La última oportunidad

Nueva vida

La vida no siempre da nuevas oportunidades, por eso es necesario e importantísimo tomar cada una porque nunca sabremos si será la última.

 

Hoy, nuevamente es 12 de agosto de 2021, hoy se cumple un año de que mi vida dió un giro inesperado, dónde empecé a cambiar, dónde empecé a vivir para y por mí, aquel día me rompí, pero hoy, un año después, me siento mejor que nunca, me siento renovada me he dado cuenta de que es tan cierto que si te alejas de personas tóxicas en tu vida, todo se mejora porque ya no esta quien te hunde, quien te aplasta, quien te absorbe y hoy puedo decirle al mundo que de nuevo soy yo, pero mi mejor versión.

 

El día 9 de octubre del año pasado para ser exactos, firme mi divorcio, obtuve mi libertad, recupere mi confianza, desanclé aquello que me impedía reconstruir mi vida, mi corazón, mi cuerpo, mis ganas, mis sueños, mis ilusiones, recuperé todo.

 

Recuerdo ese día como triste, pero a la vez esperanzador, sabía que no iba a ser fácil pero también sabía que no era imposible y si él pudo ser  capaz de encontrar a alguien más ( porque ahora que lo veo bien, no está tan guapo como yo pensaba), yo también podré encontrar el amor con alguien más, pero lo más importante es que puedo amarme a mi misma tal y como soy.

 

Recuerdo que cuando le entregué la demanda del divorcio, se le cayeron las pelotas al suelo porque no sé lo esperaba, cuándo le dije que ya sabía sobre su hijo y todo lo que había estado haciendo otravez a escondidas,  que otravez me había mentido, ya no pudo negarlo, ya no pudo arreglar nada, lo más difícil fué explicarle a nuestra hija, que su papá tenía que irse de la casa, que él y yo ya no estaríamos juntos, que solo seríamos buenos amigos por su bien. Eso fué lo más difícil, explicarle a una personita ajena a todo y además procurar no lastimarla.

Hizo su maleta, recogió sus pertenencias y se marchó, fué triste, fué desolador dormir aquella noche sola  después de tantos años juntos.

Extrañaba abrazarlo, recargarme en su pecho antes de dormir, pero sabía que ese dolor me iba a servir, me serviría para ser mejor, porque parecía que estaba perdiendo mi dignidad al perdonarle todo, y lo peor es que él no lo valoró. El fin de semana llegó y fué por su hija a la casa,  no sabía cómo iba a reaccionar mi cuerpo y mi corazón al volver a verlo, al volver a tenerlo frente de mí, cuándo toco  a la puerta, abrí sin pensarlo más y lo más hermoso fué que al verlo, solo sentí paz, parecía mentira que en una semana lograría dejar de ilusionarme como antes al verlo. No voy a negar que me duele aún, y tampoco diré que ya no lo amo, porque hoy después de un año, lo sigo queriendo, talvéz mi cerebro decidió hacer memoria selectiva y sólo quedarse con lo bueno con lo bonito y por eso es que lo quiero aún, pero lo quiero como aquel hombre que estuvo en vida, me ayudó a crecer, me cuido y en su momento me amo. Pero que ahora solo es un bonito recuerdo, uno muy bueno porque tenemos en común a alguien sumamente importante para los dos, que es nuestra hija.



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En el texto hay: infidelidad amor

Editado: 06.10.2020

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