La última defensa de la creación: Vol. 1

23 Control de Origen

Varios días transcurrieron y el trío no descansó en ninguno. En ese lapso, diferentes cosas sucedieron.

No hubo un día donde ellos se libraran de las Pesadillas, siempre fue una lucha constante. De hecho, las municiones de las armas de fuego se habían agotado y se vieron forzados a pelear con las espadas y el arma versátil de Caesar.

Por otra parte, la constancia de las disputas con los monstruos produjo que los tres pulieran las habilidades grupales, pudiendo matar con mayor eficacia al entenderse mejor. Además, las clases de Silvia para aprender el lenguaje de señas no se detuvieron y pronto alcanzó un manejo excelente. Este factor ayudó a la coordinación.

No obstante, las secuelas negativas fueron inevitables, debido a que tanto Gunnar como Silvia ganaron nuevas heridas en el cuerpo. Precisamente ayer, cinco Pesadillas igual de poderosas a la que vieron masacrando a los agentes se encontraron con ellos dos. Tal infortunio produjo una batalla de vida o muerte.

El choque aplastó vehículos, destruyó edificios, establecimientos y casas. Gunnar sufrió más, puesto que Silvia, al matar a su segundo y último monstruo, se hirió la pierna. No podía pelear en esas condiciones frente a oponentes de gran nivel. Desde ahí, él la tuvo asquerosamente mal. Guardó ese día como uno de los más odiados.

No se enteraron, pero la vida de más de una docena de personas sucumbieron en ese incidente por estar cerca de la zona. Caesar apareció tarde, porque tenía una tarea diferente: mapear el área y hallar irregularidades, como el territorio sin Pesadillas donde estaban. Al final resultó siendo transporte para los malheridos compañeros.

Con respecto a la investigación del chimpancé, se pudo anotar que sí estaban en una área donde la existencias de monstruos era totalmente nula. La distancia era de varios kilómetros cuadrados. Esto lo confirmó con su habilidad sensorial. La caza de Pesadillas tuvo que ser fuera de dicha área.

La gente tampoco demoró en percibir lo especial que era el terreno, por lo que hubo un aumento de ellos invadiéndolo. Fue irónico. Irónico porque a pesar de la seguridad temporal contra monstruos, varias cosas no cambiaron. Por ejemplo: las muertes. Las calles se empañaron de sangre y se saturaron de actividades salvajes. Los humanos comprobaron ser monstruos crueles.

Liberados asesinándose por múltiples razones y la mayoría podían definirse como estúpidas, ya que los motivos eran insignificante. Solo que, ahora mismo, no había ley que valiera. Esta era la supervivencia de los más aptos.

Unos de los que entendieron bien eso fueron James y su pandilla. Gracias a las habilidades de Caesar, Gunnar identificó el crecimiento de Origen en ellos, y no era para nada pésimo, más en el caso del jefe. La última vez que lo vio, el gigante asesinó a cuatro Liberados que intentaron entrar a robar comida. Asimismo, robó el Origen cuantificado y le sirvió para incrementar su fuerza. Su nombre inició un proceso de popularidad.

Gunnar recordaba las caras patéticas de esa pandilla cuando conocieron a Caesar. Eran emociones revueltas de miedo, asombro, consternación y muchas más. Cuando entrelazaron miradas, el pavor los sacudió; parecía irreal. Aun con todo eso, poco a poco fueron aceptando la realidad de que el animal podía hasta entender el idioma. Ellos no intentaron ni una vez encarar al trío porque el instinto de supervivencia rugía al pensarlo.

Tocando el tema de popularidad, el que estableció un gran nombre fue el grupo de Gunnar. Hubo varios intentos de asesinato hacia ellos, sin embargo, todos terminaron de la peor manera. Sirvieron de alimentos para Caesar.

Y por supuesto, dichas peleas fueron vistas por personas circundantes que esparcieron la noticia de inmediato. Aunque la mayoría eran parte de rumores, nadie tuvo el atrevimiento de ocasionar problemas estúpidos.

Puntualizando ya en el presente, Gunnar y sus dos compañeros yacían arriba del edificio, "disfrutando" del día cálido y la brisa refrescante.

El hombre y la mujer se desprendían las vendas del cuerpo y aplicaban medicina avanzada en las lesiones. Caesar, por su parte, comía el desayuno.

—¡Qué paliza me dieron esos monstruos! —Silvia hablaba molesta mientras se aplicaba la pomada. Recordaba la tragedia anteriormente contada—. ¡La próxima ni siquiera van a ver quién los mató!

—La falla fue de nosotros. Nos cogieron por sorpresa y respondimos mal. Tampoco sabíamos que esa clase de Pesadillas podían andar en grupos —expresó las cosas tal cual las sintió. Ya había culminado de tratar sus lesiones—. No importa, la situación cambiará, tú lo has dicho.

Era obvio a lo que se referían: aumento de poder. Durante los últimos días, elevaron sus atributos hasta 50 puntos, lo que en definitiva conllevaba una gran fuerza. Cuando se posicionaron en esas cifras no siguieron subiendo más, sino que guardaron para asuntos futuros. Por otra parte, el Divino Espejo dio una información luego de pisar esa meta, y era la siguiente:

 

«La cantidad de 50 puntos de Origen se ha completado en tus atributos. A partir de aquí, se necesita una cantidad mayor para continuar subiendo, porque tu cuerpo y alma requieren procedimientos más complejos que exigen una elevación de Cuantificación de Origen». 

«Para Fuerza, Agilidad, Constitución, Vitalidad y Sentidos: 500; Inteligencia; 5000; Control de Origen: 1000». 
 




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