La Última Canción (nueva versión)

Capítulo 7

El concierto.

Elaine

Ni siquiera han dado las doce del mediodía y Billie, Elizabeth y Tasha ya habían irrumpido en la tranquilidad de mi hogar desde muy temprano.

Odio con todo mi ser tener tanto ruido por las mañanas cuando aún no es ni medio día, pero para nadie es sorpresa que hoy ya sea el concierto y no tengo ganas de asistir a pesar de que Billie comprase los pases VIP para todas. Hoy simplemente amanecí con tan pocas ganas de seguir viviendo que ni he tenido las fuerzas suficientes para bajar a desayunar algo que no sea café. Llevo despierta desde las ocho de la mañana y apenas son las once y media del día y no pinta que vaya a ser un día corto si tenemos que hacer cola para entrar antes que el resto del público.

—Venga tía —Beth me intenta animar o sacarme de la cama cualquiera es la misma para mí—, cambia esa cara, pon una menos... menos depresiva que hoy es un día para gritar, brincar e incluso hasta llorar —lo último vaya que lo ha puntualizado bastante. Con su acento británico a pesar de llevar bastante tiempo aquí.

Llorar; hace semanas que no lloro. Pero aún puedo sentir como ese gran nudo se forma en mi garganta, sigue ahí como un recordatorio de que seguiré llorando hasta que pueda formar un gran río con mis propias lágrimas. Gritas; también dudo que lo vaya a hacer ya que no soy muy fanática de la agrupación y brincar las zonas VIP tiene capacidad al menos para tres mil personas dudo que haya espacio suficiente para poder hacerlo sin morir en el intento sofocándote con el calor y las personas intentando llevar hasta la barricada.

Estamos sentadas en las sillas que mamá mandó a poner en el patio trasero frente a la gran casa que también le mandó a hacer para que April, mi sobrina, su única nieta —por el momento— y la más consentida de todas las mujeres de esta gran casa. April, es la hija de mi hermana mayor, Cher, mamá decidió llamarla, así como la cantante y actriz que sale en la película Noches de encanto qué por cierto es una gran película. April tiene apenas tres años de edad por lo que Cher ha tenido que terminar sus estudios bajo presión y trabajar al mismo tiempo que mamá y yo le ayudamos a cuidarla mientras ella trabajaba y estudiaba para darle el brillante futuro como lo hizo mamá con nosotras desde el divorció.

Las cuatro aún nos encontramos con el pijama puesto, con las caras de muertos y con moños mal hechos. Tomando nuestro tiempo para comenzar a arreglarnos.

—¿Saben que podemos hacer? —pregunta Tasha levantándose de su asiento.

—¿Qué? —contestamos las tres al mismo tiempo.

—Ir por un poco de comida, me estoy muriendo de hambre desde que salimos del departamento —sí bueno ustedes por qué yo sigo sin tener hambre. Pero como si mi madre les hubiera leído la mente salió con la pequeña rubia detrás de ella con una gran bandeja de comida entre las manos. Mi parte favorita del día siempre será ver a esa pequeña niña que es como un pequeño rayo de luz en mi vida.

—Para mis chicas preferidas —dijo mamá mientras dejaba la bandeja sobre la mesita del jardín. April por otro lado se fue directo a la zona en donde están todos sus juguetes. Me gusta observarla, es como la parte más reconfortante de mí vida.

Las chicas hablan de algunas cosas de las cuales completamente no soy consciente ya que no quiero escuchar y simplemente finjo hacerlo. Es como si desactivara todos mis sentidos auditivos y solo me concentrase en observar a la pequeña ricitos de oro de ojos azules y piel blanca que corre por el jardín riéndose y haciendo girar su peluche de conejo que le he regalado por navidad. Quién me hubiera dicho que hace tres años mi vida iba a tomar tanto sentido con una bebé en casa. Una niña pequeña tan frágil que nos iba a cambiar la vida a todos, e incluso a papá, aunque ya no viva dentro de esa casa la ama tanto que quisiera llevársela cada que viene a visitarnos. Lo comprendo, todas las personas que la conocen quedan completamente hipnotizados por el azul tan potente que tiene su mirada. Su calidez y amor que desprende hace difícil no enamorarse de ella y quererla proteger.

Después del almuerzo nos subimos a mi habitación en donde todas y cada una de ellas comenzaron a bañarse en mi baño. Mientras ellas hacían eso yo estaba tan concentrada en encontrar un poco de inspiración para poder entregar mí proyecto final de este curso con los audífonos puestos y mi música a tope para no distraerme. Al final me es imposible cuando tienes que estar viendo por encima de la pantalla como entran y salen, entran y salen como si fueran dueñas de mí habitación. Me pesa tener que admitir que el silencio y la paz dentro de mi habitación no es un gran factor para poder encontrar algo bueno o un sitio bastante solitario para mantener mi concentración. Al mismo tiempo es algo que tiene de hermoso estar en California.

Sentí una mirada clavada en mí bastante pesada de la rubia en cuanto cerré el portátil y lo dejé sobre mí mesita de noche, abrió y cerró su boca, pero antes de que fuera capaz de decirme algo entre a mi baño y me encerré; ya era mi turno de meterme a bañar, aunque fue más a regañadientes que de ganas. Según a todo esto los VIP tendrían lugar, pero me es imposible asegurar que tendrás un sitio reservado únicamente para ti y tú grupo de amigas. Una cosa buena que me hace bastante ilusión de los conciertos aquí es que las personas comienzan a llegar bastante tarde de eso de las tres o cuatro de la tarde, pero a nosotros nos toca estar antes de las cinco de la tarde.




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