La última lágrima dorada.

Capítulo 5#

​Elysia

​Camino por el bosque, perdida en mi mente y mis pensamientos.

​Se preguntarán qué me trajo hasta aquí. Tuve un sueño muy extraño: vi a Erebos y a mí juntos, y luego él se desvanecía.

​Tuve que escapar del castillo y ahora me encuentro aquí, a solo unos pasos de la barrera.

​Veo a alguien que viene corriendo del otro lado.

​Erebos…

​“En esta o en otra vida, siempre te encontraré.”

​Sacudo la cabeza cuando me llega ese recuerdo. No, no quiero recordarlo. Me hace sentir un vacío, como si algo dentro de mí faltara.

​Veo a Erebos acercarse y corro hacia él.

​Se me olvida que está la barrera. Lo siguiente que pasa es que salgo volando por los aires.

​Caigo cerca del inicio del bosque.

​—¡¡AAHH!! ¡Maldita barrera! —digo cuando siento dolor en mi espalda.

​—¡¡Estás bien!! —escucho a Erebos mientras me levanto con cuidado y me acerco a la barrera—. Eso fue estúpido de tu parte. ¿Qué intentabas hacer?

​Suspiro y siento cómo mi cuerpo va sanando poco a poco.

​—Sí, ya sé que fue estúpido —digo mientras levanto la mano y me comienzo a estirar—. Y se me olvidó que esta estúpida barrera mágica estaba aquí.

​—No respondiste a mi pregunta —dice mientras se cruza de brazos y me mira buscando algo—. ¿Qué intentabas hacer?

​—Jajaja… No lo sé, ¿okey? —digo y suelto un suspiro—. Solo fue un impulso.

​—No te creo.

​—Cree lo que quieras.

​—Entonces voy a creer que, si no fuera por esta barrera, te me hubieras saltado encima —dice mientras me mira con una sonrisita que me gustaría borrar—. ¿Me equivoco o no?

​—Dije que creas lo que quieras, no que imagines algo para subirte el ego —digo mientras lo miro.

​La barrera empieza a resplandecer y a vibrar.

​Nos alejamos un poco mientras la miramos.

​—Elysia, acabas de romper esta cosa.

​—Cállate, Erebos. ¿No ves que esto parece que fuera a explotar?

​Se siente la magia en este lugar, pero ahora se siente más fuerte.

​Se detiene.

“Toca la barrera… ve con él… Hazlo, todo estará bien…”

​Escucho una voz melodiosa susurrando.

​Camino a la barrera y la miro con curiosidad. Levanto mi mano y la toco. Se siente fría.

​Esta vez no me expulsa lejos.

​—Eso es nuevo —escucho decir a Erebos, y él también toca la barrera y se sorprende—. Está…

​—Fría… —termino de decir, y él asiente.

​Escucho ruido en el bosque de Elysia, me aparto rápido de la barrera y volteo a ver el bosque.

​—¡PRINCESA AURELIA! —escucho cómo gritan mi nombre.

“Tu nombre es Elysia…”

​Escucho cómo susurran, pero no veo a la dueña de esa voz.

​—Te llaman —escucho decir a Erebos.

​—Si me atrapan, de seguro no me volverás a ver, Erebos —digo mientras me volteo para ver su mirada. Su expresión se endureció—. Fue un placer volver a verte, Erebos.

​Digo mientras lo veo y me alejo sin esperar una respuesta. Camino para adentrarme en el bosque.

​En el bosque, miro en todas las direcciones mientras suelto un gruñido de frustración.

​—Si voy al castillo, no me dejarán libre otra vez.

​Camino hacia el otro lado del bosque. Si van a apresarme, mejor disfruto del poco tiempo de libertad que me queda.

​🪷🪷🪷🪷🪷

​Tres horas han pasado y ya oscureció.

​Tres horas buscando un camino de regreso para no encontrar nada, solo árboles y la oscuridad del bosque.

​Tropiezo y caigo al suelo mientras siento cómo mi vista se va oscureciendo y veo una silueta venir hacia mí.

​Destino

​Siempre tengo que intervenir.

​¿Por qué?

​La respuesta es simple: porque soy el destino.

​Ella no debería estar aquí en el bosque.

​Y yo no debería estar cargándola para llevarla del otro lado de la barrera.

​Pero es necesario, así como es necesario que la tormenta cause caos y destruya todo a su paso.

​Un fénix no puede renacer sin antes volverse cenizas.

​Veo la barrera y luego a la chica en mis brazos y vuelvo a verla.

​Suspiro.

​Todo tiene que seguir su camino y solo espero que la oscuridad no oscurezca el tuyo, querida Elysia.

​Traspaso la barrera y me adentro en el bosque del Reino de Erebos, dejando a la chica en este mientras me alejo sin dar la vuelta y sin titubear.

​Ese es el precio de ser el destino: no puedes dejar que tus sentimientos se interpongan.

​Si ese es su destino, no puedes cambiar su curso.

​🪷🪷🪷🪷🪷

​Narrador

​Lo que nadie sabía era que al alterar el curso del destino de Elysia, solo se daba paso a la oscuridad que se formaba entre la barrera.

​Ya que la barrera fue hecha con la intención de que no estuvieran juntos, pero no solo era eso, sino que es un portal donde estaba encerrada una oscuridad por el mismo espíritu que hizo la barrera.

​Y el destino, al alterar un poco el destino de Elysia, lo que hizo fue dar paso y lograr liberar a la oscuridad de las cadenas de luz de estrella que la tenían encadenada para que no consumiera los dos reinos.

​Esta oscuridad no era como los cuentos de los niños que no te dejan dormir por las noches, sino que era engañosa, se transformaba en lo que fuera, pero lo que le gustaba era continuar con lo que, al pasar de los años y de los siglos, estuvo encerrada: separar al espíritu y al alma.

​Porque solo así era la única manera de causar caos en el mundo.

​Porque si estos dos llegaran a estar juntos, ella desaparecería.

​Nadie sabía cómo era. ¿Es hombre o mujer? ¿Es como una persona o un monstruo? ¿Es horrible o no lo es?

​Pero como dije hace un momento, se transforma en lo que sea y es engañosa.

​Pero no te dejes engañar, porque esta, a pesar de engañarte, te atrae de una manera inexplicable que puede hacer que te sumerjas en ella y nunca quieras volver.

​La oscuridad soltó una carcajada cuando sintió cómo las cadenas de luz de estrella se rompieron y cayeron al suelo como cristales, haciéndose pedazos.



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En el texto hay: amor, oscuridad y luz, reino y destino

Editado: 20.08.2025

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