La última bruja del aquelarre

47.Lo lamento

Me siento destrozada, cuando no he aguantado mas he resbalado de mi montura, ahora estoy en el suelo llorando, odio que me vena llorar y por ello siempre escapo cuando lo hago, mi memoria me traiciona, repasa el momento en el que Brent fue asesinado, cuando acaba se vuelve a repetir, mis manos siguen llenas de sangre

No hago nada solo me he apartado del camino haciéndome una pequeña bola en el pie de un árbol, me abrazo a mí misma y me pellizco intentando despertar creyendo que todo esto es solo un mal sueño

Después de unas horas la lluvia para y el sol comienza a asomarse por el horizonte, me levanto y noto que estoy muy temblorosa, es horade regresar a donde mi familia y amigos, no sé qué sigue ahora, se supone que ganamos pero yo me siento totalmente derrotada, además según la estúpidas palabras de una bruja yo tendría que hacer que los no mágicos dejaran de temernos y matarnos pero creo que no lo he logrado, tal vez ya marque un camino que no ayudara a la comunidad mágica, es la segunda vez que esa obscuridad se ha aferrado a mí, haciendo que no me reconozca

Busco a mi caballo el cual gracias a los Dioses no se fue cuando me caí, se quedó a mi lado haciéndome compañía

—Es hora de regresar amigo— Le acaricio el hocico y el solo cierra sus ojos, suspiro y me monto, de nuevo todo mi cuerpo me duele y la cabeza me martillea con cada mínimo sonido que escucho

El sol  no logra calentarme, mis manos me tiemblan mucho haciendo que me cueste tomar las riendas de mi caballo, después de unas horas comienzo a divisar el palacio real de Hekajn, en realidad no tengo muchas ganas de adentrarme en el, deseo ser solo una pueblerina que se preocupa solo por su ganado, que solo la edad es la que le arrebata a los que quiere

De nuevo suspiro, lentamente me adentro en el reino, hay personas en el suelo, unas muertas y otras las cuales ayudan a los que siguen con vida, hay filas de cadáveres, personas lloran a algunos de los cuerpos, solo aparto la mirada, cuando estoy en las puertas del  castillo los guardias me detienen

—Alto — Yo me detengo— identifíquese— No alzo la cabeza

—Medea Medevane — Digo, noto de reojo que dan un respingo

—Señorita Medevane, lo sentimos, pase por favor

Mi montura vuelve a ponerse en movimiento, una vez en los establos me desmonto, me acerco de nuevo al hocico de mi caballo y le susurro

—Te mereces todas las zanahorias que desees — Pido a una persona que alimente y deje descansar a mi caballo, una vez  que estoy segura de que lo harán me encamino al castillo, me paro frente a la entrada viendo un poco de su interior, no hay calma aquí también hay cuerpos  pero por lo que logro distinguir todos están vivos, muchas personas se mueven de un lado para otro ayudando y curando heridas

—Medea— Alzo la mirada y veo a Daisy, ella esta manchada de sangre y tiene uso cuantos rasguños, peor también está ayudando aquí, es ahora cuando me siento una egoísta al haber huido y no quedarme para ayudar a estas personas, Daisy camina hacia mí— Lo lamento tanto— Sus brazos me rodean, yo respondo al abrazo, ninguna lagrima escapa de mis ojos

— ¿Puedo ayudar aquí? — Digo con la voz baja

— ¿No quieres saber donde esta? — Me mira con sorpresa

—Quiero ayudar— Ella asiente y me guía hacia algunas personas

—Ellos son los que más necesitan la magia ahora— Me mira de forma triste —  Avisare que has llegado — La tomo de la mano y niego con la cabeza

—No lo hagas

—Está bien— Solo asiente con la cabeza y se acerca hacia otras personas para ayudarlas

Me acerco hacia una de las camas improvisadas en la cual está un señor de aproximadamente unos 40 años, está demasiado pálido y tiene temblores, me siento a su lado y el de forma lenta abre los ojos

—Mi señora— Dice el, sus palabras salen de forma débil

—Shhh— Le toco la frente— Te ayudare con esa herida— El me da una sonrisa

— Es un honor estar frente a usted— Le sonrió de forma triste

—Para mí es un honor poder ayudar a un gran combatiente — Cierro los ojos y pongo mi mano en su herida, comienzo con el hechizo y poco a poco la herida se va cerrando, al principio su cara es de tensión pero una vez que la herida se cierra su gesto se relaja por completo— Ya está— Le sonrió — Solo procura no moverte demasiado — El asiente y no tarda nada en quedarse dormido, me levanto y voy con el siguiente el tiempo se me pasa volando, he ayudado a unos cuantos, me siento más cansada ahora pero no me voy, me acerco a una de las camas y veo a un joven, calculo que tendrá unos 23 años o algo así, está apretándose la herida la cual no sangra mucho pero veo que es sumamente dolorosa  

—Hola— Le saludo, el me ve e intenta sentarse — No, no te levantes— El desiste de su intento de incorporarse

—Hola— Me responde — ¿Va a ayudarme? — Me mira un tanto curioso

—Así es— Me siento a su lado—  No te dolerá—  Pongo la mano sobre la herida—  Sera solo como un pinchazo — El asiente 

—Mi madre va a matarme— Dice antes de que comience con el hechizo

— ¿Porque? — Lo miro y arqueo una ceja

—Ella no me dio permiso de ser parte de la guerra

— ¿Y porque estás aquí entonces? — Él se ríe y se frota la cabeza

—Escuche que pelearían contra los De’Ath y yo tenía que vengarme, le dije a mi madre pero ella se negó, la dormí con un hechizo y me escape

—Sé que no es de mi incumbencia pero, ¿Por qué querías vengarte?

—Asesinaron a mi padre porque se negó a trabajar para su aquelarre, lo mataron en frente de nosotros y después de eso nos atacaban y nos robaban, así que necesitaba que eso cambiara y usted, tu empezaste esto y ahora ellos no están — Él sonríe — Es magnífico— Yo le doy una sonrisa sin ánimos— Por cierto lamento lo de tu amigo—  Yo lo miro y le paso la mano por el cabello

— Yo también

— ¿Esta bien? — Me pregunta

—Sí, ¿Por qué?



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En el texto hay: secretos, aventura, magia

Editado: 04.07.2023

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