me duele de a montones

—  No lo sé—  Mira a su alrededor—  Ya no regrese, me quede dormido, ya ha amanecido

— ¿Qué hora es?

— Algo así como las 12 —  Mira hacia Usher—  se ve un poco mejor—  Ahora me mira a mí—  Lo contrario a ti, tu cara está llena de sangre, tienes unas grandes ojeras y los ojos rojos, ¿Estas bien? —  Yo asiento con la cabeza—  Me intento levantar pero las piernas me fallan, Rudolf me ayuda a ponerme en pie, me acerca a la cama—  Iré a buscar algo para que comas— Me sonríe—  No creo que sea buena idea partir de nuevo, estas mal  

Sale de la habitación, yo me quedo quieta en la cama, me siento muy mareada, me duele el cuerpo y la cabeza ni se diga, suspiro e intento moverme pero es como si solo el parpadear se comiera toda mi energía, Rudolf no tarda en regresar, con el trae un cuenco, es sopa de vegetales

— Es lo que más sabor tiene—  Saca también de una pequeña bolsa un par de frutas  — Come— Yo no me pongo a discutir, con la energía que no tengo me siento e intento comer, no me acabo la sopa, mi estómago me lo impide, de hecho quiero vomitar pero no lo hare

—Debemos partir hoy— Le dio a Rudolf el me voltea a ver como si no creyera lo que le digo

—Pero ni siquiera te puedes levantar mujer— Yo lo intento y para mi sorpresa lo logro, aunque las piernas me tiemblan mucho

—Las heridas están infectadas y sé que el alcohol no lo ayudara mucho, necesito llegar con mis compañeros

—Qué mujer— Rudolf se rasca la cabeza— Está bien — Se levanta— Toma tus cosas te ayudare a subir a tu montura y después lo subiré a el— Señala a Usher, está más pálido que ayer, lo que me preocupa, la infección de sus heridas es fuerte y dolorosa, yo con la poca energía tomo mi mochila y me la cuelgo, Rudolf me ayuda a bajar las escalera, antes de salir me acerco al tabernero, rebusco en la mochila, saco el anillo que Lion me regalo

—Tu no nos viste y no nos quedamos aquí— El cantinero toma el anillo, su mirada brilla por la avaricia, el asiente

—Buen día personas que nuca he visto— Salimos de la cantina, Rudolf me ayuda a montarme en mi caballo, me sujeto con todas mis fuerzas en unos minutos ya estamos listos para partir, llegaremos con los chicos al anochecer ya que tomaremos los caminos menos concurridos, por ende más largos 

Con cada trote que da mi caballo siento como mi cuerpo reclama, mis ojos me pesan, para colmo de nuevo ha empezado a llover, poco a poco nos acercamos a donde mis amigos, siento que algo escurre de mi nariz, sangre, de nuevo, mi vista se vuelve borrosa pero me niego a rendirme, casi hemos llegado así que tomo el hilo de conciencia luchando por no desmayarme

Poco a poco comienzo a distinguir la grieta donde está el escondite de Brent

—Allí— Le señalo a Rudolf, el asiente, llegamos y Rudolf baja de su montura, entra por la grieta, supongo que toca la puerta, yo intento bajar de mi montura, lo logro pero no de una buena forma, los brazos se quedan sin fuerza, así que caigo directa al lodo, siento la sangre salir de mi nariz, la herida del varazo de nuevo se ha abierto por lo que me duelo, la cabeza me palpita y la vista se me borra, en mi cara cae la lluvia, mis ojos ruegan cerrarse y dejarme ir en la inconciencia, un zumbido aparece en mis oídos, logro escuchar pasos en el lodo, sé que son mis amigos



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En el texto hay: secretos, aventura, magia

Editado: 04.07.2023

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