Narradora
Dos mitades, dos corazones, fueron hechos para estar juntos. Cuando un día se unan, sus reinos se volverán uno y formarán un solo Reino: el Reino Dorado.
Reinarán y unirán a las dos criaturas que fueron hechas para estar juntas.
Una no puede vivir sin la otra. No se puede separar a un alma de un espíritu.
El alma siempre buscará al espíritu para sentirse protegida, y el espíritu siempre se encontrará con un alma para darle fuerza y fortaleza.
Protegerse y cuidarse, amarse y guiarse hasta el último aliento.
O hasta que se vuelvan a encontrar, en esta o en otra vida.
Elysia
Me quedo detrás de un árbol mientras espero a Fayrha. Me dijo que esperara aquí.
Me cruzo de brazos y me siento en el suelo, mientras tomo una pequeña flor blanca del bosque.
La miro y la hago flotar con mi magia. La hago girar hasta que veo que llega.
La tomo en mis manos y veo cómo Fayrha se me queda mirando.
—¿Tienes poderes?
—Sí.
Digo, y hago flotar la flor blanca de nuevo hasta llegar a ella. La toma sorprendida.
—Vaya, ¿cómo lo haces?
—Manipulación de luz y sanación.
—Me encanta esta chica. Esta vez sí te pasaste, destino —dice ella mientras se lleva las manos a la boca con emoción y mira al cielo.
—Pero tú eres un fénix, eso también es emocionante.
Digo y ella asiente.
—Sí, pero nunca había visto esta clase de poder.
Me da una capa negra y yo la miro mientras levanto una ceja.
—Tenemos que pasar desapercibidas —dice ella mientras se encoge de hombros.
—Claro, y con esto no vamos a llamar mucho la atención —digo con sarcasmo—. Por supuesto, son capas mágicas que nos hacen invisibles.
Digo y ella ríe.
—Si quieres, podemos regresar. Hay una barrera que da al otro reino —dice ella mientras arruga la nariz.
—No creo que podamos pasar la barrera, ni siquiera sé cómo llegué aquí —digo y me cruzo de brazos.
—Deja de ser una princesa mimada y colócate la capa y camina —dice ella enojada.
Hago una mueca y me la pongo.
—Esto no me puede estar pasando, lo que me faltaba.
Digo refunfuñando y suelto un suspiro.
Me la pongo y la sigo mientras camino por las calles del reino de Erebos.
Sus habitantes y su pueblo son muy buenos. Veo cómo todos en este reino son amables unos con otros, ¡y vaya amargado que tienen como rey!
Las casas de este reino están hechas de piedra y madera, y en cada puerta tienen marcada una "E" en oro. Es extraño.
¿Por qué una "E" en oro puro?
"Cuánta humildad tiene este rey", digo, y ruedo los ojos mientras río.
—Camina, que creo que nos están siguiendo —dice Fayrha, y volteo. Veo cómo dos guardias con armadura azul vienen hacia nosotras.
Fayrha me empuja para que siga caminando y me lleva por unos callejones.
—¿Los perdimos? —digo, y Fayrha mira a todos lados mientras frunce el ceño.
—No lo creo —dice ella y me empuja para que corra mientras me guía.
—Yo puedo correr sola —digo mientras ella me suelta.
Volteo y veo cómo los guardias vienen detrás, están cerca.
Me detengo y me volteo para verlos. Hago una bola de luz y la lanzo hacia los guardias, y ellos salen volando por los aires.
Miro a Fayrha y ella sonríe.
—Lo hubieras hecho antes, ¿no sé? —dice ella y corremos cuando vemos que se levantan los guardias de armadura azul.
Salimos al bosque del reino y, cuando menos lo esperamos, estamos rodeadas.
Guardias de armadura azul nos rodean, y Fayrha me coloca detrás de su espalda.
—Creo que he fallado como guardiana… —dice Fayrha susurrando.
—Eres un fénix, ¿no puedes volar? —digo susurrando para que ella me escuche.
—Sí, pero por una regla de los guardianes, los fénix no pueden ser vistos —dice ella y hago una mueca.
"Eso es totalmente ridículo."
—¿De qué reino vienen, criaturas extrañas? —dice un guardia, y yo suelto una carcajada.
—Por favor... ¿es en serio? ¿"Criaturas extrañas"? —digo, y me burlo mientras río—. Somos casi iguales.
—Son monstruos. Una de ellas lanzó a dos de nuestros guardias por los aires —dice el guardia, y yo levanto la mano.
—Fui yo, y lo siento, no controlo mucho mis poderes —digo y me quito la capucha, dejando que mi cabello dorado salga a la luz.
—¿Usted quién es?
"Tu peor pesadilla..."
"Sería divertido si digo eso, pero mejor no."
—Me presento, soy Elysia —digo, y sin decir más nada.
En eso, todos los guardias se hacen a un lado y bajan la cabeza, dejando pasar a la persona que más esperaba, pero que no pensé que encontraría.
Erebos.