Javier se detuvo al llegar al final del túnel, donde la luz del sol finalmente tocó su rostro, cegándolo por un momento. Estaba exhausto, cubierto de heridas y con la mente nublada por los recuerdos de lo que había vivido en la isla. Rob y Claire lo esperaban a lo lejos, ansiosos, pero aliviados de ver que estaba vivo.
—¿Lo logramos? —preguntó Claire, su voz quebrada por la tensión.
Javier no respondió de inmediato. Sus ojos vagaron por el horizonte, donde la isla parecía tan tranquila, tan inalcanzable, como si nunca hubiera sucedido nada. Pero en su interior, sabía que algo había cambiado para siempre.
—No lo sé. —dijo finalmente. La isla los había dejado escapar, pero él no podía dejar de preguntarse si en algún momento, en algún lugar del mundo, la maldición de esa isla regresaría para reclamarlos.
Mientras miraba hacia el mar, una suave brisa sopló hacia él. A lo lejos, podía ver la sombra de la isla, que ahora parecía aún más distante, más olvidada. Pero algo en su pecho le decía que no debía confiar en esa quietud.
El viento trajo consigo un susurro, una voz lejana, casi inaudible: "La isla nunca olvida..."
Y en ese instante, supo que su historia aún no había terminado.
Editado: 24.01.2025