Ariadme estaba terminando de maquillarse cuando escucho el timbre de su apartamento. Al abrir la puerta vio a Wade muy diferente a como lo veía todos los días, vestía un traje hecho a la medida gris, con una camisa blanca, corbata negra y zapatos del mismo color. Se veía muy sexy y atractivo en ese traje, pero ella tenía a alguien más en mente. Llevaba días pensando en el chico de cabello rubio largo, esperaba algún día volver a verlo y ser valiente para hablarle.
Ariadme se encogió de hombros con una sonrisa en el rostro con una sonrisa inocente en el rostro.
Los dos salieron del ascensor riéndose a todo pulmón sin saber que alguien los esperaba impaciente fuera del auto.
Ariadme al escuchar la voz se detuvo abruptamente. Era el, esto no puede ser cierto, es el, pero ¿Qué hace aquí? ¿Cómo llego hasta aquí?
Subieron al auto los tres y partieron rumbo al club. Una vez allí pidieron sus bebidas. Josh no le quitaba la vista de encima a Ariadme hasta que decidió invitarla a bailar.
Ella acepto algo nerviosa, no podía seguir negando lo que sentía por este hombre, y si el destino, Zeus, Ala o quien sea, lo ha puesto en su camino le daría una oportunidad. Solo que debía estar segura de que él quiera algo con ella.
Después del baile fueron a la mesa donde se encontraba Wade, una vez allí llamaron al camarero para pedir sus bebidas. Los hombres tomaron cerveza y Ariadme una margarita. Entre bailes y bebidas pasaron la mayor parte de la noche, hasta que decidieron irse, como era de esperarse Josh propuso llevar a Ariadme a casa.