La Última Fotografía

Capítulo 2: El Misterio de la Fotografía

El ruido constante del tráfico en la ciudad era un contraste abrumador con la tranquilidad del pequeño pueblo costero que Alex había dejado atrás. De vuelta en su estudio en Nueva York, la vida volvía a su ritmo habitual. Sin embargo, su mente estaba lejos de los encargos fotográficos que lo esperaban. La imagen del edificio solitario y la inquietante nota en el reverso de la fotografía no dejaban de rondar su cabeza.

La mañana siguiente, Alex decidió investigar el origen de la fotografía. Sabía que la mejor manera de obtener respuestas era averiguar dónde se encontraba el lugar capturado en la imagen. Después de todo, cualquier pista, por mínima que fuera, podía guiarlo en la dirección correcta.

Con la fotografía en mano, se dirigió a su computadora y comenzó a buscar en mapas y archivos históricos. El edificio parecía antiguo, y el paisaje desolado lo hacía aún más misterioso. Sin embargo, después de varias horas de búsqueda, no logró encontrar nada que coincidiera exactamente con lo que estaba viendo. Frustrado, decidió hacer una pausa y consultar a alguien que pudiera tener más conocimiento.

Recordó a su antiguo mentor, el profesor Henry Cartwright, un historiador con una vasta experiencia en arquitectura y monumentos olvidados. Si alguien podía identificar ese lugar, era él. Sin pensarlo dos veces, llamó a Henry, quien, al escuchar la descripción de la fotografía, se mostró intrigado y le pidió a Alex que fuera a verlo de inmediato.

Una hora más tarde, Alex llegó al apartamento del profesor, un lugar que siempre le había parecido más un museo que una vivienda. Las paredes estaban cubiertas de estanterías repletas de libros antiguos, y cada rincón estaba lleno de artefactos de diferentes épocas. Henry lo recibió con una cálida sonrisa y lo invitó a pasar.

—Es un placer verte, Alex. Siempre me sorprendes con tus descubrimientos —dijo Henry, mientras examinaba la fotografía con cuidado—. Esta imagen... hay algo familiar en ella, pero no puedo identificarlo de inmediato. Necesito consultar algunos de mis libros.

Alex observó al profesor mientras éste se dirigía a una de las estanterías más altas. Se dio cuenta de lo mucho que Henry había envejecido desde la última vez que se habían visto. Sin embargo, su mente seguía siendo aguda, y Alex confiaba en que podría ofrecerle alguna pista.

—Aquí está —dijo Henry, sacando un libro voluminoso cubierto de polvo—. Este tomo recopila construcciones emblemáticas y olvidadas de todo el mundo. Si este edificio tiene algún registro, estará aquí.

Durante las siguientes horas, ambos revisaron el libro con detenimiento, comparando las imágenes y descripciones con la fotografía que Alex había traído. Finalmente, Henry se detuvo en una página y frunció el ceño.

—Podría ser este lugar —dijo, señalando una imagen que mostraba un edificio similar, aunque en un estado mejor conservado—. Se trata del antiguo sanatorio de Blackwood, en el noroeste de Escocia. Fue abandonado hace décadas, pero en su momento, fue un lugar muy conocido por sus tratamientos experimentales.

Alex sintió un escalofrío recorrer su espalda. La posibilidad de que la fotografía fuera de un sanatorio abandonado no hacía más que aumentar el misterio. ¿Por qué alguien habría querido fotografiar ese lugar? ¿Y qué significaba la advertencia en el reverso?

—¿Crees que podría ser este? —preguntó Alex, con una mezcla de incertidumbre y emoción.

—Es difícil decirlo con certeza solo por esta imagen —respondió Henry—, pero la similitud es innegable. Lo que me preocupa es la nota. "Encuentra la verdad antes de que sea demasiado tarde". Es una advertencia inquietante, y me temo que podría haber más detrás de todo esto de lo que parece a simple vista.

Alex asintió, consciente de que había entrado en un terreno desconocido. Sabía que, si quería obtener respuestas, tendría que seguir la pista hasta Escocia. Pero la idea de adentrarse en un lugar abandonado y remoto lo llenaba de una mezcla de emoción y temor.

—Deberías tener cuidado, Alex —advirtió Henry, con una mirada seria—. A veces, el pasado es mejor dejarlo donde está.

Alex guardó la fotografía y se despidió del profesor, agradeciéndole por su ayuda. Mientras salía del apartamento, sintió que estaba un paso más cerca de desentrañar el misterio. Sin embargo, la advertencia de Henry resonaba en su mente. Algo le decía que, una vez que comenzara este viaje, no habría vuelta atrás.



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En el texto hay: fantasia, misterio, aventura

Editado: 13.08.2024

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