Elysia
Despierto en una habitación del castillo. La reconozco al instante por sus colores dorado y blanco, pero todo está oscuro y el frío de la habitación se siente tenso.
Me levanto y me acerco a la ventana para ver afuera del castillo. Se ve el jardín, pero con oscuridad y niebla blanca en él.
"¿Qué es este lugar?"
"¿Dónde me encuentro?"
Sigo en el reino, pero no lo siento como el mío… ¿Por qué lo siento tan distante?
Este no es el reino que yo conozco…
—Este no es tu reino, o en realidad sí lo es, pero no tiene su espíritu y su esencia. Era la única forma de hablar contigo. —Escucho una voz detrás de mí y me volteo rápidamente.
Veo a una mujer con cabello marrón y ojos color miel con un vestido azul que viene hacia mí.
Retrocedo y forjo una espada con mi magia, apuntando hacia ella.
—¡Ey, no te voy a hacer daño! —Habla y levanta las manos hacia arriba.
—Cualquiera diría lo mismo para hacer que baje la guardia —Respondo con seguridad sin bajar la guardia, mientras la miro desconfiada.
Veo cómo retrocede y me mira calmada. Suspira al verme.
—Ya la conociste, ¿cierto? Por eso estás a la defensiva conmigo —Habla y aparta la mirada de mí. Levanta su mano, creando una esfera de luz como las que yo hago.
"¿Cómo es posible? Soy la única que tiene ese poder, ¿cómo…?"
—Ella no ha cambiado… Veo que quiere hacer lo mismo que hace años atrás.
Dice con voz llena de sentimientos encontrados. Veo cómo lucha contra ella misma, respira con frustración y deshace la esfera.
—¿"Ella"? ¿Tú cómo sabes que estuve con alguien…? —Me interrumpe.
—Lo sé porque lo he visto. La misma historia repetirse un millón de veces, y lo peor de todo es que no puedo intervenir. —Responde mientras camina de un lado a otro.
—Oscuren, así la llaman, y no se detendrá hasta que cumpla lo que prometió hacer hace siglos atrás. —Habla mientras me mira—. ¿Alguna vez has escuchado la leyenda de la lágrima dorada?
—Nunca.
Sonríe y mueve su mano por los aires, haciendo una línea de luz que muestra dos siluetas: una de una mujer y otra de un hombre, rodeados de un bosque. Estos están abrazados y felices mientras se adentran en el bosque.
—Hace siglos, cuando no existía la barrera, las almas y los espíritus estaban unidos y destinados a estar unidos. Eran felices en armonía, pero esta historia no todo es felicidad, ya que esta pareja, al estar junta, tenía un poder que solo ellos y el Creador conocían… —Habla con melancolía y tristeza en su voz, mientras las imágenes de luz van cambiando—. Para conocer la felicidad, también tienes que conocer el dolor y la tristeza. Esta pareja tenía unos amigos. Ellos tenían un poder y un deber que cumplir.
Habla mientras una lágrima traicionera baja por sus ojos.
—Él era el destino y ella era una guardiana encargada de proteger la oscuridad que quería destruir el reino, pero al protegerlo, perdió lo que más amaba en el proceso. —Dice mientras su voz se quiebra—. La oscuridad tiene varias maneras de manipular y engañar, y más si es un alma pura.
La miro a los ojos, entendiendo lo que me quiere decir.
—El alma, engañada por la oscuridad, dejó salir la Oscuridad. Y aquella guardiana, que era la protectora para que no saliera, se sacrificó para salvar al destino, el hombre al que tanto amaba. —La imagen cambia, mostrando a la guardiana y al destino juntos. El hombre, arrodillado, sostiene a su amada en brazos mientras grita y llora de dolor y tristeza—. Se sacrificó para salvarlo, convirtiéndose en un ser cruel por culpa de la Oscuridad.
Veo cómo la imagen desaparece, dejando la habitación fría mientras el silencio se hace presente.
—Ell… ella es… —hablo y ella asiente.
—Es Valrhys o como algunos la llaman, Oscuren.
Termina de hablar y siento cómo mi cuerpo se despierta. Me despierto sobresaltada en mi habitación y encuentro a Fayrha a mi lado.
—¡Ya despertaste! —Dice aliviada.
"Eso no fue un sueño. Sí estuve allí con Oscuren y aquella mujer misteriosa."