Al día siguiente, todo transcurría con normalidad, igual que siempre, escuela, trabajo, casa, no parecía diferente, tampoco había hablado con los demás, hasta que, por la tarde, mientras se ponía el sol, sentí un aliento en mi cuello, frío, muerto, como si me avisara que algo estaba pasando.
Sonó mi celular, de inmediato contesté.
- ¡JESSYY!, ¡está muerto! – era Paola, su respiración estaba agitada, su voz penetraba mis oídos con gran horror que hizo que se me saltara el corazón.
- ¿Qué? ¿Quién?, cálmate no te entiendo – ella estaba llorando desconsoladamente, me quedé en shock, en su voz se escuchaba el terror, de inmediato me preocupé y no sabía que hacer, no entendía que estaba pasando, pensaba que era una broma.
- ¡Nos persigue!, ¡AAAAAH! – se escuchaba mucho ruido al otro lado de la línea, ella gritaba desesperada.
- ¿Quién?, ¿dónde estás Pao? ¿PAOLA? – pareciera que tiró su teléfono pues se escuchó un golpe y después, nada.
- ¡AYUUDAAA!... ¡NO! ¡SUELTAME! – eso fue lo último que escuche de ella a lo lejos, después todo era silencio.
- Pao ¡PAOLA! ¡MALDITA SEA! - Me quedé atónita, colgué la llamada, nada se escuchaba de todas formas, con coraje y preocupación llamé de inmediato a Dayana.
- Jessy, que bueno que llamas, hay algo que debes saber, ven a mi casa, ya vienen los demás – contestó de manera apresurada.
- ¿Qué está pasando? Recibí una llamada de Paola muy aterradora, si es una broma no lo considero gracioso – advertí.
- Tu sólo ven, ¡ya! – fue tajante, no dejó espacio para las preguntas.
No entendía nada de lo que pasaba, aun con el corazón acelerado y los nervios a tope me dispuse a encender mi motocicleta y cambiar de rumbo a casa de Dayana, confundida y helada.
Llegue más rápido de lo normal, ahí ya se encontraban los muchachos en la sala azul de mi amiga peli negra, todos en estado en alerta, excepto Brian que pensaba que era una broma de mal gusto.
- ¿Por qué sería ésto una broma Brian? - Dayana estaba molesta por su actitud de burla.
- ¿Ya intentaron llamarles? - preguntó Lalo sacando su celular.
- Si, pero no contestan- dice Carmen intentándolo de nuevo.
Paola y Luis estaban desaparecidos, no los podíamos contactar y tampoco sus padres puesto que a ellos no les contestaban desde muy temprano, además del mensaje que recibió Dayana de Paola.
- Enséñame de nuevo el mensaje – le pedí a Dayana y de inmediato sacó su celular.
“Hola Dayana, pasó algo muy turbio, seguro es broma de Luis o Mario, había una pluma negra y vieja en mi escritorio, ¿puedes creerlo?, pero bueno, Luis me dijo que descubrió algo de la historia de ayer, y quedamos en ir de nuevo él y yo, que miedo jaja”. 5:20
“Daya, están pasando cosas muy raras, venimos a la colina y sentimos pasos detrás de nosotros, la verdad me apaniqué, Luis dijo que era el precio a pagar, se puso muy serio y sentí que algo nos observaba, mejor me voy”. 6:12
“Él es real, es un espíritu”. 6:29
Fue lo ultimo que mandó, busqué en mi celular la hora en que me hablo, la llamada justo fue después de los mensajes.
- Entonces ella estaba con Luis- dice Mario con un gesto pensativo, miró a Lalo por un momento.
- Tú crees que el video que mandó Luis...? – Lalo también sacó su celular y nos mostró un video que Luis les mandó en un grupo donde solo están ellos.
En el video se mostraba a nuestro amigo de cabello rizado realizando investigaciones de periódicos y reportes sobre el asesino en aquella época haciendo referencias a un culto junto con algunos libros extraños que no logré captar bien, Luis era un amante de lo paranormal:
“Las investigaciones lo comprueban, yo, Luis Zioloni, descubrí lo que hay en mi pueblo, el famoso caso del asesino en par, no es un nombre original pero describe lo que hacía, asesinar a gente de dos en dos, resulta que los llevaba a la cima de la colina, los mataba fríamente y con una pluma negra que clavaba en sus víctimas para extraer su sangre y escribía sus nombres en el lugar de piedra, solo para hacer su ritos adorando a su culto y después tirar los cuerpos por el barranco, éste es el lugar, escalofriante ¿no creen? Pero lo más terrorífico fue cuando se suicidó antes de que lo arrestaran, cayendo igual por aquel barranco, dicen que suplicó con gran desesperación que lo dejaran, solo faltaban seis, que lo había pactado y que aun después de la muerte tendría que cumplirlo, después de eso encintaron el lugar y nadie había subido aquí, hasta ahora”
Mientras narraba Luis toda la historia que me heló la sangre mostraba todo el lugar donde habíamos estado.
- ¡Esperen! - Lalo regresó un poco el video y subió el volumen. – ¿escucharon eso? - preguntó.
- ¿Qué cosa? - respondí en forma de pregunta.
Lalo regresó el video y pusimos atención en las voces de fondo, era un sonido sobrenatural, como si fuera de otro plano terrenal, no eran de agonía, pero si eran susurros de odio.
- ¿Qué debemos hacer ahora? - preguntó Carmen mordiéndose las uñas de lo nerviosa que estaba.
El ambiente se tensó por completo, los padres de los dos desaparecidos realizaron el reporte a las autoridades ya que no los podían contactar, aunque la policía les advirtió que hasta dentro de veinticuatro horas se podría abrir carpeta porque posiblemente se habían fugado juntos, aunque nosotros teníamos otra perspectiva, pero tampoco podíamos enseñarles el video de Luis ni contarles lo que escuché en la llamada, no nos iban a creer.
- Debemos ir a la colina, si algo les pasó ahí estarán - Carmen me miró con miedo en sus ojos – es el último lugar donde sabemos que estuvieron, son nuestros amigos, raros, pero lo son, ¿vamos? ¿O tendré que ir yo sola? - todos me miraban, solo me miraban.
Tomé mi pequeña mochila y me dirigí a la salida, Lalo tomó mi mano y me dijo que él me acompañaba, salimos de la casa y nos fuimos en mi motocicleta rumbo a San Pedro, de nuevo a la colina, no sentía mariposas en el estómago, más bien era como agujas frías, y un nudo en la garganta, pues sabía que no encontraría nada alegre, claro, tenía la esperanza de encontrarlos, vivos.
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Editado: 13.10.2025