Encontrarlo no fue para nada difícil, la enfermera les había dicho que estaba en el patio tomando un poco de aire pero que no sabía exactamente donde se encontraba. Desde la puerta que daba al patio exterior del hospital se podía verlo hablando con una señora que también estaba en silla de ruedas; ambos veían la fuente que estaba delante de ellos, mientras que la anciana se reía fuertemente por las anécdotas que quizá le contaba su abuelo.
Ed se sintió alegre al ver a su abuelo riéndose a pesar de lo mal que fuera su tratamiento, él se imaginaba que estaría triste o conectado a varias máquinas sin siquiera poder hablar, verlo así le hubiera dolido más y probablemente hubiera terminado llorando.
— ¡Abuelo! —Grito Ed sin contenerse, caminando más rápido hacia el—Te eche tanto de menos.
El abuelo giro hacia el sin dejar de sonreír, sintió como si hubieran pasado años desde la última vez que lo vio, hasta lo veía un poco más alto y moreno. Su falta de compañía lo había deprimido tanto, pero por lo mismo pudo salir adelante, porque sabía la manera en que su nieto lo veía y no lo quería decepcionar.
—Hijo que gusto me da volverte a ver—dijo abrazándolo fuertemente—pero vamos, dime como te va en la escuela, ¿qué ha pasado con el plan de conquistar a Lucí eh? Tu mamá me conto que ya hasta irán juntos a pedir dulces, todo un conquistador caray.
Edward se empezó a sonrojar ante las palabras del abuelo y la mamá comenzó a reírse al notar las mejillas rojas de su hijo, desde que hospitalizaron al abuelo jamás había vuelto a reír igual como lo estaba haciendo en ese momento, se sentía feliz por hacerlo de nuevo estando los tres juntos.
—Creo que le gusto —continuo Ed desviando la mirada al suelo, apenado—Iremos disfrazados de Chucky y la novia.
—Se verán espectaculares papá, yo los maquillaré—intervino la mamá entusiasmada.
De pronto la sonrisa que tenía por ver de nuevo a su nieto fue desvaneciéndose, el anciano tomo un aspecto serio y sombrío, que puso más nervioso a Ed tratando de descifrar lo que pensaba. El abuelo alzó la mirada al cielo al ver pasar una parvada de pájaros buscando un refugio antes que empezara a llover, no sé habían percatado pero el radiante sol que caracterizaba al pueblo se empezaba a ocultar y había tomado su lugar nubes grises; la lluvia llegaría sin previo aviso.
—Y sé que harás un buen trabajo hija, como desearía volver a esa época en la que me disfrazaba con tu abuela, son momentos que estarán siempre en mi corazón—prosiguió el anciano pensativo—Aun así necesito que andes con mucho cuidado Ed, no sabes la maldad que se encuentra en especial ese día, no debes separarte nunca de Lucy, ni mucho menos andar tan de noche por ahí.
Amanda rodó los ojos mientras abrazaba a Edward.
—Papá no exageres, solo estas espantando al niño, aparte solo andarán en el pueblo y los padres estaremos en un punto en común donde podamos verlos.
—Abuelo iremos en grupo, después mi mama nos hará de cenar ¡y comeremos los dulces! —dijo con entusiasmo Ed mientras una sonrisa iluminaba sus blancos dientes.
—No exagero, pero ya saben que hay rumores y sobre todo noticias— dijo dirigiéndose a su hija para que recordará— nadie está a salvo el día de brujas, es mejor andar con cuidado a pesar que sea en el pueblo.
Amanda noto la seriedad con la que su papá hablaba y aunque no recordaba muy bien, sabía que en un tiempo una noticia dejo al pueblo en silencio mucho tiempo. Ya nadie se animaba a disfrazarse, lo hacían más por la obligación de la dichosa leyenda que por diversión; no se acordaba en que momento todo volvió a la normalidad pero sin duda todo cambio después que ese reportaje saliera en todos los titulares de periódicos.
Un suspiro salió por su boca al recordar esa época y un escalofrió paso por su espalda al recordarlo todo. No era tanto la noticia que impacto al pueblo, si no que todos sabían cuál era la cruda realidad de Halloween y lo que realmente había pasado, las personas después de eso empezaron a formular teorías sobre ese día y era lo único que se hablaba en el pueblo por las noches. Los medios de comunicación siempre mienten y ellos estaban conscientes, ya que una vez pasó lo mismo en su pueblo solo que ningún periódico lo público porque era difícil de cubrir lo ocurrido, todo estaba tan claro como una gota de agua.
Y como si fuera magia, el cielo empezó a lloviznar y todos se apresuraron a entrar al hospital, Ed ayudo al abuelo mientras que ella se encargaba de la señora con la que su papá hablaba. Recordar lo ocurrido de esa noche le había dejado un mal sabor en la boca. Estaba desconcertada por lo que pudiera pasar en Halloween, pero lo único de lo que estaba segura es que cuidaría muy bien a Edward como su papá lo hizo con ella en su tiempo.