La Última Emperatriz | The Last Empress

Prólogo

AZURITE

El Imperio Azurite era uno de los más poderosos en el continente Aurin, tenían destreza militar y poder económico de su lado, habían nacido de la miseria siendo bendecidos.

La familia Imperial poseía un don que usaban para proteger a su pueblo, podían controlar las estaciones y con ese poder tenían a su Imperio en una eterna primavera y otoño, su don era codiciado por muchos, en cuanto se supo que poseían tal poder muchos codiciaron hasta a los hijos bastardos de la familia Imperial, así que para proteger su sangre y poder absoluto, cada Emperatriz o Emperador regente que monopolizaba el trono tenía el deber de ejecutar a todos sus hermanos dejando solo uno vivo para tener garantías de descendencia, aunque quién sobrevivía no tenía mucha suerte ya que era aprisionado y aislado del mundo hasta el final de su vida.

Azurite, envidiado, codiciado y reverenciado tenía regentes espléndidos, fieles a servir a su pueblo, entre ellos destacaba la primera Emperatriz regente de Azurite quién fundó el Imperio, Ruth Mailin Azurite, la primera mujer en fundar un Imperio en su continente, aquella que fundó el primer harén masculino para las Emperatrices regentes y la primera en ser venerada como una monarca magnífica, luego estaba él Emperador Richard Arcturus Azurite, quién revolucionó el mundo médico invirtiendo mucho dinero en investigaciones médicas que dieron resultados que cambiaron la medicina e hicieron nacer nuevas ramas para el cuidado de la salud, fue un Emperador sabio que estaba enamorado de la rama médica, fue uno de los primeros en aprender cirugía de otro genio médico y dejó su huella cuando redactó por sí mismo el primer libro ético de medicina junto a otro libro que contenía todos los conocimientos que había adquirido en su vida, el siguiente Emperador que destacó más que él anterior fue William Arcturus Azurite llamado comúnmente como el conquistador, fue quién conquistó Reinos que se creían invencibles y extendió el milagro de la familia Imperial a cada tierra que sus pies habían tocado, después de él estaba la Emperatriz Raciel Mailin Azurite quién revolucionó el sistema de justicia de su Imperio creando la igualdad de tanto hombres como mujeres frente a las leyes, uno de los ejemplos más claros de su visión fue que cuando el Imperio entró en estado de guerra, tanto hombres como mujeres fueron obligados a enlistarse al ejército para defender su país, fue la creadora de las leyes y la moralidad, así como la primera Emperatriz en prohibir la esclavitud que en ese entonces era legal y muy común.

Finalmente está la Emperatriz Askella Mailin Azurite, quién fue la diplomática del continente Aurin, pactó un tratado de no agresión con todos los Imperios y Reinos del continente, acabando así con las guerras, fue una de las primeras en impulsar la tecnología dejando la magia de lado y fue la primera Emperatriz en prohibir la poligamia, además, fue quién en persona extendió el milagro de su sangre hacía otras tierras empobrecidas, fue llamada la Emperatriz perfecta, la del corazón más bondadoso y la mujer más hermosa del continente, pero también fue llamada la mujer más fría del mundo, la bruja de cabello de diamante, la mujer que provocó su propia ruina, no, la que dio a luz ha su propia ejecutora.

Por más perfecto que uno sea siempre habían más defectos de los cuales no te dabas cuenta hasta que era tarde, Askella no desarrolló ningún papel más que el ser Emperatriz, incluso cuando había dado a luz ha su hija, no la cargó ni la cuidó, le brindo lo mejor al ser su sucesora y se encargó de darle la mejor educación, pero nunca fue una madre, nunca fue una esposa amable que le diera amor a su esposo, tampoco fue alguien expresiva con su hija y su esposo, incluso cuando su consorte había solicitado el divorcio no derramó ninguna lágrima ni pidió que se quede, su esposo quién había sido un príncipe de un Imperio vecino regresó a sus tierras sin mirar atrás y ella ni si quiera se dio cuenta.

Fue un día lluvioso cuando todo comenzó, el golpe de estado organizado por su propia hija, la princesa heredera que llevaba el nombre de la primera Emperatriz de su Imperio, Ruth Mailin Azurite.

- Llegaron a las puertas majestad -Jhon un erudito fiel amigo de Askella avisó mientras veía el caos por una ventana de la sala del trono- Lograron pasar las murallas, estarán aquí dentro de poco

- Será mejor que te vayas entonces -Askella sentada en su trono miró al frente donde estaban dos puertas dobles, esperaba en silencio con su corona brillando sobre su cabeza, usando sus ropas más finas y su capa ceremonial.

- Me quedaré -Jhon se acercó a su amiga con una sonrisa- Siempre imaginé que moriría viejo y arrugado, es un honor fallecer siendo guapo y joven

- Pero ya tienes arrugas ¿Pensaste que nadie las notó? -se burló Askella.

- ¡¿Qué?! -Jhon inmediatamente sacó un espejo de mano y revisó su hermoso rostro- Mentirosa, sigo siendo hermoso

- Si, eres alguien muy narcisista

- Muchos dicen que es mi encanto

- Como digas -ella sonrió y observó por un momento a su amigo, él llevaba un traje muy lujoso de color violeta oscuro, el símbolo de la lealtad hacía ella- Lo siento -se disculpó volviendo a mirar hacía el frente.

- No se disculpe majestad, nunca hubiera imaginado algo como ésto, incluso si reunía a todos los eruditos del continente jamás nos hubiéramos imaginado que la princesa heredera traicionaria a su propio Imperio

- Mientras continúe mi legado, no me importa -respondió.

Jhon decidió no seguir hablando, su amiga que tenía una expresión imperturbable como si fuera un día cualquiera, ocultaba sus sentimientos muy bien, solo él era capaz de notarlo con precisión, ella estaba triste y tal vez preocupada por su hija, pero ¿Qué podía hacer? La princesa heredera ya había tomado una decisión, una que incluía la ejecución de su madre y "liberar" a los Reinos e Imperios de la monopolizacion del don que poseían para así compartirlo con todos, hasta su aprendiz que era todo menos un genio podía darse cuenta de la obvia manipulación que guiaba a la princesa heredera, era una verdadera lástima tener éste final, por eso le había quitado la vida a su pupilo para que no sufriera las consecuencias de las decisiones de una princesa heredera tonta, también, por eso moriría hoy, no pensaba quedarse a mirar como la familia Imperial era esclavizada y cómo su hermoso Imperio se destruiría poco a poco, además, no había mejor forma de morir que al lado de su mejor amiga, el único ser humano que pudo entenderlo y que le brindo muchos días de aventuras, si, no había mejor forma de morir que siendo leal a su mejor amiga.




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