La última lágrima dorada.

Capítulo 12#

En el pasado, mucho antes de la barrera.​

Valhrys

​El Reino Dorado. ¿Por qué se llama así?

​Hay una leyenda antigua que hace siglos fue escuchada por todos los rincones del reino.

​La leyenda contaba que un espíritu y un alma se volvieron uno, y eran tan perfectamente imperfectos.

​Tenían un poder que nadie lograba comprender: creer.

​Es estúpido y algo tonto, pero solo con creer puedes hacer que algo te dañe o te dé felicidad y paz.

​Algunas personas se burlaban y decían que era algo estúpido.

​Pero no lo es.

​El creer y hacer que algo tenga el poder de afectarte o no, está en tus manos.

​Si ellos creían en los ángeles, también creían en los demonios, pero tenían algo que las personas no comprendían: la decisión de darles o no ese poder.

​Los rumores dicen que ellos eran como una estrella fugaz.

​Veloces e iluminando el camino, y si era necesario, lo volvían todo de cabeza cuando la injusticia quería acabar con el reino.

​Coloco las manos en mi espalda mientras camino con la frente en alto.

​—¡Mira qué tenemos aquí! —Aparece de la nada el destino, colocando un dedo en mi frente, haciéndome retroceder.

​—¡Ey!

​Sonríe mientras se aleja un poco de mí.

​—Cuidado, no me vayas a morder, déjale eso a los lobos.

​—¿Por qué lo haría? ¿Qué clase de persona crees que soy?

​—Una demente —responde con burla.

​Ruedo los ojos y camino hasta llegar al árbol. Me siento en sus raíces mientras me dejo llevar por la paz que siento.

​—¿Cómo puedes estar tan calmada cuando el árbol que tienes cerca contiene una oscuridad que te puede hacer pedazos en cualquier momento?

​Habla mientras se acerca a mí.

​Veo todo el reino en paz y suspiro.

​—No lo sé. De alguna manera, la maldad acecha, destino. Tú lo sabes, no es el árbol, somos nosotros. Nosotros tenemos el poder de decidir si nos vamos a dejar dominar por ella o si lucharemos por lo correcto —hablo y siento una corriente de energía en las raíces—. Él es solo un elemento para contener la oscuridad.

​—Sabias palabras para una persona que está con él las 24 horas.

​Responde el destino mientras mira el árbol detenidamente.

​—Te tengo envidia, árbol. Estás con una persona muy hermosa y que te canta en las noches en vela cuando no puede dormir.

​Lo miro sorprendida y él sonríe.

​—¿Me espías, destino?

​—¿Quién, yo? —responde haciéndose el indignado—. Jamás haría tal cosa.

​Responde y me guiña un ojo para sentarse a mi lado.

​—Por favor, no te vayas nunca… —me responde mientras me abraza como si temiera soltarme.

​—Tu guardiana nunca se irá de tu lado… Lo prometo.

​Hablo mirándolo a los ojos mientras veo cómo una lágrima traicionera baja por su rostro.



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En el texto hay: amor, oscuridad y luz, reino y destino

Editado: 20.08.2025

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