La Última Flor Para El Invierno

DOCE

BLAKE FLAUBERT

Querido Blake.

Estos últimos años te he visto tantas veces en el cementerio visitando a Julie y dejándole veladoras sobre su tumba. Debes saber que, como su madre, me es tan satisfactorio saber que mi hija nunca te perdió y que nunca te olvidaste de ella. Me alegra en el corazón saber que la sigues queriendo tanto como siempre se lo demostraste cuando aún estaba con nosotros. No me alcanzan las palabras para agradecerte ese cariño que sigues guardando para ella.

Nunca me tomé la molestia de hablar contigo después del funeral de Julie. No tenía las fuerzas suficientes para hablar con nadie porque estaba molesta. Molesta conmigo misma por no cuidar de los sentimientos de mi hija como debí haberlo hecho desde el principio. Sin embargo, ella te tenía a ti. Siempre te tuvo a ti y yo nunca te di las gracias por eso. Jamás te dije lo agradecida que estaba por que sacases a Julie de ese agujero de malos sentimientos en el que su padre y yo la habíamos puesto. Su brillo y alegría fueron reemplazados por tristeza y enojo gracias a nosotros. Sin embargo, tú intentaste cambiar eso y yo no me di cuenta de ello hasta que ya no pude abrazarla más. Justo por ello estoy escribiendo esta carta, Blake. Escribo esta carta porque quiero que sepas lo satisfecha que estoy contigo por haber ayudado a mi hija cuando su padre y yo estuvimos más ocupados en nuestras peleas y reconciliaciones innecesarias que al cuidado de lo que ella pensaba y sentía al respecto. Tú siempre estuviste ahí e intentaste hacer lo mejor por ella a pesar de tener tan sólo diez años de edad.

Eso me hizo darme cuenta de que eres igual a tus padres.

Recuerdo que cuando conocí a tu padre, él siempre me decía que había conocido a una chica que admiraba más que a cualquier otra persona. Decía que, a pesar de haber tenido una vida difícil y el casi rendirse, ella logró sonreírle a la vida de nuevo y en respuesta a todos sus esfuerzos al fin tenía paz. Nunca tuve muchas oportunidades de hablar con tu madre, ya sé que suena tonto. Es decir, tu padre y yo éramos amigos gracias al trabajo de mi padre y Julie y tú iban a la misma escuela, además de que fuimos vecinos por un tiempo. Pero la razón por la que nunca hablé mucho con tu madre era porque no me parecía tan admirable como Thomas alguna vez me lo había dicho. En su lugar, me parecía una persona engreída.

Lo lamento. Sé que es tu madre, Blake.

En fin, a lo que quiero llegar es que, dos meses después del accidente de Julie en el lago, tu madre y yo nos encontramos en el supermercado. Ella fue la primera en saludar y recuerdo haber sido bastante grosera con ella, pero también recuerdo que no le importó en lo más mínimo mi actitud porque, de alguna forma, me dio a entender que sabía lo que estaba pasando, que conocía el sentimiento de perder a alguien amado. Entonces recordé lo que Thomas me había comentado sobre ella y, con lo que tu madre me dijo antes de marcharse, pude dejar de creer que era engreída.

 “Las personas que queremos solo se van cuando las olvidamos”

Por la noche no pude dejar de pensar en esa simple frase. Las palabras de tu madre me ayudaron a reunir el valor para dejar de sentirme triste cuando el rostro de mi Julie llegaba a mi mente, incluso cuando miraba sus fotografías y entraba a su habitación. Esa misma noche estuve observando una fotografía en especial donde Julie y tú estaban jugando con el pastel de cumpleaños de tu hermana. Ambos estaban llenos de pastel por todo el rostro. En aquel momento pensé que, si para mí era difícil recordar que mi hija ya no estaba, entonces para ti debía ser igual o incluso peor. Porque Julie era tu mejor amiga. Era demasiado el dolor que sufrías con tan solo diez años de edad. Supuse que lo olvidarías con el paso del tiempo, pero ahora que te veo puedo asegurar que me equivoqué. Estuvo mal el pensar que superarías el accidente y estarías completamente normal ahora en el presente.

Claramente no es así.

Y Blake, admito que yo no soy buena dando consejos sobre la vida, pero hay algo que debo decirte con urgencia.

NO TE APAGUES.

No permitas que la ausencia de Julie ni la de nadie te apaguen como persona. No te lo permitas.

Sé que sin ella pudiste haberte sentido roto. Yo también lo sentí. Sin embargo, ya no es así. Ya no estoy rota porque dejo que mi corazón sienta mis emociones con fervor. Estoy segura de que tú sigues sintiéndote de esa manera. Lo puedo ver en tu manera de caminar, de mirar, de suspirar y en tu expresión.

No creas que perdiste a Julie.

No creas que perdiste tu felicidad.

No creas que perdiste tu corazón.

Yo sé que mi niña te amó con toda su alma y sé que estaría feliz si te viera sonreír otra vez. Sé que estaría feliz de ver que su mejor amigo disfruta la vida que ella no pudo tener por ese desafortunado accidente. Yo sé que Julie quiere que seas tú mismo otra vez y para siempre. También estoy al tanto de que no tienes ganas suficientes para hacerlo, pero inténtalo. De lo contrario, te perderás a ti mismo.

Tu océano no está vació, Blake, y tampoco está incompleto. Julie sigue ahí.

Ella siempre ha estado ahí.




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