Lyra extendió un mapa antiguo, dibujado con tinta plateada que brillaba bajo la luz —Aquí —señaló—, en el Valle de las Sombras, se ha detectado una concentración anómala de energía oscura. Si no actuamos rápido, podría ser el epicentro de un nuevo desastre.
Eiran frunció el ceño.—No podemos permitir que el enemigo amplíe la Ruptura.
Alina asintió, sintiendo cómo la responsabilidad crecía en su pecho.—Entonces vayamos. No importa el peligro, debemos proteger lo que queda de la magia.
Mientras se preparaban para partir, Kaelen colocó una mano sobre el hombro de Alina.—Recuerda todo lo que aprendiste aquí y dentro de ti. La fuerza está en la unión, pero también en la confianza.
Con un último vistazo al Bastión, el grupo se adentró en el crepúsculo, sabiendo que el camino estaría lleno de desafíos.Pero la llama en el corazón de Alina ardía con más fuerza que nunca.
El destino no esperaba.