Escena: Interior del jet privado, a 30,000 pies sobre el Océano Atlántico. Ethan y Zara analizan las fotos del códice de hueso de jaguar mientras se dirigen a Cancún.
El pequeño jet privado era el único lugar seguro en el mundo para Ethan Hayes. La noche cubría el Atlántico, pero en la cabina, la luz era intensa, enfocada en las imágenes del códice proyectadas en una tableta.
—La profecía es clara —dijo Zara, señalando un glifo con forma de eclipse—. El 'Sol Negro' es una alineación astronómica que ocurre una vez cada cien años. La fecha es mañana al atardecer. Si la Reliquia no se saca en ese momento exacto, el poder se desvanece por un siglo.
—Y la ubicación del nicho es en el Templo de Kukulcán, en Chichén Itzá. El lugar donde el sacerdote la selló —concluyó Ethan.
—Tenemos que ir directamente allí. Cancún es una escala, Chichén Itzá es el destino.
[El Descubrimiento del Traidor]
Mientras Zara comparaba los glifos del códice con antiguos registros mayas, Ethan se centró en el pequeño mapa adjunto: una serie de coordenadas y símbolos. Había algo familiar en la forma en que el mapa había sido codificado.
Ethan frunció el ceño. Se levantó y tomó una pila de viejos borradores de su tesis doctoral que llevaba consigo.
—Espera un momento, Zara. Esta secuencia geométrica... la conozco.
Ethan colocó las imágenes del códice al lado de un diagrama garabateado de su tesis sobre la arquitectura de los templos menores. El diagrama pertenecía a un seminario impartido hace diez años por su mentor, el Profesor James Sterling.
—El Profesor Sterling siempre decía que la geometría maya era la clave para descifrar el destino. Este mapa no solo muestra la ubicación, muestra el método de activación del nicho. ¡Y este método es idéntico a una teoría que Sterling me enseñó en privado!
Zara detuvo su trabajo y miró a Ethan.
—¿Estás diciendo que tu antiguo mentor conocía la clave para liberar la Reliquia?
—No solo la conocía. La desarrolló. Nunca la publicó porque decía que era "demasiado peligrosa". Pero si el método está en el códice, significa que alguien con el conocimiento exacto de Sterling es quien ha estado buscando esta Reliquia todo el tiempo.
[El Telón Cae]
Zara buscó rápidamente en la dark web usando el sistema cifrado del avión. Cruzó la información del Profesor James Sterling con las bases de datos de inteligencia sobre corporaciones de caza de tesoros.
La verdad golpeó a Ethan como un puñetazo en el estómago.
—Ethan... Mira esto —dijo Zara, señalando la pantalla.
La pantalla mostraba el perfil del Profesor James Sterling. Debajo de su prestigioso currículum académico, había una entrada inquietante: "Presidente del Consejo Ejecutivo, Aztlan Global Acquisitions".
—Aztlan Global Acquisitions —leyó Ethan en voz baja—. La Corporación.
—Tu mentor no te está buscando, Ethan. Él está dirigiendo la búsqueda. Te dejó encontrar el códice y te marcó para que lo llevaras directamente a él. Él te está usando como cebo para llegar a la Reliquia.
Ethan se sintió mareado. La persona que más admiraba, el hombre que le había enseñado el valor de la historia, era la amenaza.
—Me llamó el cazador... El hombre del pasillo. Dijo: "Tenemos entendido que usted posee algo que nos pertenece." No se refería al códice. Se refería a la Reliquia... que Sterling cree que es suya. (Conclusión)
La verdad había reventado la burbuja de seguridad del avión: el mentor de Ethan, el Profesor James Sterling, era el líder de la Corporación, Aztlan Global Acquisitions.
Ethan se levantó de su asiento, su respiración agitada por una mezcla de ira y traición. La idea de que Sterling lo había usado durante diez años, dándole solo la mitad de la información para prepararlo para este momento, era insoportable.
—¡Piloto! —rugió Ethan, dirigiéndose a la cabina—. ¡Aterrice el avión ahora! El aeropuerto más cercano.
Zara se levantó y lo tomó por el brazo con una fuerza sorprendente.
—¡Cálmate, Ethan! ¡No podemos aterrizar! La Corporación tiene ojos en todo el camino a Cancún. Si salimos del plan, nos van a interceptar. ¿Qué quieres hacer? ¿Llamarlo y preguntarle por qué te traicionó?
—¡Exactamente! —Ethan se liberó del agarre de Zara—. Necesito escuchar su voz. Necesito entender. Me arriesgué a morir por él. Le confió la clave de su método de desciframiento... ¡No es solo la Reliquia! Es la traición personal, Zara.
Ethan tomó el teléfono satelital del avión y, usando una clave de acceso antigua, encontró el número cifrado de su mentor. Marcó, sabiendo que era una locura.
[La Llamada Peligrosa]
La llamada conectó. La voz de Sterling era la misma: calmada, erudita, y ahora, helada.
—Qué sorpresa, Ethan. Veo que al fin has mirado la base de datos de inteligencia. Siempre fuiste un alumno lento, pero llegas a la conclusión.
—¿Por qué, Profesor? ¡Conocías el valor de la historia! ¡Hablaste de proteger el pasado!
—Y lo haré. Pero el pasado es poder, Ethan. Y yo soy el único digno de wieldirlo. Te di las herramientas, mi muchacho. Ahora, te pido que me entregues el códice. Te espero en Chichén Itzá. No intentes ser un héroe.
Ethan sintió la rabia hirviendo en su interior.
—No te daré el códice. Te daré una pelea. Voy a proteger la Reliquia de ti, Sterling. Lo juro.
Sterling se rio, un sonido seco que resonó en el silencio del jet.
—Te espero, Profesor Hayes. Pero recuerda, yo construí las trampas que te enseñé a desmantelar.
La llamada se cortó. Ethan se quedó inmóvil, sosteniendo el teléfono.
—Ya está —dijo Ethan, su voz ahora baja y peligrosa—. Ya no es solo una búsqueda. Es una guerra contra el único hombre al que no puedo engañar.
Zara se acercó y le puso una mano en el hombro.
—Bienvenido a la vida de un fugitivo, Ethan. Ahora, haz que ese piloto se dirija a Cancún. Tenemos menos de 24 horas para encontrar el escondite de la Reliquia. Y tenemos que hacerlo antes de que tu viejo mentor llegue
Editado: 10.12.2025