PRÓLOGO:

La noche del 15 de diciembre se sentía helada, tanto que al manejar, mis manos temblaban, aunque ésto también podría deberse a la situación angustiante que estamos pasando.

Manejaba a toda velocidad por las calles desiertas de la ciudad, algo no muy típico pero que justo ahora agradecía porque así el viaje hasta el hospital no demoraría.

—Ya estamos llegando mi estrella, por favor, resiste un poco más —le suplico a Kelly que se encuentra con su padre en el asiento trasero

—Lo estás haciendo excelente hija, por favor sigue aguantando —dice el señor Herman y aunque su voz se escucha firme sé que en realidad es una súplica urgente

¿Cómo pasamos de un buen momento a ésto? En un segundo estábamos adornando el árbol de navidad en la comodidad de casa, entre risas, historias familiares y la calidez familiar que transmitía el momento para entonces un minuto después, todo eso ser reemplazado por el terror y miedo que nos trajo hasta aquí, desplazándonos a una velocidad bastante alta por las calles desiertas de la ciudad.

Tratando de transmitirle mi calma a ella suelto mi mano derecha del volante y la paso por en medio de los asientos delanteros para tomar su fría mano y apretarla, mi mirada se encuentra con la de Herman y sé que ambos pensamos lo mismo pero no lo vamos a decir.

¿Cómo hacerlo? ¿Cómo aceptar esa idea cuando aún quedan muchas cosas que queremos hacer?

Me concentro en llegar a nuestro destino con las imágenes del día que nos conocimos llegando a mi memoria como si de una película se tratara porque quizás mi mente quiere preparar a mi corazón para el escenario que desde enero estuve temiendo.

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Holis nuevamente a todos, tenía mucho tiempo sin publicar algo por acá pero aquí estoy de vuelta con éste nuevo proyecto que espero que les guste tanto como a mí.

¿Qué tal hasta ahora? ¿Opiniones?