La última lágrima dorada.

Capítulo 10#

Narrador

​El Reino Dorado tiene dos criaturas que no se pueden separar. Por más que lo intenten, siempre habrá algo que las una. No solo es el destino, sino algo inexplicable que no se puede describir.

​Un alma siempre atraerá a un espíritu, y un espíritu siempre se encontrará con un alma.

​Y uno de ellos siempre lo guiará por el camino correcto.

​Erebos

​Camino por el reino mientras veo a cada habitante ir de un lado a otro. Cuando me ven, bajan la cabeza con respeto.

​Voy al bosque, pero antes de atravesarlo, veo a dos personas con capuchas negras caminar entre los habitantes.

​—Qué extraño —digo y las sigo de lejos con curiosidad.

​En el pasado

​Camino por el bosque mientras sigo la conexión que me guía.

​El Reino Dorado tiene una pequeña leyenda que dice que todos tienen a alguien destinado, y que el momento llegará cuando menos lo esperes. Sentirás una conexión de la que no podrás escapar porque te quedarás rendido en el amor.

​Eso es lo que estoy sintiendo.

​—¡Aaaah, ya basta! ¡Contrólate, Kayron! —digo y me doy una cachetada en el rostro.

​Miro alrededor del bosque del reino, y los nervios se me ponen de punta.

​—¿Por qué hoy, destino? ¿No crees que deberías, no sé, atrasar un poco las cosas? —digo mientras miro el cielo—. ¡Oh, vamos! ¿Por qué juegas conmigo así?

​Camino por donde me guía el vínculo y me escondo detrás de un árbol mientras espío sin que me vean.

​Veo a una pareja y un bebé en una canasta. Los tres sonríen.

​Bueno, esto es raro. No tengo palabras.

​—Vaya que si te encanta jugar conmigo —digo, y veo a la pareja muy feliz.

​Me alejo y llevo mis manos a la cabeza.

​—¿Estás jugando o qué? —digo a la nada.

​Me toco el pecho y niego.

​"No."

​—Pero, ¿quién crees que soy? —digo, llevando mis manos a la cabeza.

​"¿Será la mamá o el bebé?"

​"Ay, ¿pero qué estoy pensando?"

​"De seguro me equivoqué."

​"¿O no?"

​—No creo que sea la mamá, ya que tiene pareja —digo mientras pienso en voz alta.

​Me rasco la nuca y miro al cielo.

​Niego cuando se me viene una idea a la cabeza.

​—No, no... Por Dios, ese bebé hasta podría ser mío... —digo y hago una mueca.

​—¿Ese bebé es tuyo? —escucho la voz de una chica, y palidezco.

​Volteo y la encuentro.

​Es ella, mi pareja destinada.

​—Responde, ¿es o no lo es? —dice ella enojada.

​"¿O no? Kayron, vamos de mal en peor, ya la hiciste enojar y ni siquiera la conoces."

​La abrazo rápido.

​—¡Oh, gracias a Dios eres tú! Uf —digo y me separo—. Ya me veía en los calabozos del reino por pedófilo.

​Digo y llevo una mano a mi pecho.

​—¿Pensaste que tu pareja era ese bebé? —dice ella y hace una mueca.

​Asiento.

​"Kayron, creo que estamos graves de la cabeza."

​—¡¿Acaso eres tonto?! —dice y me golpea el hombro, y yo me alejo.

​—Oye, ¿acaso no te enseñaron a no golpear a tu pareja en el primer momento que la encuentras?

​Digo mientras me tomo el hombro.

​—No sabía que golpear a idiotas era tan malo. Cierto, así no era —dice ella y ríe—. Si golpeas a tu pareja con una silla en la cabeza, eso trae felicidad a esa pareja.

​Dice, y yo suelto una carcajada.

​—Oye, eso es maltrato, vas a arruinar este bello rostro.

​—Está bien —dice ella y levanta las manos inocentemente.

​Presente en el Reino de Erebos.​Erebos

​Las sigo desde lejos y mando a llamar a dos guardias con mi poder de sombras.

​Me detengo en una tienda mientras me oculto para que no noten mi presencia.

​—Príncipe… —dicen los guardias y bajan la cabeza apenas me ven.

​Les hago una seña para que se callen y volteo a ver por dónde se fueron las dos personas con capuchas.

​—Se acaban de ir dos personas con capuchas negras por ese lugar. Síganlas y hagan que vayan al bosque… después los alcanzo, ¿entendido? —digo mirándolos fijamente, y ellos asienten.

​Los dos guardias van a donde se fueron las dos personas mientras yo planeo una emboscada.

​En todo este tiempo, ninguna persona o criatura ha venido a mi reino, y si alguna lo hace para crear disturbios en él, las mataré y haré que vivan un invierno.

​Tomo un atajo al bosque mientras los guardias llegan y se van colocando para la emboscada.

​"Si alguno de ellos comete un solo error, les cortaré la cabeza..."

​Miro cómo vienen las dos personas con capuchas negras mientras mis hombres las rodean.

​Noto un cabello dorado que sale de una de ellas. Una de ellas es un poco Narrador
​El Reino Dorado tiene dos criaturas que no se pueden separar. Por más que lo intenten, siempre habrá algo que las una. No solo es el destino, sino algo inexplicable que no se puede describir.

​Un alma siempre atraerá a un espíritu, y un espíritu siempre se encontrará con un alma.

​Y uno de ellos siempre lo guiará por el camino correcto.

​Erebos
​Camino por el reino mientras veo a cada habitante ir de un lado a otro. Cuando me ven, bajan la cabeza con respeto.

​Voy al bosque, pero antes de atravesarlo, veo a dos personas con capuchas negras caminar entre los habitantes.

​—Qué extraño —digo y las sigo de lejos con curiosidad.

​En el pasado
​Camino por el bosque mientras sigo la conexión que me guía.

​El Reino Dorado tiene una pequeña leyenda que dice que todos tienen a alguien destinado, y que el momento llegará cuando menos lo esperes. Sentirás una conexión de la que no podrás escapar porque te quedarás rendido en el amor.

​Eso es lo que estoy sintiendo.

​—¡Aaaah, ya basta! ¡Contrólate, Kayron! —digo y me doy una cachetada en el rostro.

​Miro alrededor del bosque del reino, y los nervios se me ponen de punta.

​—¿Por qué hoy, destino? ¿No crees que deberías, no sé, atrasar un poco las cosas? —digo mientras miro el cielo—. ¡Oh, vamos! ¿Por qué juegas conmigo así?

​Camino por donde me guía el vínculo y me escondo detrás de un árbol mientras espío sin que me vean.



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En el texto hay: amor, oscuridad y luz, reino y destino

Editado: 20.08.2025

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