Gunnar fue golpeado con dos impactantes noticias sobre la pelirroja. La curiosidad gobernó su mente y bajó del carro. Había conseguido la persona indicada para alumbrarle la oscura búsqueda de la Semilla Oculta. Con calma y robando la atención de sus compañeros, se dirigió con Caesar hacia la conversación que casi nada lo involucraba. De cualquier modo, las negociaciones acabaron a tiempo, porque Gabriel se vio obligado a abortar la misión.
—Vámonos —Matthew, con evidente molestia, se despidió con falta de amabilidad.
Su acompañante, a diferencia de él, inclinó su cuerpo en un gesto educado dando un adiós. Por supuesto, sin olvidarse de tirar una pequeña llama de esperanza. —La oferta está en pie, por si deciden tomarla en algún momento.
Los dos entonces persiguieron las huellas de su grupo, pero, no sin antes conectar miradas con Gunnar y Caesar. El arquero ardió en furia y su intensa ganas por asesinar al hombre que apareció se reflejó en los gestos faciales.
—Inténtalo y estás muerto —amenazó Gunnar, acuchillado el alma de Matthew con sus ojos. No consentía la forma en que lo veía.
Gabriel intervino, apretando el brazo de su colega y fulminándolo con una expresión severa. Otra vez el encapuchado se contuvo y reactivó los pasos. Ya parecía un hábito.
Gunnar valoró su tiempo y se centró en la misteriosa mujer situada arriba del autobús a 16 metros.
—Me alegran las visitas frecuentes, me recuerda mis anteriores años —De esta manera, Richard les dio la bienvenida—. Supongo que escucharon la conversación. ¿Vienen por ese asunto?
—No. Quiero hablar con Adelaida.
—¿Por qué? No hay razón —Nicolás respondió cortante.
—Contigo no hablo.
Gunnar le dio un toque de su propia medicina, entonces el joven quiso hacerse respetar; sin embargo, antes de mover un centímetro de su cuerpo, Caesar le aconsejó no intentar nada gracioso, negando con el dedo índice y sonriendo divertidamente.
—[En realidad eres muy poderoso, pero piénsalo bien. Puedes terminar mal. Detente o te arrepentirás].
El chimpancé lo comunicó con los labios y Nicolás descifró partes, no obstante, comprendió el significado general. Su primera reacción fue elevar su guardia. En su mente, estaba perturbado por contemplar la inteligencia de la singular bestia. Además de él, los presentes experimentaron diferentes emociones.
—Vaya, Caesar sí que es escalofriante. No me puedo acostumbrar tan rápido... Nicolás, sé más gentil con ellos —comentó Adelaida. Se puso de pie y saltó desde donde descansaba hasta el espacio de los visitantes—. Aquí estoy, querido. ¿En qué puedo ayudarte?
Nicolás le abrió un puesto a la mujer y lo ocupó dándole un gesto cordial. Al ser aprobados, el chico se mantuvo en silencio y sin protestar. Es más, la actitud grosera desapareció y mostró una inexpresiva.
—¿Lees los labios?
—Sí.
Con esa respuesta, Gunnar silenció su boca. Lo que iba a decir eran cosas personales de ella y no quería exponerlas públicamente. —[Sé que tú, a diferencia de Adela, eres una Controladora. El asunto es… Dime cómo encontraste la Semilla Oculta o dame al menos pistas que me ayuden].
Apenas entendió, ella frunció el ceño. Lo que dijo era un secreto que solo Nicolás tenía conocimiento y no concebía la posibilidad que les hubiera dicho.
—[¿De dónde sacaste eso?].
—[Secreto comercial].
Adelaida mantuvo los ojos puestos en Gunnar y por alguna razón desconocida para el hombre, dibujó una sonrisa seductora y maliciosa, la que anteriormente tenía.
—[Si aumentas el atributo de Control de Origen por encima de los 80 será mucho más sencillo].
—Mientes.
Casi no le permitió terminar. Había anticipado un argumento de este tipo porque marcar un punto de referencia, el cual todavía no se había logrado, eran las mentiras más prácticas. La actuación pasiva de Caesar confirmó ese hecho.
La pelirroja, por su parte, estudió callada al interrogador. Sus ojos verdes irradiaban un brillo misterioso y cortante.
“Es muy minuciosa con las palabras. Analiza cuidadosamente qué decir, cómo decirlo”, concluyó Gunnar.
—[Seamos sinceros, no pretendas venir aquí pidiendo tal información codiciada] —Ella dijo.
—[10 millones de Origen cuantificado] —presentó la primera propuesta. Fue tan serio que cualquiera pensaría que tenía esa cantidad almacenada.
—[Oh, tentadora. Aun así, no gastes saliva. En verdad, compartir la información es inútil. Cada quien tiene una forma diferente de manifestar la Semilla Oculta. Por mi parte, no te diré, porque es una herida que una de "nosotras" todavía no ha cicatrizado... Ah, claro, Adela tampoco te dirá] —Levantó la mano en un gesto de despedida.
Al realizar ese último movimiento de labios, Caesar percibió la energía de Adelaida transformarse en la anterior. Adela volvió.
Las expresiones en el rostro tuvieron una variación radical y visible. Ella se miró la mano levantada sin haber recordado alzarla y la bajó lentamente y disimulando. Se sentía avergonzada.
—¿Mm?… —Estaba en blanco. La habían puesto en una situación incómoda—. Hola, me llamo Adela. Disculpen por haberme presentado hasta ahora, es que me di cuenta de sus actitudes desinteresadas y me ahorré el protocolo.
La sonrisa forzada de la pelirroja marcaba un claro contraste con Adelaida. Gunnar se disgustó debido a que la otra personalidad se escapó.
—Hola, Adela —saludó, sorprendiendo a los espectadores porque imaginaron que no lo haría—. ¿Estás consciente de lo que hablé con Adelaida? ¿Ella también escucha cuando estás tú?
Hizo un par de preguntas para comprender mejor el tipo de personalidad múltiple de la chica. Había casos donde las personalidades no recordaban cuando estaban ausentes.
—Sí, "todas" percibimos sin importar quién esté afuera. Adelaida dice que la llames si necesitas cosas diferentes, por ejemplo… Una cita.