No quiero admitirlo.
Elaine
Por fin mis clases han terminado por el día de hoy.
He esperado alguna señal de que el proyecto de Luke sigue en pie, pero al parecer Mitchell tiene mucha razón y se ha quedado detenido momentáneamente.
Mi mente pudo concentrarse durante las clases a pesar de que mi subconsciente en constantes ocasiones traía a mi cabeza el recuerdo de que grabare con una estrella del K pop en menos de lo que me puedo imaginar. Volveré a verlo y quizás esas emociones de fans cesen. Pero, también me preocupa demasiado que Jack siga pasándola muy mal. Conozco a Elizabeth desde que éramos unas niñas, pero eso no justifica que se comporta como si Jack no le importara en lo absoluto cuando gracias a él fue que salió de ese mundo basura.
Tiene razón cuando dice: las cosas pasan por algo, ahora lo entendió mejor que nunca. He leído bastante en las últimas semanas sobre la entrevista que dio Luke sobre su relación, muchos hablan de que son la pareja del siglo y que lo más seguro es que lleguen al altar lo más pronto posible, el amor debe estar en el aire para que todo el mundo crea que es color de rosas. No debería de importarme la verdad, pero entre más indago más me importa, más siento que Luke pide ayuda y yo quiero ayudarlo. No puedo rescatarme ni a mí misma e intento ayudar a alguien que no pide ser ayudado, esa es la realidad; veo cosas donde no debería de verlas e invento excusas para hacerme más ilusiones con posibilidades inexistentes.
Si algo tengo bastante claro; es que él siempre habla de lo que significan las canciones para él y para su pareja. Él simplemente se plantea en la posición de: ¿y si esto pasara?, cuando no pasa, pero es como si estuviera pasando en la letra de sus canciones.
Quiero saber cómo es su relación, pero cada que le pregunto a Mitchell él siempre me responde con un: «no es de tú importancia», «deja de pensar en relaciones ajenas e intenta ser constante en tú proceso de recuperación», «no importa cuantas veces me lo preguntes no te lo diré». Es testarudo cuando se trata de su amigo y su hermanastra interesada en un hombre inalcanzable y próximamente comprometido; aunque internamente espero que no pase.
Y entendió a la perfección el punto que él quiere hacer visible para mí. No le he dado cierre a ese capítulo en mi vida como debería de hacerlo, siempre alerta esperando el momento en que la pantalla de mi celular se prenda y aparezca su notificación, patético de mí parte. En primer lugar, nunca debí de haberle permitido ser parte de mí vida, ahora cargo con las secuelas y consecuencias de confiar en alguien del que todo el mundo me advirtió, pero hice caso.
Si tan solo les hubiera hecho caso a las personas que me advertían que me mantuviera alejada de él jamás hubiera llegado hasta este momento: odiarme por ser joven. Las personas que me advertían jamás me avisaron que era posesivo con las personas, solo alardeaban de que después de andar con una chica y terminar esa relación cambió. Claro, todas las chicas a las que les escribía siempre las hacía sentir como si fueran únicas en el mundo, menos a una. Ella debía de ser la chica de sus sueños y yo solo el juguete que utilizaba para llevar ese rechazo.
Tratar de borrar el pasado es como intentar enmendar tus errores, no es algo que pase de la noche a la mañana y tampoco es algo que se vaya a olvidar de la noche a la mañana. Las cosas no funcionan de esa forma, lo aprendí tarde, debí haberlo aprendido cuando me di cuenta de qué era cierto lo que decía de él. Uno nunca aprende de sus errores, inclusive si los comete mil veces, jamás aprende. Querer hacer como si nada hubiera pasado sería fácil. Pero lo más difícil es estar en boca de todo el mundo por una traición que no te merecías.
Cerré mis ojos unos segundos para tranquilizar a mi cabeza. Nunca había sentido la mirada de alguien más hasta ese momento. Nuestras miradas se encontraron en el segundo dos que abrí los ojos. Había pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos. Él sonríe y se pasea con su novia como si nada hubiera pasado entre nosotros, como si él no fuera la consecuencia de las burlas hacía dignidad. Pero hoy, estaba solo. Y venía en mi dirección. Mis piernas no me responden, un ataque de pánico hace que mi garganta se me cierre y mi cuerpo comience a temblar.
Debía enfrentarlo. Todo el mundo siempre me lo recalcaban como si fuera una situación en donde la ansiedad, el pánico y el miedo no fueran tus peores enemigos. Quisiera por un momento ser valiente, tener la suficiente confianza en mí para reclamarle, hacerle entender que lo que hace es degradar a una mujer y traicionar su confianza. No somos juguetes sexuales, tampoco su centro de entretenimientos, somos humanos, tenemos sentimientos, emociones, pero también tenemos dignidad.
—Ha pasado un tiempo —dijo él con tranquilidad—. Veo que has estado bien. Qué pésimos rumores ahí sobre ti.
Todos gracias a ti por supuesto. Aparte mi mirada de la suya intentando mantenerme firme y alejada de su aterciopelada voz, la sutileza del uso de sus palabras y la sección perfecta para hablarme sin sonar tan obvio.
—Debo suponer que son ciertos. —Volvió a hablar dando un paso más hacia mí—. ¿Fue con Jack, mientras estábamos juntos?
Soltó una risa burlona.
—Nunca estuvimos juntos —le recordé con el hilo de voz que encontré—. Ahórrame la humillación.
—¿Qué humillación, Ximena?
#11407 en Fantasía
#5781 en Thriller
#3035 en Misterio
amistad amor muerte peligro, kpop baile y canto, conciertos fans fama conflictos
Editado: 09.05.2025